La Tierra tendr¨¢ una miniluna de quita y pon durante dos meses
Una roca del tama?o de un cami¨®n, llamada 2024 PT5, caer¨¢ en la ¨®rbita terrestre desde el 29 de septiembre hasta el 25 de noviembre, y regresar¨¢ en 2055
Cuando no nos referimos al objeto astron¨®mico, los humanos escribimos Luna con may¨²scula inicial porque solo tenemos una. Un Don Juan Tenorio de Saturno tendr¨ªa que especificar a cu¨¢l de sus 146 lunas conocidas se refer¨ªa al hablar de la luz que brillaba m¨¢s pura en la apartada orilla. Pero ese lugar llamado espacio, que imaginamos vac¨ªo, est¨¢ surcado por un n¨²mero incontable de objetos. Y cuando uno de ellos cae atrapado en la gravedad terrestre, tenemos una nueva luna, con min¨²scula, aunque solo de forma temporal. Es el caso de 2024 PT5, una roca del tama?o de un cami¨®n que nos acompa?ar¨¢ como miniluna durante los pr¨®ximos dos meses, seg¨²n los c¨¢lculos realizados por dos hermanos investigadores espa?oles.
De vez en cuando ocurre que un objeto que pasa cercano a la Tierra ¡ªse le llama NEO, por sus siglas en ingl¨¦s¡ª queda, esta vez s¨ª, temporalmente capturado por la gravedad terrestre, de modo que dibuja una ¨®rbita el¨ªptica en torno a nosotros. En este caso, los cient¨ªficos hablan de miniluna. ¡°El t¨¦rmino miniluna fue inventado por mi antiguo supervisor (y colega) Robert Jedicke, del Instituto de Astronom¨ªa de la Universidad de Haw¨¢i¡±, explica el astr¨®nomo Peter Veres, del Centro de Astrof¨ªsica Harvard-Smithsonian y el Minor Planet Center, el organismo de la Uni¨®n Astron¨®mica Internacional que centraliza la informaci¨®n sobre los planetas menores.
Hasta ahora se han conocido cinco minilunas temporales de la Tierra. La primera de ellas, 2006 RH120, del tama?o de un coche peque?o, dio cuatro vueltas a la Tierra entre 2006 y 2007. Despu¨¦s se conoci¨® 2020 CD3, que se qued¨® con nosotros unos tres a?os. ¡°Estos objetos permanecen en una ¨®rbita ca¨®tica cerca de la Tierra durante d¨ªas o semanas, sus ¨®rbitas se ven salvajemente afectadas por la Luna y finalmente son eyectadas del sistema Tierra-Luna¡±, resume Veres. Otros dos objetos, 1991 VG y 2022 NX1, no permanecieron el tiempo necesario para completar una ¨®rbita, por lo que algunos cient¨ªficos discuten su condici¨®n de minilunas.
Newly-discovered #asteroid 2024 PT5 is about to undergo a "mini-moon event" when its geocentric energy becomes negative from September 29 - November 25.https://t.co/sAo1qSRu3J pic.twitter.com/pVYAmSbkCF
— Tony Dunn (@tony873004) September 10, 2024
Este ¨²ltimo es tambi¨¦n el caso del nuevo 2024 PT5, un asteroide de unos 11 metros descubierto en agosto de 2024 por el proyecto ATLAS mediante uno de los telescopios que utiliza, el de Sutherland en Sud¨¢frica. El codirector de ATLAS, John Tonry, de la Universidad de Haw¨¢i, explica que se trata ¡°del ¨²nico sistema de telescopios que est¨¢ extendido alrededor del planeta, por lo que siempre est¨¢ observando todo el cielo¡±.
Una vez descubierto 2024 PT5, el c¨¢lculo de su trayectoria qued¨® en manos de Carlos y Ra¨²l de la Fuente Marcos, hermanos investigadores en la Universidad Complutense de Madrid que son un referente mundial en din¨¢mica orbital. Seg¨²n su estudio, que acaba de publicarse en Research Notes of the American Astronomical Society, este objeto espacial ha resultado ser una miniluna capturada por la gravedad terrestre que dibujar¨¢ un lazo en torno a nosotros del 29 de septiembre al 25 de noviembre, antes de desprenderse de la influencia de la gravedad terrestre y proseguir su camino.
Origen incierto
En cuanto al origen de 2024 PT5, Carlos de la Fuente Marcos explica que pertenece a los Arjunas, ¡°un peque?o cintur¨®n secundario de asteroides que sigue un camino orbital similar al de la Tierra. A su vez, los Arjunas pueden proceder del cintur¨®n principal de asteroides, de material lunar eyectado durante los impactos que crean los cr¨¢teres, y finalmente algunos podr¨ªan proceder de la regi¨®n del Sistema Solar interna a la ¨®rbita de la Tierra¡±. En concreto, seg¨²n este astrof¨ªsico, las evidencias apuntan a que, en el caso de nuestra nueva miniluna, su origen lunar parece la hip¨®tesis de trabajo m¨¢s razonable.
Entonces, la Tierra solo tiene una luna, ?o m¨¢s de 170 millones? Este es, seg¨²n la Agencia Europea del Espacio (ESA), el n¨²mero aproximado de piezas de basura espacial mayores de 1 mil¨ªmetro que orbitan la Tierra. Como escrib¨ªa Ian Whittaker, astrof¨ªsico de la Universidad Nottingham Trent, ¡°mientras que el t¨¦rmino planeta tiene una definici¨®n clara, no hay una definici¨®n estricta de luna¡±. Seg¨²n la NASA, solo los ¡°cuerpos formados naturalmente¡± cuentan como lunas, lo que descarta la basura espacial.
Pero en la categor¨ªa de objetos naturales, tampoco es la Luna el ¨²nico que suele rondar nuestras cercan¨ªas. A finales del siglo pasado, un asteroide llamado 3753 Cruithne, descubierto en 1986, se present¨® en algunos medios como la segunda luna de la Tierra. En realidad, esta roca, de unos 5 kil¨®metros, no gira en torno a la Tierra sino al Sol, pero sigue un camino parecido al nuestro, describiendo respecto a nosotros una trayectoria en forma de herradura. Se conocen varios de estos cuerpos coorbitales con la Tierra; algunos se llaman cuasisat¨¦lites porque desde nuestro punto de vista parecen girar en torno a la Tierra, aunque con una ¨®rbita no el¨ªptica, ya que realmente lo que hacen es rodear el Sol en nuestras cercan¨ªas.
Pero aunque ninguno de estos objetos se quede con nosotros durante largo tiempo, del mismo modo que se van, vuelven. ¡°Son temporales porque no se dan las condiciones que contribuyen a su estabilidad, una ausencia de perturbadores¡±, aclara De la Fuente Marcos. Los c¨¢lculos de las ¨®rbitas permiten saber cu¨¢ndo los asteroides ya conocidos regresar¨¢n; 2024 PT5 lo har¨¢ en 2055. Vigilar las trayectorias de los NEO es vital para prever posibles impactos. Proyectos como ATLAS, y Pan-STARRS en Haw¨¢i, se dedican a monitorizar estos riesgos: el acr¨®nimo ATLAS significa, en ingl¨¦s, Sistema de ?ltima Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides. Durante sus investigaciones en el proyecto Pan-STARRS, Veres particip¨® en el hallazgo de miles de planetas menores.
Veres, que tambi¨¦n lleg¨® a trabajar en ATLAS, a?ade que este sistema es m¨¢s peque?o que Pan-STARRS, por lo que su ojo es menos fino, pero ¡°su campo de visi¨®n es mucho mayor y puede cubrir mucho m¨¢s del cielo nocturno cada noche¡±. As¨ª, ATLAS es hoy la mejor opci¨®n para detectar peque?os objetos que pasan casi en un abrir y cerrar de ojos, mientras que Pan-STARRS deber¨ªa estar mirando en la direcci¨®n correcta. ¡°Si un asteroide es visible solo un d¨ªa o dos antes de colisionar con nosotros, ATLAS tiene la mejor opci¨®n de verlo¡±, subraya Tonry.
Seg¨²n Tonry, el riesgo de las amenazas espaciales suele malinterpretarse: ¡°La probabilidad de un impacto serio es baja, pero la posibilidad de una persona de morir por un impacto de asteroide es mayor que de morir por ataque de tibur¨®n o accidente a¨¦reo¡±. Es decir, no es un peligro presente, pero si llega, sus consecuencias pueden ser desastrosas. Aunque Tonry recuerda que lo bueno del impacto de un asteroide, en comparaci¨®n con otros riesgos naturales, ¡°es que se puede descubrir y es cien por cien predecible¡±.
En concreto, detalla el responsable de ATLAS, este sistema podr¨ªa avisar de un suceso como el de 2013 en Cheli¨¢binsk (Rusia) un d¨ªa antes, de uno mayor como el de 1908 en Tunguska (Siberia) con una semana de antelaci¨®n, y ¡°un evento destructor de la civilizaci¨®n podr¨ªamos detectarlo con a?os de preaviso¡±. Nuevos observatorios como el Vera C. Rubin o LSST, que comenzar¨¢ a funcionar en Chile en 2025, o el futuro telescopio espacial NEOSM de la NASA, mejorar¨¢n la capacidad de predecir estas posibles amenazas que vienen del espacio.
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