Paul Auster y el s¨ªndrome del miembro fantasma

Al principio de la ¨²ltima novela de Paul Auster, titulada Baumgartner (Seix Barral), hay una escena impactante. Se trata de la imagen de unos dedos amputados por una sierra el¨¦ctrica. Un descuido, piensa Baumgartner. Aunque el accidente no le ocurre a ¨¦l, sino al marido de su asistenta dom¨¦stica, Baumgartner imagina la secuencia de escenas y reconstruye mentalmente la tragedia. Lo hace con los dientes prietos, como si le estuviese sucediendo a ¨¦l mismo.

A partir de este episodio, Paul Auster nos embauca en una historia de soledades y de miembros fantasma, identificando la sensaci¨®n que asalta despu¨¦s de que una extremidad haya sido amputada con la sensaci¨®n de p¨¦rdida de un ser querido. Al igual que el miembro despegado del cuerpo sigue doliendo, hormigueando o picando, el ser perdido sigue sinti¨¦ndose m¨¢s cerca que nunca a pesar de su ausencia. La causa de este fen¨®meno sigue siendo un enigma, pero la hip¨®tesis que m¨¢s se maneja es la que considera dicho fen¨®meno como efecto de la reorganizaci¨®n cortical tras la amputaci¨®n. Con esto, Paul Auster consigue una novela crepuscular donde la percepci¨®n del miembro amputado pasa a ser la memoria del ser querido, en este caso la esposa de Baumgartner, una mujer que ha muerto en el mar, de una manera absurda.

De esta manera, el s¨ªndrome del miembro fantasma flota sobre toda la novela, siendo el tema alrededor del cual circula una trama hipn¨®tica que va fragment¨¢ndose con incursiones en diarios ¨ªntimos y poemas manuscritos; el juego literario a la manera cervantina -marca de la casa del escritor de Brooklyn- se va abriendo paso en una novela donde las verdades cient¨ªficas se cruzan con la verdad emocional; una novela donde el inconsciente, el lado nocturno del alma humana, emerge de las profundidades de la psique de todos y cada uno de los personajes que se relacionan con Baumgartner, el protagonista de la novela, un hombre de setenta y dos a?os que va a vivir el ¨²ltimo cap¨ªtulo de su vida entre paquetes de libros que se amontonan en una casa que le viene grande.

Una de las terapias para tratar la neuropat¨ªa del citado s¨ªndrome del miembro fantasma es la denominada terapia de espejo y que, grosso modo y para entendernos, consiste en colocar la extremidad no amputada en un lado del espejo y el mu?¨®n detr¨¢s para que no aparezca reflejado. A partir de aqu¨ª se realizan movimientos ¡°sim¨¦tricos de espejo¡±. Siguiendo esta pauta, Paul Auster coloca a su protagonista en una galer¨ªa de espejos donde se reflejan sus relaciones con otras mujeres que son sim¨¦tricas a su esposa fallecida.

Por todos estos detalles, la ¨²ltima novela de Auster tiene una lectura superficial, la del viudo que se enfrenta a la soledad, y otra lectura cient¨ªfica donde el s¨ªndrome del miembro fantasma subyace en cada p¨¢rrafo. El escritor de Brooklyn ha conseguido tejer otra historia de las suyas donde lo m¨¢s importante -la sustancia cu¨¢ntica- no se ve, pero va a determinar el rumbo a seguir por Baumgartner en busca de su propia reorganizaci¨®n cortical.

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