Cuando la ficci¨®n refleja el universo, la ciencia se convierte en presentimiento
La historia de la literatura es la historia de la cosmolog¨ªa: para Homero el firmamento estaba hecho de bronce, y Hamlet, el personaje de Shakespeare, pon¨ªa en duda el movimiento del Sol
El escritor ingl¨¦s Martin Amis apostaba por introducir ciencia en sus novelas ¡°para llenar el vac¨ªo creado por el fracaso de su disciplina hermana, la filosof¨ªa de la ciencia, y por la indiferencia y desprecio con que los cient¨ªficos la tratan¡±. En una de sus obras, en la novela titulada La informaci¨®n (Anagrama) Amis da cuenta de ello. Lo consigue entre gui?os a la f¨ªsica cu¨¢ntica y a la teor¨ªa del caos, enred¨¢ndonos en una descacharrante historia de rivalidad entre dos escritores.
En uno de sus pasajes, el protagonista se desata en un discurso et¨ªlico donde el mal llamado progreso de la literatura intersecciona con el progreso de la cosmolog¨ªa. Para el protagonista de Amis, un tal Richard Tull, el progreso de la literatura, m¨¢s que progreso es un descenso impulsado por el progreso de la cosmolog¨ªa. Con ello, el progreso de la cosmolog¨ªa se explica con una serie de ejemplos de obras literarias.
En primer lugar, tenemos a Homero, para quien el firmamento estaba hecho de bronce, lo m¨¢s parecido a un escudo. La Tierra a¨²n era plana y tuvieron que pasar los siglos para que llegase Virgilio a presentarnos una Tierra esf¨¦rica y fija, centro del universo, donde los astros y la luna giraban a su alrededor. Dante pensaba lo mismo, por algo Virgilio fue su gu¨ªa en La Divina Comedia. Siguiendo con la historia de la literatura y su relaci¨®n con el estudio del universo, nos encontramos a Shakespeare y los discursos lapidarios de sus personajes. ¡°Tan cierto como s¨¦ que el sol es fuego¡±, dice uno de ellos en Coriolano, una tragedia hist¨®rica con un general romano como protagonista.
Aunque la revoluci¨®n copernicana estaba en marcha en la ¨¦poca de Shakespeare, y con ella el avance del conocimiento cient¨ªfico, el contexto hist¨®rico en el que se desarrolla Hamlet no es otro que la Edad Media. Por eso, el Sol todav¨ªa se mov¨ªa alrededor de la Tierra. ¡°Duda que ardan los astros, duda que se mueve el sol, duda que haya verdad, m¨¢s no dudes de mi amor¡± le dice Hamlet a Ofelia en una carta. El heliocentrismo no se hab¨ªa impuesto todav¨ªa y las ideas dominantes de la ¨¦poca con respecto a la cosmolog¨ªa quedaban reflejadas en la tragedia.
Pero, siguiendo con Amis, que es quien hoy nos trae hasta aqu¨ª con su novela La informaci¨®n, y cuyo personaje, Richard Tull, sigue haciendo un repaso por la literatura y su relaci¨®n cosmol¨®gica, nos encontramos con el poeta rom¨¢ntico William Wordsworth (1770-1850) quien tambi¨¦n pensaba que el Sol estaba hecho de carb¨®n y que manej¨® en su obra una est¨¦tica cuyo origen estaba en la observaci¨®n de la naturaleza. ¡°La poes¨ªa es la imagen del ser humano y de la Naturaleza¡±, dej¨® escrito, como corresponde a un autor que abraz¨® el romanticismo. Pasar¨ªan los a?os y tendr¨ªa que llegar T.S. Eliot a poner las cosas claras, a hermanar ciencia y poes¨ªa, y a experimentar la elasticidad del tiempo a sabiendas de que no somos el centro del universo.
De esta manera, Martin Amis lleva el discurso de su personaje del geocentrismo al heliocentrismo y, de ah¨ª, a lo ¡°simplemente exc¨¦ntrico¡± hasta llegar a los universos m¨²ltiples. Con esta apreciaci¨®n tan certera, el universo va haci¨¦ndose cada vez m¨¢s peque?o en la historia de la literatura, y esta, a su vez, va tomando derroteros en los que es capaz de revelar la verdad del mundo invisible, del mundo cu¨¢ntico, y los procesos de la naturaleza que la filosof¨ªa de la ciencia se ocupa de investigar. Si lo pensamos bien, Martin Amis no andaba tan descaminado.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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