Bogot¨¢, la capital ciclista de Latinoam¨¦rica, aprovecha la pandemia para dar otro impulso a la bicicleta

Latinoam¨¦rica, llena de ciudades en las que predomina el coche, acoge una capital en la que la bicicleta tiene mucha m¨¢s importancia que en muchas urbes europeas: Bogot¨¢. El idilio de la capital colombiana con las dos ruedas nace en los 70, cuando se empezaron a cortar avenidas los domingos para que sus siete millones de habitantes pudieran salir a pedalear ¡ªuna tradici¨®n denominada ciclov¨ªa¡ª y ha continuado con el impulso de sus alcaldes de uno y otro signo, que apuestan por este medio de transporte. Al inicio de este a?o, la ciudad ten¨ªa 550 kil¨®metros de carriles bici ¡ªen Madrid son 260, en Barcelona 220¡ª. La regidora, Claudia L¨®pez, convencida pedaleante, vio la pandemia como una oportunidad y puso en marcha otros 84 kil¨®metros de v¨ªas ciclistas, convirtiendo la ciudad en una de las pioneras en llevar a cabo esta pol¨ªtica, imitada en muchas partes del mundo. ¡°Hablando de bicis, Bogot¨¢ no se puede comparar con ninguna otra ciudad latinoamericana¡±, explica Ricardo Montezuma, experto en movilidad y director de la organizaci¨®n Ciudad Humana. As¨ª es la capital ciclista de Am¨¦rica Latina.

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La capital de Colombia ha construido una cultura en torno a la bicicleta. Cuando lleg¨® la desescalada tras los peores momentos de la crisis sanitaria, uno de los momentos m¨¢s esperados fue retomar la cita dominical con la bicicleta, algo que no se produjo hasta finales de agosto. En la ciclov¨ªa, 100 kil¨®metros de calles se cortan al tr¨¢fico durante el fin de semana y son aprovechadas por los ciclistas.

La ciudad, que ya contaba con la red de carriles bici (llamados aqu¨ª ciclorrutas) m¨¢s extensa de Am¨¦rica Latina, pero ha aprovechado las circunstancias extraordinarias para extenderla. Desde marzo, en plena cuarentena nacional, la edil Claudia L¨®pez comenz¨® a habilitar una serie de ciclorrutas provisionales paralelos al recorrido de Transmilenio, el sistema de autobuses articulados con carriles exclusivos que atraviesa una ciudad que no tiene metro. La reactivaci¨®n econ¨®mica permiti¨® a millones de personas regresar a las calles, con restricciones de ocupaci¨®n en el transporte p¨²blico. Los corredores para ciclistas, algunos en v¨ªas tradicionales como la carrera s¨¦ptima, han enfrentado resistencia por parte de los conductores. Pero llegaron para quedarse, con lo que la ciudad completa una red de m¨¢s de 630 kil¨®metros de v¨ªas exclusivas.

¡°Bogot¨¢ fue uno de los pioneros en sacar estos kil¨®metros adicionales de infraestructura para los ciclistas durante la emergencia sanitaria¡±, destaca Nicol¨¢s Estupi?¨¢n, secretario de movilidad municipal. ¡°La transformaci¨®n colectiva que ha hecho la sociedad a trav¨¦s de la bicicleta ha sido mucho m¨¢s poderosa que cualquier transformaci¨®n regulatoria que el Estado hubiera podido imponer. Vemos que la ciudadan¨ªa ha entendido que en estos momentos de emergencia sanitaria hay que moverse de una manera diferente, ha recibido muy bien esta redistribuci¨®n del espacio p¨²blico¡±, se?ala. Antes de la pandemia se hac¨ªan 880.000 viajes diarios en bicicleta ¡ªcerca del 7% de todos los desplazamientos¡ª en esta urbe de casi ocho millones de habitantes enclavada en Los Andes, a 2.600 metros de altura. Con menos gente en las calles, los totales siguen por debajo de esa cifra, pero representan un porcentaje mayor y con tendencia al alza. En octubre se hicieron 680.000 viajes diarios en bicicleta, el 13% de todos los recorridos.

¡°Mi bicicleta no es la mejor, pero me sirve para moverme por las nuevas ciclorrutas a donde tengo que ir¡±, cuenta Felipe G¨®mez, un ejecutivo de 41 a?os que sol¨ªa usar Transmilenio, pero con el teletrabajo hace trayectos m¨¢s cortos y decidi¨® desempolvarla. ¡°Para m¨ª el transporte p¨²blico funcionaba muy bien, pero con la pandemia trato de evitar espacios cerrados concurridos¡±, relata. La bicicleta le permite mantenerse al aire libre y hacer ejercicio. ¡°Siento algo de frustraci¨®n de que esto se haya hecho a la brava, a las carreras. Ojal¨¢ hubiera sido un ejercicio de ciudadan¨ªa m¨¢s planeado¡±, se lamenta.

A Salom¨¦ Cohen, una editora de libros de 28 a?os, sus jefes le pidieron volver a la oficina un par de d¨ªas a la semana desde septiembre. ¡°Por miedo al contagio me pareci¨® buena idea comprar una bicicleta¡±, dice, y desde entonces no se ha vuelto a montar al transporte p¨²blico. ¡°El carril de la s¨¦ptima me pareci¨® fant¨¢stico porque conecta el centro con el norte¡±, valora sobre una de las v¨ªas en la ruta de cinco kil¨®metros que ahora recorre todos los d¨ªas de la semana. ¡°Con el tr¨¢fico me he sentido m¨¢s tranquila porque ya no comparto el carril con los coches. En t¨¦rminos de robo, m¨¢s insegura, sobre todo cuando salgo del trabajo ya de noche¡±, se queja.

Los nuevos corredores comenzaron como una necesidad para poder aumentar el distanciamiento social y reducir la ocupaci¨®n en Transmilenio, pero se enmarcan en los planes a m¨¢s largo plazo de la ciudad. La Alcald¨ªa propone un nuevo pacto social y ambiental para reverdecer a Bogot¨¢ y mitigar el cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n busca reducir el gasto de los hogares en transporte, que es muy alto para las franjas m¨¢s vulnerables. En sus cuatro a?os, la Administraci¨®n se propone construir 280 kil¨®metros de ciclorrutas y aumentar en 50% el n¨²mero de viajes en bicicleta.

¡°Bogot¨¢, Bogot¨¢ no tiene mar, Bogot¨¢ no tiene mar, pero tiene ciclov¨ªa¡±, reza un recordado anuncio radiof¨®nico. En esta urbe de tr¨¢fico ca¨®tico, el idilio con la bicicleta se puede rastrear por lo menos hasta 1974, cuando naci¨® esa tradici¨®n. En las ma?anas de domingos y festivos, hasta dos millones de personas se vuelcan a las principales avenidas, en m¨¢s de 100 kil¨®metros vedados a los autos hasta el comienzo de la tarde. La capital colombiana tambi¨¦n ha celebrado jornadas del ¡°d¨ªa sin carro¡± y ciclov¨ªas nocturnas para incentivar los m¨¦todos alternativos de transporte. Claudia L¨®pez, del partido progresista Alianza Verde, lleg¨® en bicicleta el primero de enero a su acto de posesi¨®n, un p¨ªcnic en el parque metropolitano Sim¨®n Bol¨ªvar. En campa?a, convirti¨® las rodadas colectivas en uno de sus eventos favoritos. Su antecesor, Enrique Pe?alosa, tambi¨¦n era un entusiasta de los pedales.

¡°Bogot¨¢ es una de las ciudades con mayor potencial real del mundo para uso de bicicleta, y ese potencial se ve los domingos¡±, en la ciclov¨ªa, destaca el experto Ricardo Montezuma. Al justificar esa afirmaci¨®n se?ala que la ciudad es relativamente plana, ya existe una red de carriles bici muy amplia y el pa¨ªs celebra los ¨¦xitos deportivos de sus reputados ciclistas, apodados con cari?o los escarabajos, en el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a Espa?a. R¨ªo de Janeiro, Buenos Aires o Ciudad de M¨¦xico han hecho esfuerzos exitosos por fomentar la bicicleta, pero por arraigo y afinidad ¡°Bogot¨¢ no se puede comparar con otras urbes latinoamericanas¡±, se?ala este experto ¡ªque ha trabajado en todas esas capitales¡ª. ¡°Es el reflejo de una cultura de ciclismo que en Colombia es muy fuerte¡±, subraya.

Sin embargo, a ese potencial lo frena principalmente la inseguridad. ¡°La gente tiene miedo de que la atraquen, la roben o la atropellen, porque el tr¨¢fico bogotano es extremadamente violento, agresivo y hay un robo elevado de bicicletas¡±, destaca Montezuma. Solo en Bogot¨¢ mueren cada a?o m¨¢s ciclistas atropellados que en toda Espa?a (en torno a 60). De los casi 6.000 robos de bicicleta en el primer semestre de 2020, casi la mitad (46%) fueron atracos que involucraron alg¨²n grado de violencia. ¡°Toda la energ¨ªa tendr¨ªa que estar centrada en garantizar la seguridad vial y personal de los usuarios¡±, enfatiza. Desde la Administraci¨®n lo reconocen como el mayor desaf¨ªo, y apuntan a aumentar el acompa?amiento de la polic¨ªa para que en la nueva normalidad despeguen programas como los que incentivan que los ni?os viajen en bicicleta al colegio y las mujeres al trabajo.

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