La cultura del ciclismo urbano en Am¨¦rica Latina: ?un modelo para otras regiones?
La congesti¨®n de tr¨¢fico constituye un problema cr¨®nico en muchas ciudades de Am¨¦rica Latina. Pero una mayor adopci¨®n de la movilidad en bicicleta las est¨¢ transformando
Cuando pensamos en el ciclismo urbano, la imagen que viene a nuestra mente es la de ciudades como ?msterdam y Copenhague. Pero ?qu¨¦ ocurre en Bogot¨¢, Buenos Aires, Santiago o Ciudad de M¨¦xico? Algunas de estas urbes est¨¢n comenzando a autodenominarse ¡°capitales mundiales del ciclismo¡±, una pretensi¨®n que, por lo general, coincide con la adopci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas e inversiones que favorecen la movilidad cotidiana en bicicleta.
Desde hace unos a?os los latinoamericanos se han ido enamorando cada vez m¨¢s de las bicicletas. De hecho, ese movimiento ha crecido vigorosamente, debido, en parte, al aumento exponencial de los sistemas de bicicletas compartidas, las bicicletas el¨¦ctricas y otras formas de micromovilidad.
La congesti¨®n de tr¨¢fico constituye un problema cr¨®nico en muchas ciudades de Am¨¦rica Latina. En 2018, el ¨ªndice INRIX sobre el tr¨¢fico mundial revel¨® que Bogot¨¢, la capital de Colombia, era la tercera ciudad del mundo con mayor congesti¨®n vehicular, seguida de Ciudad de M¨¦xico (en el cuarto lugar) y S?o Paulo (en el quinto). En el estudio se calcul¨® que los conductores pierden 272 horas al a?o en atascos de tr¨¢fico, o trancones como le dicen en la capital colombiana.
Ciclov¨ªa
El 15 de diciembre de 1974, los funcionarios de la ciudad autorizaron a Jaime Ortiz Mari?o, un arquitecto graduado en Estados Unidos, y a los m¨¢s de 5000 entusiastas ciclistas que lo acompa?aron, a cerrar el tr¨¢fico durante tres horas en 12 kil¨®metros de avenidas para pasear libremente en sus bicicletas por el centro de Bogot¨¢. A partir de ese momento naci¨® Ciclov¨ªa, un movimiento que comenz¨® como una protesta ciudadana y se ha convertido gradualmente en un d¨ªa de fiesta: hoy, la mayor¨ªa de los residentes locales considera que constituye una oportunidad semanal para recuperar el espacio urbano y promover alternativas al uso de autom¨®viles particulares.
Cada domingo y d¨ªa feriado, entre las 7.00 y las 14.00 horas, una ola de ciclistas, caminantes y vendedores ambulantes invade las calles de Bogot¨¢, que permanecen total o parcialmente cerradas para la ocasi¨®n, a lo largo de m¨¢s de 47 kil¨®metros. Por lo general, el evento congrega entre 1,7 millones y 2 millones de personas, o alrededor de la cuarta parte de los habitantes de la ciudad. Casi la mitad de los participantes pedalea durante al menos tres horas. Se acepta todo tipo de modalidades de transporte no motorizado.
La directora de Ciclov¨ªa, Bibiana Sarmiento, se?al¨® que, en una sociedad fuertemente estratificada como la colombiana, una de las cosas que m¨¢s le agradan del evento es su naturaleza igualitaria. ¡°A nadie le interesa el origen social de los dem¨¢s: todos son bienvenidos y todos son iguales¡±. Seg¨²n estimaciones de las autoridades de Bogot¨¢, la organizaci¨®n de Ciclov¨ªa tiene un costo inferior a 10 centavos de d¨®lar por usuario por semana.
Hoy d¨ªa, centenares de ciudades de todo el mundo est¨¢n replicando este evento y otros experimentos de racionalizaci¨®n del espacio para el tr¨¢nsito vehicular con el objetivo de transformar los paisajes urbanos.
Bicis contra trancones
En la actualidad, los habitantes de Bogot¨¢ realizan m¨¢s de 800 000 viajes en bicicleta al d¨ªa, seg¨²n la encuesta oficial de viajes m¨¢s reciente. Esa cifra es mayor que el n¨²mero de viajes en taxi y casi la mitad del n¨²mero de trayectos que se realizan en auto cada d¨ªa. Seg¨²n el gerente de la bicicleta de Bogot¨¢, David Uniman, la ciudad tiene 480 kil¨®metros de ciclo-rutas, y se prev¨¦ que esta cifra seguir¨¢ aumentando en el futuro.
En 2015, la circulaci¨®n en bicicletas represent¨® el 6 % de los viajes diarios en la ciudad, pero Uniman conf¨ªa en que, para 2020, la cifra ascender¨¢ al 10 %, o alrededor de un mill¨®n de viajes al d¨ªa.
¡°La competitividad de la bicicleta es indiscutible¡±, afirm¨®. ¡°Hace dos a?os, llevamos a cabo una encuesta para conocer las razones que impulsaban a las personas a usar una bicicleta. Y obtuvimos los mismos resultados que registraron las encuestas en Copenhague y ?msterdam: permite ahorrar tiempo¡±. Una de las prioridades del Plan Bici, que se dio a conocer recientemente, es Quinto Centenario, una ciclo-ruta de 25 kil¨®metros que atraviesa de norte a sur varios barrios de ingreso bajo, mediano y alto de la ciudad.
En rescate de la urbe inclusiva
En octubre de 2016, Colombia sancion¨® la Ley 1811, por la cual se otorgan incentivos para promover el uso de la bicicleta y se modifica el C¨®digo Nacional de Tr¨¢nsito. En la legislaci¨®n se reconocen expl¨ªcitamente los impactos negativos del transporte motorizado en el medio ambiente y se promueve el uso de la bicicleta otorgando incentivos laborales a los funcionarios p¨²blicos, entre ellos medio d¨ªa libre remunerado por cada 30 veces que certifiquen haber llegado a trabajar en bicicleta.
Tambi¨¦n se establece que al menos el 10 % de los espacios se debe destinar al parqueo de bicicletas en las zonas de estacionamiento de los edificios p¨²blicos. Adem¨¢s, se aplican descuentos en las tarifas para los viajes intermodales en bicicleta y modos de transporte masivo, como los sistemas de transporte r¨¢pido por autob¨²s.
Per¨² ha seguido el ejemplo con la reciente sanci¨®n de la Ley 30936 en 2019, y otros pa¨ªses est¨¢n estudiando y analizando marcos similares para respaldar y promover el ciclismo urbano como un medio de transporte sostenible, asequible e inclusivo.
Este a?o, por primera vez, Bogot¨¢ se situ¨® en el puesto n¨²mero 12 en el ¨ªndice Copenhagenize, la clasificaci¨®n m¨¢s completa de las mejores ciudades del mundo para circular en bicicleta. La metr¨®polis colombiana aventaja a Barcelona, Berl¨ªn, Montreal y Vancouver, y se ubica detr¨¢s de ciudades muy avanzadas, como Copenhague o ?msterdam.
A medida que otras grandes ciudades de Am¨¦rica Latina concreten sus ambiciones en materia de ciclismo urbano, cabe esperar m¨¢s resultados de este tipo en el futuro cercano. Por ejemplo, la ciudad de Lima, con apoyo del Banco Mundial, prev¨¦ acondicionar al menos 1300 kil¨®metros de calles para que sean m¨¢s seguras y m¨¢s aptas para la circulaci¨®n de bicicletas.
Frente al cambio clim¨¢tico, el uso de bicicletas es uno de los medios m¨¢s eficaces para reducir la emisiones generadas por el transporte en las zonas urbanas, una cuesti¨®n que se se?al¨® claramente en la ¨²ltima Cumbre Mundial de Alcaldes del Grupo de Liderazgo Clim¨¢tico (C40), que se realiz¨® en Copenhague.
La cultura del ciclismo urbano que est¨¢ surgiendo en Am¨¦rica Latina indica que este tipo de cambio es muy posible, y puede servir como una gran fuente de inspiraci¨®n para las megaciudades de todo el planeta.
Leszek J. Sibilski es profesor de sociolog¨ªa y activista ambiental y Felipe Targa es especialista s¨¦nior en transporte urbano del Banco Mundial
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.