Bruselas quiere que Europa multiplique por dos su cuota de energ¨ªas renovables en solo una d¨¦cada
La Comisi¨®n Europea busca una revoluci¨®n econ¨®mica para reducir las emisiones de efecto invernadero y alejar el riesgo de una pandemia clim¨¢tica
La mayor transformaci¨®n econ¨®mica y social de la Uni¨®n Europea en las ¨²ltimas d¨¦cadas comienza este mi¨¦rcoles con la previsible aprobaci¨®n en Bruselas de m¨¢s de una decena de proyectos legislativos encaminados a revolucionar la forma de vivir, trabajar, desplazarse, consumir y producir. El tremendo salto social y tecnol¨®gico pasar¨¢, entre otras cosas, por multiplicar por dos la cuota de las energ¨ªas renovables en la Uni¨®n Europea, por dejar fuera de la circulaci¨®n a los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes, por penalizar a los edificios (incluidas las viviendas habituales) que no limiten sus emisiones de di¨®xido de carbono (CO?) y por encarecer las importaciones desde pa¨ªses que no cooperen en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, entre otras medidas previstas.
La UE se ha comprometido a que en 2030 sus gases de efecto invernadero se habr¨¢n reducido un 55% respecto a los niveles de 1990. Para mediados de este siglo, la econom¨ªa europea tendr¨¢ que haber llegado a unas emisiones netas cero ¡ªque solo se expulsen los gases que puedan absorber sumideros como los bosques¡ª. La urgencia por actuar frente a la crisis clim¨¢tica ha llevado a Europa a fijarse ahora estos objetivos de lucha contra el calentamiento y eso implica una profunda revisi¨®n de las metas concretas y directivas energ¨¦ticas. Esa revisi¨®n es la que presentar¨¢ este mi¨¦rcoles la Comisi¨®n y durante el pr¨®ximo a?o Bruselas tendr¨¢ que terminar de cerrar este conjunto de normas con el Parlamento Europeo y los gobiernos de los Veintisiete.
La experiencia de la covid-19, que sorprendi¨® a la mayor parte de la UE sin ning¨²n tipo de preparaci¨®n para una pandemia de tal magnitud, ha hecho que las instituciones comunitarias tomen conciencia sobre la importancia de adelantarse a los impactos negativos de la crisis clim¨¢tica, que muchos consideran el gran reto de este siglo, que ya est¨¢ en marcha y cuyos s¨ªntomas m¨¢s virulentos se aprecian ya en forma de fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, como las olas de calor que son cada vez m¨¢s frecuentes e intensas en todo el planeta.
Entre 1980 y 2016, murieron en Europa unas 2.700 personas al a?o como consecuencia solo de las olas de fr¨ªo y, sobre todo, las de calor, seg¨²n un reciente estudio del centro de investigaci¨®n de la Comisi¨®n Europea. El mismo informe indica que un aumento de la temperatura global de 1,5 grados disparar¨¢ la cifra de muertes hasta las 30.000 al a?o. Y los pa¨ªses del sur del continente, como Espa?a, ser¨¢n los que saldr¨¢n peor parados.
La nueva estrategia europea para reforzar la lucha contra el cambio clim¨¢tico, bautizada con la expresi¨®n en ingl¨¦s Fit for 55 (En forma para el 55, en alusi¨®n al porcentaje de reducci¨®n de emisiones que se quiere alcanzar en 2030), combina un endurecimiento de las exigencias internas en materia de energ¨ªa, consumo y producci¨®n con medidas para forzar a terceros pa¨ªses a elevar sus propios est¨¢ndares si quieren seguir accediendo al mercado europeo, el mayor del mundo con 405 millones de consumidores con un elevado poder adquisitivo.
M¨¢s renovables y m¨¢s r¨¢pido
Una de las piedras angulares de la estrategia que presentar¨¢ Bruselas esta semana ser¨¢ el impulso a las renovables, que son la opci¨®n m¨¢s competitiva en estos momentos para descarbonizar el sector el¨¦ctrico y para ayudar al transporte a desengancharse tambi¨¦n de los combustibles f¨®siles. El objetivo que ten¨ªa fijado hasta ahora Europa era que en 2030 el 32% de todo el consumo final de energ¨ªa deb¨ªa ser de origen renovable. Pero, con el aumento de la ambici¨®n al que se ha comprometido ante la ONU la Uni¨®n Europea ¡ªesa neutralidad clim¨¢tica para 2050¡ª, se necesita m¨¢s. Por eso, seg¨²n las fuentes consultadas, Bruselas propondr¨¢ llegar hasta una cuota del 40% de renovables como m¨ªnimo a finales de esta d¨¦cada.
En 2019, el ¨²ltimo a?o del que se tienen datos cerrados, la cuota de energ¨ªas limpias en la UE fue del 19,7%, lo que implica que la nueva propuesta de Bruselas obliga a multiplicar por dos la implantaci¨®n de las renovables actual en una d¨¦cada. Requerir¨¢ de un ritmo de crecimiento nunca visto hasta ahora ¡ªentre 2010 y 2020, la cuota renovable pas¨® solo del 14% a alrededor del 20% actual¡ª. Pero el abaratamiento de los costes y las innovaciones tecnol¨®gicas ayudar¨¢n a este r¨¢pido salto, explican fuentes comunitarias.
El sector el¨¦ctrico tiene una salida renovable bien marcada. Pero existen otros sectores ¡ªcomo el transporte a¨¦reo o algunas industrias muy intensivas¡ª que necesitar¨¢n otras v¨ªas de descarbonizaci¨®n. Y es ah¨ª donde entra el hidr¨®geno renovable o verde. Para ambos sectores se espera que Bruselas fije objetivos de penetraci¨®n de hidr¨®geno de origen renovable.
Adi¨®s al coche de combusti¨®n
Otro de los grandes protagonistas del proceso de transformaci¨®n que quiere desencadenar la Comisi¨®n es el autom¨®vil. El reinado de los motores de combusti¨®n (gasolina y di¨¦sel) tiene los d¨ªas contados en favor del coche el¨¦ctrico, seg¨²n llevan a?os advirtiendo los analistas. Ahora Bruselas podr¨ªa fijar una fecha para el fin de las ventas de turismos de combusti¨®n nuevos. Algunas firmas europeas ya han anunciado su intenci¨®n de dejar de fabricar este tipo de coches en los pr¨®ximos a?os. La ¨²ltima en hacerlo ha sido Volkswagen, que dejar¨¢ de vender motores de gasolina y di¨¦sel en 2035 como muy tarde. Algunas fuentes apuntan a que esa podr¨ªa ser la fecha que tambi¨¦n adopte la Comisi¨®n en su propuesta.
La reci¨¦n aprobada ley de cambio clim¨¢tico espa?ola fijaba ya, por ejemplo, 2040 como el ¨²ltimo a?o en el que se podr¨ªan matricular autom¨®viles nuevos que emitan CO? ¡ªes decir, los de gasolina, di¨¦sel, h¨ªbridos o de gas¡ª. Otros pa¨ªses europeos hab¨ªan puesto sobre la mesa vetos mucho m¨¢s tempranos. Con su propuesta, Bruselas podr¨ªa unificar los calendarios y proteger el mercado com¨²n.
Edificios m¨¢s eficientes
El transporte, la construcci¨®n, la agricultura o la gesti¨®n de residuos son el origen del 60% de las emisiones de efecto invernadero en la UE, pero han estado exentos hasta ahora de un control tan estricto como las industrias pesadas o el sector el¨¦ctrico. El nuevo plan termina en buena parte con esa tolerancia y elevar¨¢ el nivel de exigencia, hasta el punto de que se plantea crear para el transporte rodado y la construcci¨®n un mercado de emisiones de CO? similar al utilizado para la gran industria. El objetivo es forzar a los Estados de la UE a mejorar la eficiencia exponiendo a las empresas de esos sectores a pagar multas por cada tonelada de emisiones que supere el nivel establecido.
La propuesta no est¨¢ exenta de riesgo pol¨ªtico porque el precio final se trasladar¨¢, sobre todo, a propietarios de veh¨ªculos y de viviendas. La eurodiputada Saskia Bricmont, del grupo de los Verdes, avisa de que ¡°afectar¨¢ al coste de los consumidores, as¨ª que es contrario a la justicia social por la que estamos luchando¡±. Bricmont aboga por ser m¨¢s exigentes con los sectores del transporte y la construcci¨®n pero sin incluirlos en un mercado de emisiones.
Fondo social
La Comisi¨®n parece consciente del riesgo social e intentar¨¢ evitar que la nueva estrategia desencadene a escala continental protestas como las que sacudieron Francia con la llamada revuelta de los chalecos amarillos contra los grav¨¢menes al transporte privado. Bruselas plantea la creaci¨®n de un fondo social multimillonario para paliar el impacto en los pa¨ªses o regiones con mayores dificultades para acometer la transici¨®n ecol¨®gica y con ayudas para los hogares m¨¢s vulnerables o desfavorecidos. La cuant¨ªa del fondo y su reparto se convertir¨¢n, previsiblemente, en una de las principales bazas de negociaci¨®n de todo el plan y en el instrumento para persuadir a los pa¨ªses m¨¢s reacios a fijar objetivos ambiciosos en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, en especial, pero no solo, en Europa central y del este.
¡°Estamos ante una transformaci¨®n econ¨®mica que tendr¨¢ un enorme impacto social¡±, se?alaba la pasada semana Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la European Climate Foundation (EFC), durante un encuentro con algunos medios europeos. La directora de ECF, una organizaci¨®n volcada en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, cree que ser¨¢ necesario ¡°un nuevo contrato social, que ser¨¢ diferente en cada pa¨ªs, para que la justicia social est¨¦ en el coraz¨®n de todo el paquete [Fit for 55]¡±.
Emisiones m¨¢s caras
Unas 10.000 instalaciones del sector energ¨¦tico y manufacturero en Europa, as¨ª como las l¨ªneas a¨¦reas, operan en el mercado de emisiones puesto en marcha en 2005, conocido por las siglas ETS. El sistema impone un techo de emisiones para cada unidad de producci¨®n y obliga a comprar t¨ªtulos por cada tonelada de CO? de m¨¢s. La penalizaci¨®n result¨® inofensiva durante los primeros ejercicios por la abundancia de t¨ªtulos, que superaban la demanda, y porque la entrega inicial fue gratuita. Pero las sucesivas revisiones del mecanismo y la retirada progresiva de t¨ªtulos han elevado el precio hasta los 50 euros por tonelada, una cota que empieza a tener impacto en las decisiones de muchas empresas, que se ven forzadas a optar por tecnolog¨ªas de producci¨®n m¨¢s limpias para evitar un encarecimiento de sus productos o servicios.
Bruselas quiere dar este mi¨¦rcoles otra vuelta de tuerca al sistema con la progresiva retirada de t¨ªtulos y de la entrega gratuita. Adem¨¢s, incorpora al sector mar¨ªtimo, exento hasta ahora, lo que tambi¨¦n contribuir¨¢ a aumentar la demanda. Algunas estimaciones apuntan a un precio de 70 euros por tonelada, lo que supondr¨ªa una se?al muy clara para el mercado de que el CO? penaliza gravemente la rentabilidad. El endurecimiento del castigo a la producci¨®n sucia europea se compensar¨¢ con la introducci¨®n acompasada de un gravamen a las importaciones con un est¨¢ndar de limpieza inferior al europeo.
Arancel clim¨¢tico
Ponerle precio al CO? es una de las medidas m¨¢s eficaces en la lucha clim¨¢tica, ya sea a trav¨¦s de un sistema de comercio de derechos de emisiones como el europeo o a trav¨¦s de tasas directas, ya que desincentiva el uso de los combustibles f¨®siles que emiten los gases de efecto invernadero. Con su paquete normativo, la Comisi¨®n transformar¨¢ el mercado de derechos de emisiones comunitario, pero tambi¨¦n quiere protegerse ante las importaciones de otros pa¨ªses en los que no se grava el CO?.
Est¨¢ previsto que Bruselas incluya en su propuesta un impuesto al carbono en frontera para las importaciones. Esta medida ha despertado ya los recelos de algunos pa¨ªses, como Estados Unidos. Pero es tambi¨¦n la respuesta europea al bloqueo del desarrollo del art¨ªculo 6 del Acuerdo de Par¨ªs, que buscaba el establecimiento de las bases de un sistema internacional de mercado de emisiones. Cumbre clim¨¢tica tras cumbre clim¨¢tica, el desarrollo de ese art¨ªculo se ha paralizado. Y muchas industrias europeas se quejaban de que el sistema europeo de derechos de emisiones les hac¨ªa competir en peores condiciones.
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