El Parque Natural de Cabo de Gata alberga al menos 50 cortijos como el que se quiere convertir en hotel
Grupos conservacionistas advierten de que la autorizaci¨®n de este proyecto junto a la playa de los Genoveses abre la puerta para otras peticiones y pone en riesgo el espacio protegido
Con mucha paciencia y un mapa, Jes¨²s Mart¨ªnez recorri¨® durante una d¨¦cada el t¨¦rmino municipal de N¨ªjar, en Almer¨ªa, uno de los m¨¢s amplios de Espa?a, con 600 kil¨®metros cuadrados. Entre 2008 y 2018, el catedr¨¢tico de Ordenaci¨®n del Territorio pate¨® este terreno des¨¦rtico de ramblas, camaleones y veteranos volcanes. Buscaba cortijos y, a trav¨¦s de ellos, la huella etnogr¨¢fica de sus pobladores. La mayor¨ªa est¨¢n abandonados. Pero hay otros, como Las Chiqueras, junto a la playa de los Genoveses, que siguen en activo. Este es el epicentro de una larga pol¨¦mica desde que sus propietarios anunciaron su intenci¨®n de reconvertirlo en hotel. Ya autorizado por la Junta de Andaluc¨ªa, es rechazado por distintos grupos ecologistas y la Asociaci¨®n de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata. No solo por su impacto ambiental. Temen que sirva de precedente para el desarrollo de nuevos alojamientos tur¨ªsticos en viejas edificaciones de la comarca.
Dentro del espacio protegido existen al menos otros 50 cortijos en ruinas que estar¨ªan en disposici¨®n de albergar hoteles. De hecho, distintos promotores esperan ya respuesta de la Administraci¨®n auton¨®mica para rehabilitar dos de ellos junto a Rodalquilar. ¡°El impacto puede ser enorme y peligros¨ªsimo para el parque. El desierto no acepta m¨¢s carga humana¡±, advierte Jos¨¦ Rivera, presidente del Grupo Ecologista Mediterr¨¢neo, mientras los empresarios tur¨ªsticos creen que la apertura de estos establecimientos ser¨ªa positiva para la econom¨ªa local.
El estudio del profesor Mart¨ªnez, firmado junto a Diego Casas y Diego Var¨®n, titulado Los cortijos del pasado reciente en el Campo de N¨ªjar y publicado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, muestra la gran riqueza hist¨®rica de un ¨¢rea repleta de diseminados. Eran edificaciones construidas en su mayor¨ªa a finales del siglo XIX o principios del XX y dedicadas a la agricultura de secano en enormes latifundios.
Salvo excepciones, como el Cortijo del Fraile, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural y escenario de un crimen que inspir¨® las Bodas de sangre de Lorca, se caen a pedazos, muestran sus entra?as. ¡°Es un patrimonio que corre peligro porque nadie los conserva, pero ayuda a conocer c¨®mo era la vida entonces¡±, dice el catedr¨¢tico, ya jubilado. La vida era dura, dif¨ªcil en un ¨¢spero desierto con mucha miseria y sin apenas agua, de espaldas a las exquisitas playas de este rinc¨®n de la geograf¨ªa almeriense. Lo describi¨® Juan Goytisolo en Campos de N¨ªjar tras un viaje por la zona en los a?os 50. Entonces, como le respond¨ªa un residente de la comarca, all¨ª solo hab¨ªa ¡°lagartos y piedras¡±. ¡°Es lo m¨¢s pobre de Espa?a¡±, le espetaba.
La situaci¨®n ha cambiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Primero, por el desarrollo de la agricultura intensiva, que cambi¨® dr¨¢sticamente el paisaje y lo encerr¨® bajo pl¨¢stico. Fue fruto del Instituto Nacional de Colonizaci¨®n. En los a?os 50 y 60 fund¨® nuevos poblados como Campohermoso o San Isidro de N¨ªjar, que acogieron a los habitantes de la zona, quienes renunciaron a los cortijos, aunque algunos sobrevivieron convirti¨¦ndose en min¨²sculas localidades, como Las Hortichuelas, La Boca del Fraile o Presillas Bajas. La econom¨ªa prosper¨®, como la demograf¨ªa, con la llegada de migrantes, mano de obra de unos invernaderos que llegan hasta los mismos l¨ªmites del espacio natural, fundado en 1987.
Playas v¨ªrgenes
Despu¨¦s aterriz¨® el turismo. Encontr¨® playas v¨ªrgenes, un paisaje excepcional y pintorescos n¨²cleos pesqueros. En los a?os noventa, la Junta de Andaluc¨ªa redact¨® el Plan de Ordenaci¨®n de Recursos Naturales (PORN), que concibi¨® el desarrollo de nuevas infraestructuras y facilit¨® la creaci¨®n de alojamientos tur¨ªsticos en inmuebles abandonados. Es lo que ha ocurrido, entre otros, en La Loma o El Campillo, en Los Albaricoques, mientras que otros fueron restaurados para viviendas privadas. De paso, las urbanizaciones y el ladrillo se disparaban en los n¨²cleos costeros de N¨ªjar, como San Jos¨¦ o Las Negras, que han duplicado sus residentes en la ¨²ltima d¨¦cada.
El PORN fue renovado para adaptarlo a la nueva realidad y frenar, en parte, el desmadre urban¨ªstico que se hab¨ªa producido en el parque. Su segunda versi¨®n fue redactada en 2008 y aprobada en 2018 tras un largo proceso judicial. Ven¨ªa a reordenar la situaci¨®n en una comarca que ha pasado de recibir turistas de manera ocasional a tener m¨¢s de un mill¨®n anuales, pero los ecologistas denunciaban que el documento ampliaba en exceso la superficie donde se pod¨ªa construir en los n¨²cleos urbanos y permit¨ªa edificaciones en suelo protegido. Ped¨ªan priorizar la preservaci¨®n del ecosistema. No fueron escuchados.
La consecuencia, seg¨²n su opini¨®n, es lo que ha ocurrido en Las Chiqueras, ubicado en suelo protegido denominado como C1, donde no est¨¢ expresamente autorizado ni prohibido el uso tur¨ªstico de los viejos cortijos. Los conservacionistas defienden que no es legal hacerlo y la Junta de Andaluc¨ªa, que s¨ª. El futuro hotel ya cuenta con su Autorizaci¨®n Ambiental Unificada.
Con 30 habitaciones, piscina y aparcamiento, pretende renovar una instalaci¨®n ganadera frente a la playa de los Genoveses. El entorno es casi virgen y su valor ambiental obliga cada verano a limitar el acceso a este tramo del litoral, con atractivas calas de oscura arena volc¨¢nica y dunas como la de M¨®nsul, escenario de pel¨ªculas como La historia interminable o Indiana Jones y la ¨²ltima cruzada. Solo entre junio y septiembre de 2021 circularon junto a estas playas algo m¨¢s de 63.000 veh¨ªculos y 200.000 personas, seg¨²n los datos del Gobierno andaluz, cuando San Jos¨¦, su localidad base, apenas roza el millar de residentes. All¨ª, junto a Las Chiqueras, hay otros cuatro cortijos pertenecientes a la misma familia: El Molino, Genoveses, El Romeral y M¨®nsul.
¡°Si se autoriza el primero, los propietarios lo podr¨ªan tomar como precedente para solicitar abrir alojamientos en los dem¨¢s. Es nuestro mayor temor¡±, dice Pilar Gonz¨¢lez, presidenta de la Asociaci¨®n de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata, que asegura que en caso de que se permita desarrollar el primer hotel iniciar¨ªa la v¨ªa judicial. ¡°Llegaremos hasta Europa o donde haga falta¡±, sentencia.
La autorizaci¨®n ambiental de la Junta de Andaluc¨ªa queda supeditada a que el proyecto sea declarado de inter¨¦s p¨²blico. Seg¨²n la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, se traslada as¨ª la responsabilidad final al Ayuntamiento de N¨ªjar, que debe ratificar (o no) esa declaraci¨®n. Fuentes municipales dicen que ellos ya no pueden negarse. Y la alcaldesa, Esperanza P¨¦rez, evita pronunciarse con claridad en p¨²blico. Busca evitar problemas como el que llev¨® el pasado oto?o al Tribunal Supremo a condenar al municipio al pago de 8,7 millones de euros despu¨¦s de que paralizase unas obras de 150 viviendas y un hotel de lujo en La Fabriquilla en los a?os 80. P¨¦rez subray¨® hace unos d¨ªas que no dar¨¢ su opini¨®n personal, pero que ¡°jur¨ªdicamente hablando¡± tiene poco margen de maniobra.
Los grupos ecologistas, en cambio, creen que s¨ª puede denegar la declaraci¨®n de inter¨¦s p¨²blico. Afirman que es factible porque, al fin y al cabo, es una iniciativa privada que no traer¨¢ grandes beneficios al entorno. De momento, el municipio ha vuelto a presentar la misma alegaci¨®n que envi¨® hace m¨¢s de un a?o ante la Junta de Andaluc¨ªa, por lo que los tr¨¢mites se pueden retrasar. En ella, reitera a la Administraci¨®n auton¨®mica que uno de los caminos que el promotor considera privado es p¨²blico, seg¨²n el Catastro. Pide que ¡°las conexiones a la red de suministro de agua y saneamiento¡± se planteen sin ocupar dicha v¨ªa.
Para Luis Berraquero, delegado territorial de Greenpeace en Andaluc¨ªa, este futuro hotel ¡ªsobre el que no planea litigar tras la eterna lucha en El Algarrobico¡ª ejercer¨¢ un ¡°efecto llamada¡± para otros en Cabo de Gata. ¡°El miedo es que la zona se convierta en un complejo con varios hoteles¡±, a?ade Marcos Di¨¦guez, de Ecologistas en Acci¨®n, que se pregunta cu¨¢l es el l¨ªmite que har¨¢ a la Administraci¨®n darse cuenta del da?o que puede ocasionar la proliferaci¨®n de espacios tur¨ªsticos en el parque natural.
Basta pasear por su red de caminos para hallar cortijos en mal estado, construcciones casi derruidas entre cactus y esparto que incluso forman parte de una ruta tur¨ªstica. Hay ya al menos tres proyectos impulsados en los dos ¨²ltimos a?os. El primero, eso s¨ª, fue rechazado por la Junta de Andaluc¨ªa. El empresario Daniel Navarro ¡ªque en el a?o 2000 compr¨® 200 hect¨¢reas en la zona por 20 millones de pesetas¡ª quer¨ªa levantar un hotel de 11 habitaciones en el cortijo El Ricardillo, cerca de las aguas turquesas de Cala San Pedro, al este de Las Negras. En abril del a?o pasado la autorizaci¨®n ambiental le fue denegada porque el proyecto era incompatible con la protecci¨®n del suelo.
M¨¢s iniciativas en tr¨¢mite
Otras dos iniciativas est¨¢n en tr¨¢mite. Por un lado, la construcci¨®n de un hotel rural en El Albardinal, a poco m¨¢s de un kil¨®metro del n¨²cleo urbano de Rodalquilar y no muy lejos de las antiguas minas de oro. Son terrenos no urbanizables de especial protecci¨®n en el parque natural, catalogados como C1, igual que el de la playa de los Genoveses. Promovido por la mercantil Rodalquilarita S. L. en un cortijo del que apenas quedan unas paredes en pie, prev¨¦ la construcci¨®n de seis habitaciones, zonas comunes, piscina y un camino.
El segundo proyecto es un establecimiento en el Camino del Playazo n¨²mero 3 ¡ªa un paso de la playa hom¨®nima¡ª con ocho habitaciones y una piscina. La zona es tambi¨¦n no urbanizable y protegida, de ah¨ª que la Asociaci¨®n de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata haya presentado alegaciones en ambos casos. Lo conservacionistas alegan, seg¨²n consta en la documentaci¨®n, que ambos se ubican en suelo catalogado como C1, donde el PORN no dice nada de si las antiguas edificaciones se pueden o no transformar para su uso tur¨ªstico, igual que ocurre en Las Chiqueras. Y visto el precedente, pueden correr la misma suerte.
Adem¨¢s del trabajo de Jes¨²s Mart¨ªnez, hay otros como el titulado Cortijos, Haciendas y Lagares editado en 2004 por la entonces Consejer¨ªa de obras p¨²blicas y transportes andaluza o el Inventario de los cortijos tradicionales de N¨ªjar, de Rafael Caro Per¨ªn, que data de 2011. Bas¨¢ndose en estos estudios y el conocimiento del entorno, la Asociaci¨®n de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata estima que hay 50 edificaciones con posibilidades de convertirse en alojamientos tur¨ªsticos en la zona. Casi todos en ruinas, est¨¢n desperdigados aqu¨ª y all¨¢, en pleno desierto. Ello hace que, seg¨²n el Grupo Ecologista Mediterr¨¢neo, la expansi¨®n de estos establecimientos pueda ser un ¡°grave problema¡± para el territorio debido a la necesidad de construcci¨®n de caminos y conducciones en espacios v¨ªrgenes. ¡°Hoy la presi¨®n tur¨ªstica est¨¢ sobre todo en la playa, pero si crece hacia el interior, el parque dejar¨¢ de ser natural¡±, insiste Jos¨¦ Rivera.
Para la patronal, en cambio, ser¨ªa algo as¨ª como un sue?o. Ante la pregunta de qu¨¦ ocurrir¨ªa si se desarrollan m¨¢s hoteles en antiguas edificaciones, la respuesta de Francisco Garc¨ªa, presidente de la Asociaci¨®n de Empresarios de Servicios Tur¨ªsticos del Parque Natural Cabo de Gata-N¨ªjar, es clara: ¡°Ojal¨¢¡±. ¡°Ser¨ªa positivo para la econom¨ªa local y para las arcas p¨²blicas permitir las recuperaciones de ruinas¡±, dice Garc¨ªa. El responsable est¨¢ seguro de que se puede ¡°encontrar un equilibrio¡± entre desarrollo tur¨ªstico y medio ambiente. Pide la participaci¨®n de todos los agentes sociales para definir el modelo de desarrollo de Cabo de Gata y tener claras ¡°las reglas del juego¡± para conocer qu¨¦ se puede o no se puede hacer. ¡°Eso, al menos, evitar¨ªa enfrentamientos de opini¨®n¡±, concluye Garc¨ªa.
Fuentes de la Junta de Andaluc¨ªa responden que todo proyecto que se ajuste a la legalidad ser¨¢ tramitado y, en su caso, autorizado. Trasladan siempre la responsabilidad ¨²ltima a ayuntamientos como el de N¨ªjar. Mientras, en lo ¨²nico que coinciden empresarios y ecologistas es que todos creen que en los meses de verano, temporada alta, hay demasiados turistas en el parque natural. M¨¢s de los que puede soportar uno de los principales espacios protegidos de Andaluc¨ªa, hoy en mayor riesgo que nunca.
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