La subida del mar sacude la primera v¨ªa f¨¦rrea de Espa?a
El avance de las olas fuerza a Adif a realizar inversiones millonarias en la l¨ªnea m¨¢s utilizada de Catalu?a y los ayuntamientos piden su traslado al interior
Unas escaleras oxidadas que se dirigen a ninguna parte. Hace a?os desembocaban en la playa, pero ya no. Donde antes hab¨ªa arena, ahora se levanta un muro de escollos que contiene el envite de las olas. A pocos metros de las rocas, se escucha el rugido de un tren que se detiene en el municipio barcelon¨¦s de Premi¨¤ de Mar, de 28.000 habitantes. Cerca de la estaci¨®n, en el paseo mar¨ªtimo, unos boquetes muestran los estragos de una tormenta reciente. Son m¨¢s que unos pocos desperfectos. Son las cicatrices que el cambio clim¨¢tico provoca a la emblem¨¢tica l¨ªnea R1 de Cercan¨ªas (Molins de Rei-Massanes), heredera de la primera v¨ªa f¨¦rrea de Espa?a (Barcelona-Matar¨®), hoy amenazada por la subida del mar, advierten ge¨®logos e informes de la Generalitat de Catalu?a.
A lo largo de sus 50 kil¨®metros de litoral al norte de Barcelona, en la costa del Maresme, se levantan 16 municipios habitados por cerca de medio mill¨®n de vecinos, 37 playas y cinco puertos deportivos con centenares de embarcaciones. En d¨ªa laborable, cerca de 100.000 personas de media cogen un tren en alg¨²n punto de este territorio enclaustrado entre una cordillera y el Mediterr¨¢neo. Algunos de sus municipios, como Premi¨¤ o Vilasar de Mar, fueron construidos en torno a rieras que desembocan en el mar. La l¨ªnea f¨¦rrea es la m¨¢s utilizada de Catalu?a y una de las arterias principales para acceder sin coche a Barcelona.
A vista de p¨¢jaro, la estructura ferroviaria parece una frontera kilom¨¦trica. Una cremallera gigante compuesta por cables y v¨ªas en doble sentido que separa el n¨²cleo urbano de la playa desde hace 174 a?os. Los vecinos de los municipios tienen que atravesar t¨²neles subterr¨¢neos, con aspecto de b¨²nkeres de guerra, para acceder al mar. Y lo que se encuentran es una costa muy languidecida y que cada decenio pierde 3,3 cent¨ªmetros, seg¨²n datos del Servicio Meteorol¨®gico de Catalu?a.
¡°Hay que replantear todo. La naturaleza hace su trabajo y el cambio clim¨¢tico lo est¨¢ acelerando. Tenemos la responsabilidad local de asumir la manera en la que hemos construido¡±, explica el director del Observatorio de GeoRisc, del Colegio de Ge¨®logos de Catalu?a, Joan Manuel Vilaplana. La mala ordenaci¨®n urban¨ªstica de la costa catalana ha llevado a que el 60% est¨¦ urbanizada en sus primeros 100 metros, seg¨²n un informe presentado por la Generalitat el pasado septiembre. En este documento, el Ejecutivo admite que la mala ordenaci¨®n ha llevado al litoral ¡°al l¨ªmite¡± y entre los mayores problemas se?ala precisamente esta gran infraestructura, cuyo recorrido, afirma, ser¨¢ necesario trasladar ¡°a medio plazo¡±. Fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana explican, sin embargo, que ¡°de momento¡± no se plantea esta acci¨®n.
El informe de la Generalitat alerta asimismo de las inversiones que ya supone paliar los efectos del cambio clim¨¢tico en la costa. Hay claras muestras. En 2020, Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), titular de la infraestructura, anunci¨® una inversi¨®n de 12 millones para reparar y adecuar un tramo de 2,2 kil¨®metros por los estragos causados por el temporal Gloria, que azot¨® con olas de hasta cuatro metros. El Gobierno de Espa?a, competente en costas, se afana en contener la sangr¨ªa de arena. El Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico present¨® un proyecto en 2014 para la restauraci¨®n de las playas con el fin de dragar toneladas de arena y fabricar m¨¢s espigones que ayuden a conservar el litoral.
¡°Podemos resistir un Gloria, pero no dos¡±, dice Vilaplana, que define estas acciones como ¡°parches temporales¡± que no tienen en cuenta el escenario que se aproxima. Fuentes de Adif a?aden a este diario que la intenci¨®n de la compa?¨ªa es extender las reparaciones y adecuaciones a lo largo de todo el recorrido, y que si se decidi¨® empezar por este tramo fue porque era donde m¨¢s problemas hab¨ªa. ¡°Desde entonces ha dejado de haber incidencias¡±, defienden estas fuentes.
La l¨ªnea, sin embargo, acumula quejas de los usuarios, que denuncian retrasos constantes. ¡°Hoy mismo, un tren con 30 minutos de retraso¡±, se quejaba la pasada semana Antoni Esteban, portavoz del movimiento Preservem el Maresme, una plataforma de vecinos y entidades que pide soluciones. ¡°Los expertos coinciden en que el mar inundar¨¢ en d¨¦cadas las estaciones. Sabiendo esto, ?por qu¨¦ no se empieza como m¨ªnimo a estudiar la viabilidad de un nuevo recorrido? Tenemos que pensar en el ma?ana¡±, defiende Esteban.
Para Vilaplana, la opci¨®n m¨¢s responsable, aunque sea multimillonaria, es el traslado tierra adentro del trayecto. Una propuesta que algunos ayuntamientos ya reclamaban a principios de siglo y que se reactiv¨® tras el grave temporal de 2020. ¡°Supondr¨ªa mucho dinero, pero el Estado tiene que ser valiente¡±, defiende el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Vilasar de Mar, ?ngel Font, quien alerta tambi¨¦n de que el drenaje para mantener arena en las playas no es suficiente.
El alcalde de Matar¨®, el socialista David Bote, explica que ¡°a medio y largo plazo¡± la soluci¨®n pasa de alguna manera por trasladar la l¨ªnea. Y a corto plazo, por conseguir pacificar la colindante carretera N-II, una v¨ªa que hasta hace pocos meses serv¨ªa de l¨ªnea alternativa para acceder a Barcelona sin pagar peaje. Tras la liberalizaci¨®n de las tasas de la autopista, la carretera ha visto disminuido dr¨¢sticamente su tr¨¢nsito. El regidor defiende que esta acci¨®n, junto a la permeabilizaci¨®n del tramo ferroviario en el municipio, permitir¨ªa que la ciudad, como ya hizo la Barcelona ol¨ªmpica de los noventa, se reconciliara con el mar.
Fuentes cercanas a la ministra de Transportes, Raquel S¨¢nchez, admiten que el hipot¨¦tico traslado de la v¨ªa ¡°supondr¨ªa una gran mejora urban¨ªstica¡±. Pero explican, sin embargo, que ¡°los costes ser¨ªan muy elevados¡± y que el problema persistir¨ªa con la afectaci¨®n de otros ¡°elementos colindantes¡±. Tambi¨¦n que las viviendas que est¨¢n en primera l¨ªnea se ver¨ªan afectadas por dicho traslado. Y defienden que la soluci¨®n pasa por proteger el territorio generando m¨¢s playa. Vilapana contesta: ¡°Cuesta mucho que las administraciones tengan una mirada amplia donde el urbanismo, la movilidad y la sostenibilidad se tengan en cuenta conjuntamente. Tendremos que hacer m¨¢s pedagog¨ªa para convencer¡±, sentencia este profesor universitario mientras el viento le golpea la cara y el oleaje muere contra el espig¨®n.
Cinco puertos deportivos y sobreurbanizaci¨®n
No es casualidad que el lugar elegido para construir la primera v¨ªa f¨¦rrea de Espa?a fuera, literalmente, la playa. Inaugurada en 1848, entonces respondi¨® a la necesidad de conectar los centros industriales, levantados a lo largo de la costa, con Barcelona, y facilitar de paso su exportaci¨®n por v¨ªa mar¨ªtima. La v¨ªa se fue ampliando; el territorio colindante se llen¨® de viviendas y frente a ella, en el mar, se construyeron cinco puertos deportivos. Los espigones cortaron las corrientes que transportaban de manera natural la arena y el mar fue ganando espacio a la playa hasta sitiar, literalmente, las v¨ªas.
Las im¨¢genes que tom¨® un avi¨®n norteamericano en 1945 documentadas por el Instituto Cartogr¨¢fico y Geol¨®gico de Catalu?a sirven hoy de prueba para documentar el cerco acu¨¢tico. Si se compara con las actuales im¨¢genes satelitales, se observa claramente c¨®mo mientras en algunos puntos del litoral directamente ha desaparecido por completo la playa, en otros se acumulan toneladas de arena en torno a los espigones. El director del Observatorio de GeoRisc, Joan Manuel Vilaplana, a?ade otro problema: la sobreurbanizaci¨®n en las rieras ha hecho que se aporten menos sedimentos. Adem¨¢s de ser peligroso. Seg¨²n la Generalitat, el 15% del territorio urbanizado en zonas fluviales de la comunidad corre el riesgo de inundarse.
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