C¨®mo concienciar sobre el peligro de extinci¨®n de un gran depredador: ¡°Lo que realmente da miedo es un mar sin tiburones¡±
Los expertos advierten de que los 100 millones de capturas del escualo al a?o ponen en riesgo el ecosistema marino en un congreso internacional en el Oceanogr¨¤fic de Valencia
Su fama cinematogr¨¢fica, la espectacularidad de algunos de sus pocos ataques y su condici¨®n de gran depredador hacen dif¨ªcil asimilarlo, pero tiburones y rayas (son la misma familia) est¨¢n en grave peligro de extinci¨®n. La investigadora Sarah Fowler, autora de Sharks in the World, pone las cifras. ¡°M¨¢s del 37% de las especies est¨¢n amenazas y hay algunas que llevan muchos a?os sin ser vistas y que pueden haberse extinguido¡±, resume.
La imagen de los tiburones, no obstante, hace que cueste concienciar sobre esa situaci¨®n. ¡°No son vistos por el p¨²blico como los delfines. Tienen muy mala prensa. Cuesta pasar la barrera de los dientes o de los ataques. Cuando alguien busca informaci¨®n de vacas en internet no hay una entrada de cu¨¢nta gente muere por una coz, aunque sea mucha y con los tiburones s¨ª, aunque sean muy pocas las muertes¡±, explica Pablo Garc¨ªa-Salinas, investigador de la Fundaci¨®n Oceanografic.
En este centro valenciano y con este complicado panorama, este mi¨¦rcoles ha arrancado la cuarta edici¨®n del congreso Sharks International. Lo ha hecho con talleres sobre c¨®mo trabajan con los tiburones. Extracciones de sangre, de semen, marcaje¡ La investigaci¨®n es uno de los enfoques que se va a abordar en este encuentro entre m¨¢s de 400 especialistas, pero no el ¨²nico. ¡°Necesitamos comunicar lo que estamos haciendo y ejercer presi¨®n pol¨ªtica para que todo eso acabe llegando a la gente que toma medidas legales¡±, apunta Garc¨ªa-Salinas.
Existe ya un grupo de presi¨®n, un lobby, que trata de influir en las decisiones de los pa¨ªses y de las organizaciones supranacionales que deciden aspectos relevantes para su conservaci¨®n. ¡°Trabajamos para una gesti¨®n pesquera eficaz basada en la ciencia para mantener la salud de los ecosistemas y las poblaciones¡±, explica Alex Bartol¨ª, miembro de Submon, uno de los organizadores del congreso. ¡°Tenemos que entender que lo que realmente da miedo es un mar sin tiburones, ya que como grandes depredadores ayudan a mantener el equilibrio ecol¨®gico de nuestros mares¡±, recuerda. Tambi¨¦n sus hermanas las rayas que, removiendo el fondo marino, son indispensables para crear h¨¢bitats para muchas especies.
En la amenaza que se cierne sobre estos animales hay una causa principal, se?ala Garc¨ªa-Salinas: ¡°La sobrepesca¡±. Porque, como pasa con el cerdo, de los tiburones se aprovecha casi todo. ¡°La carne se comercializa como mussola, caz¨®n, marrajo o tintorera. Tambi¨¦n se gasta para hacer harinas de pescados, comida para mascotas. Se hacen con su cart¨ªlago suplementos de col¨¢geno para deportistas; el aceite del h¨ªgado lo usa la industria farmac¨¦utica; la piel se convierte en un cuero de mucha calidad e incluso los dientes van para la joyer¨ªa¡±, desgrana.
Asegura este investigador que ¡°Espa?a est¨¢ a la cabeza en capturas y es el mayor exportador de la UE¡± con destino a Italia o a pa¨ªses asi¨¢ticos, por eso le da especial importancia a ser los anfitriones de esta cita. En Espa?a se regula la pesca, de las especies de las que se permite, mediante un sistema de cuotas en la zona atl¨¢ntica y de esfuerzo, es decir, de d¨ªas u horas de trabajo en el Mediterr¨¢neo. Pero hay zonas en las que el control es mucho menor. ¡°El Pac¨ªfico o el ?ndico, sobre todo¡±, apunta Bartol¨ª.
De la misma manera, hay zonas en las que su carne es b¨¢sica para la alimentaci¨®n y eso aumenta la presi¨®n sobre especies que tardan mucho en reproducirse. ¡°Cada minuto se captura en el mundo 180 tiburones y al a?o los datos m¨¢s conservadores hablan de unos 100 millones de ejemplares al a?o¡±, explica Garc¨ªa-Salinas. Son cifras que dif¨ªcilmente se pueden sostener con su ciclo de reproducci¨®n en muchos casos. ¡°El tibur¨®n de Groenlandia llega a vivir 500 a?os y su reproducci¨®n empieza a partir de los 150. Hay otros casos menos extremos que no empieza hasta los 15 a?os¡±, se?ala.
El investigador, sin embargo, pide no apuntar a los pescadores¡ sino aliarse con ellos. ¡°La ciencia ha visto durante mucho tiempo al pescador como un enemigo, como un elemento destructor y el camino empieza por cambiar eso y entender que son personas que se ganan as¨ª la vida, que tienen un trabajo dur¨ªsimo y que lo ¨²ltimo que quieren es ver al mar en malas condiciones. Por eso cada vez trabajamos m¨¢s codo con codo con ellos¡±, asegura.
Otras amenazas
A la sobrepesca y a la ya conocida presi¨®n costera, que en 10 a?os puede cambiar h¨¢bitats y poner en riesgo la viabilidad de una especie, se ha unido ahora el cambio clim¨¢tico. ¡°Hace 20 a?os solo una especie estaba clasificada en riesgo por esta cuesti¨®n, pero ahora ya lo est¨¢n m¨¢s de 100 [sobre un total de 360 registradas]¡±, asegura Fowler. ¡°A los tiburones morfol¨®gicamente no tiene por qu¨¦ afectarles, por ejemplo, que aumente un grado la temperatura del agua, pero s¨ª les afecta si eso provoca un cambio grande en el habitat o si se van sus presas¡±, reflexiona Garc¨ªa-Salinas.
Los angelotes canarios, un proyecto para salvar la especie
Desde hace nueve años las Canarias acogen un proyecto con los tiburones ángel o angelotes, como se les conoce por su gran tamaño. Se trata de la segunda familia de tiburones más amenazada, que tiene en estas aguas un santuario en el que se trabaja para garantizar su conservación y para profundizar en la investigación sobre sus costumbres y hábitats para recuperar la especie en otras zonas del mundo donde la situación es mucho peor. El proyecto 'Angel Shark' lo impulsan la Universidad de Gran Canaria, la Sociedad Zoológica de Londres y el Museo de Investigación Zoológica Alexander Koeniig alemán y sus investigaciones han logrado que el Gobierno incluyera a los angelotes en 2019 en la lista de especies protegidas.
Entre sus línea de trabajo está la edición de guías para que pescadores profesionales y recreativos puedan devolverlos al agua de forma segura si los capturan por error y para que los buceadores tengan con ellos “un comportamiento ejemplar”, explica David Jiménez, uno de sus responsables. Las investigaciones se nutren del marcaje visual de sus muchos colaboradores pero destaca la red de marcaje acústico que han creado en la costa de La Graciosa. “Cada vez que pasa un ejemplar marcado, nos manda una señal y eso nos da mucha información pero es caro cada receptor cuesta unos dos mil euros y cada marca unos 300″, apunta. “El angelote esta bien en Canarias, el problema es que queda muy poco en el resto del mundo, especialmente en el Mediterráneo, y el conocimiento que adquirimos aquí nos permite mandar información a otros sitios para que puedan implementar medidas de protección de forma inmediata”, apunta.
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