Plantas invasoras que ponen en riesgo la biodiversidad
En Espa?a hay m¨¢s de 700 especies vegetales al¨®ctonas que compiten con las aut¨®ctonas y ponen en peligro los h¨¢bitats
El oto?o pasado, una marea de toneladas de jacintos de agua o camalotes (Eichhornia crassipes) apareci¨® en las R¨ªas Baixas, una franja de la costa sur de Galicia. Las voces de alarma sonaron de inmediato. Esta planta acu¨¢tica ¡ªarrastrada por las corrientes marinas a lo largo del litoral norte de Portugal¡ª es una de las m¨¢s peligrosas del mundo. No por los da?os que pueda causar al ser humano (no es venenosa ni provoca ning¨²n tipo de mal en las personas), sino porque representa una amenaza para el ecosistema, ya que tiene un car¨¢cter invasor muy agresivo, colonizando r¨¢pidamente todo el medio que le resulta favorable.
La Xunta ya ha descartado cualquier tipo de invasi¨®n. Sin embargo, se mantiene alerta. El jacinto de agua es una de las plantas catalogadas como invasoras que se han expandido por diversas ¨¢reas, poniendo contra las cuerdas la zona a la que llega: provoca una cantidad importante de materia org¨¢nica y eso obstruye canales de riego o estropea el agua del sitio. En Europa se han encontrado casos en Italia, Portugal y en Espa?a, donde ha aparecido en algunos humedales y cursos de agua situados en ¨¢reas de clima c¨¢lido. Concretamente, se ha expandido en las provincias de Alicante, C¨¢ceres, Castell¨®n y Tarragona. Desde casi 20 a?os se tiene evidencia de que est¨¢ presente en la cuenca del r¨ªo Guadiana, donde la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica ha invertido en los ¨²ltimos 15 a?os m¨¢s de 50 millones de euros para el control de la planta, que forma parte de una lista de especies que ponen en riesgo la biodiversidad del planeta.
Rivalidad indeseada
En suelo espa?ol, junto al camalote, existen m¨¢s de 700 especies de flora al¨®ctonas que son susceptibles de competir con las oriundas, seg¨²n la informaci¨®n del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico. Entre ellas est¨¢n la Acacia dealbata, conocida como mimosa y que se considera invasora en todo el territorio nacional, excepto en Canarias y Baleares; el Carpobrotus edulis o u?a de gato, de la que se tiene evidencia por primera vez en nuestro pa¨ªs ¡ªconcretamente en Galicia¡ª en el a?o 1900, o la Cortaderia selloana o plumero de la Pampa, cuya expansi¨®n influye en la calidad de la tierra para el ganado y es causante del incremento de alergias entre los humanos.
Las especies invasoras son una amenaza importante, pues son la segunda causa de p¨¦rdida para la conservaci¨®n de la biodiversidad en el mundo, seg¨²n la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza. ¡°En las islas es la amenaza n¨²mero uno¡±, resalta Laura Moreno, responsable del programa de especies amenazadas en WWF Espa?a. Muchas de estas han llegado aqu¨ª como plantas ornamentales. ¡°La u?a de gato, por ejemplo, es una planta crasa que no necesita ser regada para crecer, entonces se ha utilizado mucho como planta tapizante en jardiner¨ªa o en obra p¨²blica¡±, agrega Montserrat Vil¨¤, investigadora de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana del CSIC y una de las grandes expertas en la materia.
En 2019, Vil¨¤, junto con ?lvaro Bay¨®n, experto tambi¨¦n de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, hicieron un listado de las especies de plantas que se venden en los viveros espa?oles. Entre ellas hab¨ªa ocho prohibidas (se?aladas en el Cat¨¢logo del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica), como la mimosa, el plumero de la Pampa o el rabo de gato, que tambi¨¦n se encuentra regulada por la normativa de la Comisi¨®n Europea.
En el estudio de los expertos del CSIC tambi¨¦n destacan 22 plantas invasoras sin regular y 46 m¨¢s que potencialmente pueden adquirir ese rango. ¡°Para que se les considere invasoras tiene que intervenir, de forma voluntaria o involuntaria, la mano del hombre¡±, advierte Pilar Castro D¨ªez, profesora de la Facultad de Biolog¨ªa, Ciencias Ambientales y Qu¨ªmicas en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Por ejemplo, explica Vil¨¤, en el pa¨ªs hay toda una xerojardiner¨ªa (jardines con uso racional de agua) que tiene un inter¨¦s en plantar especies que pueden subsistir en climas m¨¢s ¨¢ridos. Esto lleva a la importaci¨®n de especies que quiz¨¢s est¨¢n prohibidas.
De acuerdo con los expertos, el hallazgo en algunas tiendas de estas especies subraya la necesidad de una aplicaci¨®n m¨¢s estricta de la regulaci¨®n vigente. En Espa?a, en 2011, se cre¨® el primer listado y cat¨¢logo de especies ex¨®ticas invasoras, el cual se aprob¨® en 2013 con 68 referencias. Pero no fue hasta 2021 cuando se conform¨® la primera lista de aquellas que entran dentro de la categor¨ªa de potencial invasor. ¡°El problema de las plantas invasoras no solo es de Espa?a, sino que es global¡±, advierte la representante de WWF. En Europa existen unas 12.000 especies presentes que son ex¨®ticas, de las que se calcula que aproximadamente entre el 10% y el 15% se comportan como invasoras.
Las plantas invasoras provocan la alteraci¨®n de los h¨¢bitats, su depredaci¨®n, y aumentan la transmisi¨®n de enfermedades. ¡°Es un problema del que deber¨ªamos preocuparnos m¨¢s¡±, a?ade Vil¨¤. Sobre todo en una ¨¦poca en la que est¨¢n a la orden del d¨ªa la restauraci¨®n y la creaci¨®n de nuevas infraestructuras, que en muchos casos requieren de una ornamentaci¨®n. ¡°Cada ecosistema hay que restaurarlo con lo que hay all¨ª y no con cualquier cosa. Se ha entendido que restaurar es plantar ¨¢rboles de cualquier tipo y no es eso¡±, dice la experta del CSIC.
Efectos en la fauna
Laura Moreno, responsable del programa de especies amenazadas en WWF España, explica que la introducción de nueva flora también trae consigo algunos efectos en la fauna de la zona. “Hace tiempo que algunas palmeras se trajeron de Egipto al Levante español, cuando ocurrió el boom inmobiliario. Ellas venían con un escarabajo, conocido como picudo rojo, que ha eliminado las palmeras de la zona”, destaca. Otro ejemplo, añade la experta, es la introducción de olivos centenarios peninsulares en el archipiélago balear. “Baleares tiene una flora y fauna endémicas que están separadas del continente y han evolucionado de otra manera. Hay, entonces, muchas culebras de la Península que no estaban en las islas y que han llegado con los olivos centenarios en grandes mansiones o en casas, de Jaén a Mallorca”.
“Cuando una especie se ha propagado mucho es muy difícil controlarla”, afirma Pilar Castro Díez, profesora de Biología y Ciencias Ambientales. “La única forma de erradicarla es cuando solo tiene pequeñas poblaciones, pero eso ocurre muy al principio, es decir, cuando se establece. Hasta que una especie no ha invadido, se ha expandido y está causando impactos, la ley no la considera invasora”.
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