Brasil, M¨¦xico, Colombia, Indonesia y otros 13 pa¨ªses reclaman a la UE que reconsidere su ley contra la deforestaci¨®n

La ley europea contra la deforestaci¨®n que entr¨® en vigor hace poco m¨¢s de dos meses y veta a los pa¨ªses de la UE importar productos de ¨¢reas deforestadas tiene profundamente preocupados a varios pa¨ªses en desarrollo que se consideran directamente perjudicados. Brasil, Indonesia y otros 15 pa¨ªses han escrito una carta conjunta a las m¨¢ximas autoridades de las instituciones comunitarias en las que reclaman al bloque que reconsidere la norma, que critican por su ¡°car¨¢cter punitivo y discriminatorio¡±, seg¨²n el texto, difundido este lunes por el Ministerio de Exteriores brasile?o. Varios de los firmantes ya hicieron p¨²blico su descontento hace un a?o. Acusan a la UE de haberse mostrado ¡°inflexible¡± hasta ahora y reclaman la apertura de un di¨¢logo para resolver el contencioso mientras reafirman su compromiso con ¡°las metas ambientales multilaterales¡±.

La norma de la UE, que entr¨® en vigor el pasado 29 de junio, es considerada por sus autores como un gran paso adelante para que el consumo en los Veintisiete no contribuya a la deforestaci¨®n o degradaci¨®n de la Amazonia y otros valiosos bosques tropicales. La ley antideforestaci¨®n veta la entrada en su territorio de siete productos (aceite de palma, cacao, caf¨¦, caucho, ganado, madera y soja) y sus derivados si proceden de ¨¢reas ilegalmente deforestadas despu¨¦s del 31 de diciembre de 2020. Esa es a fecha de corte. Y ser¨¢n las propias empresas que quieran comercializarlos las que deban demostrar que sus productos son limpios.

Junto a Brasil, suscriben tambi¨¦n la misiva diez pa¨ªses latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, M¨¦xico, Paraguay, Per¨² y Rep¨²blica Dominicana), adem¨¢s de Indonesia (que alberga uno de los mayores bosques tropicales del mundo despu¨¦s de Amazonia), Costa de Marfil, Ghana, Malasia, Nigeria y Tailandia. Los 17 Gobiernos firmantes advierten de que ¡°los peque?os productores pueden terminar excluidos de las cadenas de valor internacionales, no porque hayan deforestado sus tierras, sino por su incapacidad para cumplir con los estrictos requisitos impuestos¡± por la normativa europea.

Los pa¨ªses firmantes solicitan en su misiva a los presidentes de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, del Consejo Europeo, Charles Michel, y del Europarlamento, Roberta Metsola, que las partes aprovechen el proceso de elaboraci¨®n de las directrices de implantaci¨®n de la ley para ¡°corregir la legislaci¨®n o, al menos, tratar de mitigar sus impactos m¨¢s da?inos¡±.

Reclaman los 17 Gobiernos a la UE un voto de confianza. Es decir, unas directrices que ¡°valoren adecuadamente las pr¨¢cticas locales sostenibles en las cadenas de valor agr¨ªcolas, tanto las ya implantadas como las que est¨¢n en desarrollo¡±. Lo consideran imprescindible para evitar turbulencias en las relaciones comerciales adem¨¢s de la carga burocr¨¢tica extra y de costes que supondr¨¢ a todos los implicados, incluidos productores y consumidores.

Estos exportadores de aceite de palma, cacao, caf¨¦, caucho, ganado, madera y soja y de derivados como carne de vacuno, productos de cuero, papel, muebles, cosm¨¦ticos o chocolate consideran que ¡°esta legislaci¨®n ignora las circunstancias y capacidades locales, la legislaci¨®n nacional y los mecanismos de certificaci¨®n de los pa¨ªses productores en desarrollo, as¨ª como sus esfuerzos para combatir la deforestaci¨®n y los compromisos asumidos en foros multilaterales¡±.

Los 17 pa¨ªses contrarios a la ley europea antideforestaci¨®n tal y como est¨¢ formulada instan a Bruselas a implicarse en un di¨¢logo con sustancia antes de que la legislaci¨®n empiece a aplicarse dentro de 18 meses. Ese es el plazo que Bruselas se ha dado para evaluar a los pa¨ªses exportadores, o a regiones dentro de ellos, como de bajo riesgo o de alto riesgo. En este ¨²ltimo caso, las importaciones ser¨¢n sometidas a controles m¨¢s rigurosos.

Desde que regres¨® al poder, la cuesti¨®n medioambiental se ha convertido, de manera inesperada, en un asunto que enfrenta al presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, con Bruselas. El izquierdista considera pr¨¢cticamente una afronta tanto esta norma europea como las exigencias medioambientales a?adidas al acuerdo comercial Mercosur-UE despu¨¦s de que ambos bloques pactaran en 2019 el texto tras dos d¨¦cadas de negociaci¨®n. El veterano Lula considera que esas exigencias pudieron tener sentido cuando Jair Bolsonaro estaba en la Presidencia y daba alas a los deforestadores de la Amazonia, pero que dejaron de tenerlo en el momento en que ¨¦l asumi¨® el poder con el compromiso de priorizar la pol¨ªtica medioambiental y en vista de que la deforestaci¨®n est¨¢ cayendo en la Amazonia brasile?a.

Lula da muestras de estar perdiendo la paciencia con el bloqueo del acuerdo comercial Mercosur-UE. Este lunes ha propuesto que los jefes de Gobierno de los pa¨ªses implicados se re¨²nan en los pr¨®ximos meses para ¡°dar un s¨ª o un no y dejar de debatir porque nadie aguanta m¨¢s¡±.

Los pa¨ªses que se consideran perjudicados por la ley de la UE contra la deforestaci¨®n recalcan que, a su juicio, la norma ¡°por s¨ª sola no tendr¨¢ un impacto positivo en las tasas de deforestaci¨®n¡± y corre el peligro de tener efectos indeseados como el aumento de la pobreza o una demora en la consecuci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Brasil, una potencia media con una arraigada tradici¨®n diplom¨¢tica de llevarse bien con todos, aspira a erigirse en l¨ªder de los pa¨ªses del sur global, sobre todo en un asunto como el medioambiente en el que tiene un protagonismo especial por la Amazonia. El 60% del mayor bosque tropical del mundo (siete millones de kil¨®metros cuadrados), que ejerce una funci¨®n crucial para regular la temperatura del planeta y aminorar el cambio clim¨¢tico, se extiende por su territorio. El resto se distribuye entre otros ocho pa¨ªses.

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