Los ind¨ªgenas de Brasil logran una victoria vital en los tribunales frente al agronegocio
El Supremo rechaza por 9 a 2 el intento del sector agropecuario de impedir a los nativos reclamar tierras que no habitaran en 1988, cuando se aprob¨® la Constituci¨®n
Los ind¨ªgenas de Brasil, descendientes de quienes habitaban estas tierras antes de la conquista o de que alguien contemplara la mera noci¨®n de convertirlas en un pa¨ªs, se han anotado este jueves una victoria vital para sus pueblos y el medioambiente. La mayor¨ªa de los jueces del Tribunal Supremo ha rechazado este jueves por nueve a dos la tesis defendida por el lobby del sector agropecuario que reclamaba establecer un l¨ªmite temporal a la reclamaci¨®n de tierras por parte de los ind¨ªgenas. Este proceso judicial, que se empez¨® a juzgar en la m¨¢xima corte en 2021, tiene desde entonces en vilo a las organizaciones de nativos y medioambientales porque las reservas ind¨ªgenas son cruciales para preservar la vasta cultura de los pueblos originarios, pero tambi¨¦n para proteger la naturaleza y la biodiversidad tanto en la Amazonia como en los estados en los que avanzan cultivos y ganado.
Representantes de los ind¨ªgenas han seguido este juicio que consideran hist¨®rico desde la propia sala del Supremo, en Brasilia. Durante dos a?os, cada una de las vistas celebradas con largos intermedios han levantado enorme expectaci¨®n porque este caso sienta jurisprudencia. Y, por tanto, el resultado tiene enormes repercusiones para los ind¨ªgenas, por supuesto, pero tambi¨¦n para el sector agropecuario, el m¨¢s din¨¢mico de la econom¨ªa, el que m¨¢s crece y m¨¢s empleo genera.
De nuevo en este polarizado Brasil, la m¨¢xima corte ha quedado dividida en bandos ideol¨®gicos. Los dos jueces que han votado a favor de la tesis del agronegocio son los dos que nombr¨® el anterior presidente, Jair Bolsonaro, de extrema derecha, que rechaz¨® demarcar ni un solo cent¨ªmetro de nuevas tierras para los nativos o la biodiversidad.
El lobby del agronegocio pretend¨ªa que los ind¨ªgenas no pudieran reclamar territorios en los que no estuvieran asentados el d¨ªa que se promulg¨® la Constituci¨®n, es decir, el 5 de octubre de 1988. Su argumento era que con ese l¨ªmite temporal se podr¨ªan resolver innumerables disputas por tierras y dar seguridad jur¨ªdica a los productores agropecuarios. Para los nativos, imponer esa restricci¨®n hubiera significado legalizar m¨²ltiples expulsiones ocurridas antes de esa fecha, sobre todo durante la dictadura, que acab¨® en 1985.
Los ind¨ªgenas son una peque?¨ªsima minor¨ªa de los brasile?os (1,7 millones entre los que viven en las aldeas y en las ciudades) y sus tierras suponen m¨¢s del 13% del territorio. Y en ellas ejercen una funci¨®n vital para el planeta porque son siempre las ¨¢reas donde la naturaleza est¨¢ mejor preservada. En las im¨¢genes tomadas por sat¨¦lites en la Amazonia o en otros ecosistemas las tierras ind¨ªgenas y las reservas naturales son f¨¢ciles de identificar porque suele ser islas verdes.
¡°?Victoria! Derrotamos la tesis jur¨ªdico-pol¨ªtica del marco temporal¡±, ha proclamado en una nota la APIB, la organizaci¨®n que aglutina a los pueblos ind¨ªgenas de Brasil y que hasta hace unos meses dirig¨ªa Sonia Guajajara, ahora ministra de los Pueblos Ind¨ªgenas en el Gobierno de Luiz In¨¢cio Lula da Silva. De todos modos, la APIB alerta de que a lo largo del proceso judicial han asomado algunos peligros como la posibilidad de que los productores agropecuarios deban ser indemnizados.
¡°Nuestro derecho originario est¨¢ garantizado, pero existen en el debate del Supremo cuestiones que nos amenazan¡±, afirma la APIB en la nota para a?adir que ¡°la propuesta de indemnizaci¨®n sobre la tierra desnuda puede impedir las demarcaciones y el usufructo exclusivo de las tierras ind¨ªgenas, que tambi¨¦n es un derecho inviolable¡±.
El proceso de demarcaci¨®n de tierras ind¨ªgenas fue intens¨ªsimo en los primeros a?os despu¨¦s de que, en 1985, Brasil recuperara la democracia. Pero hace una d¨¦cada se fren¨® por la crisis pol¨ªtica, social y econ¨®mica que atraves¨® el pa¨ªs y en los ¨²ltimos cuatro a?os estuvo completamente paralizado. El militar retirado Jair Bolsonaro prometi¨® en su primera campa?a presidencial no legalizar ¡°un solo cent¨ªmetro de tierra ind¨ªgena¡± y cumpli¨® su palabra. Lula ha retomado el proceso pero a un ritmo mucho m¨¢s t¨ªmido de lo que los ind¨ªgenas y los ambientalistas hubieran deseado. Retom¨® la creaci¨®n de tierras ind¨ªgenas con ocho ¨¢reas cuidadosamente elegidas entre la larga lista de solicitudes porque evit¨® aquellas que pudieran resultar m¨¢s conflictivas tanto en t¨¦rminos pol¨ªticos como jur¨ªdicos.
El caso que ahora ha juzgado el Supremo ata?e a una tierra concreta del Estado de Santa Catarina, al sur del pa¨ªs. En 2009 un juez de primera instancia le arrebat¨® al territorio Ibirama-Laklano la condici¨®n de reserva ind¨ªgena con el argumento de que los nativos no estaban all¨ª el d¨ªa que entr¨® en vigor la Constituci¨®n que reconoce a los abor¨ªgenes el derecho sobre sus tierras, incluida la explotaci¨®n en exclusiva. Bolsonaro fracas¨® en el intento de permitir que los for¨¢neos tambi¨¦n pudieran explotar esas riquezas.
El presidente Lula y su Gobierno estaban a la espera de lo que el Supremo decidiera en este caso. Pero la decisi¨®n de la m¨¢xima corte no es un punto final al asunto. Porque el lobby del agro ha buscado una v¨ªa alternativa para lograr su objetivo, el Senado, que debate un proyecto de ley al respecto. Est¨¢ previsto que sus se?or¨ªas lo voten la semana que viene.
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