Agricultores que no compran el discurso antiambiental: ¡°Casi todos los problemas que tenemos en el campo son por el cambio clim¨¢tico¡±
En medio de las protestas, Europa estudia flexibilizar exigencias que afectan a la rotaci¨®n de cultivos, a los pastos que capturan CO? o a la superficie agr¨ªcola en barbecho para recuperar los suelos
La ganadera Laura Mart¨ªnez, de 31 a?os, ha acudido a las manifestaciones de protesta con sus compa?eros del campo porque comparte muchas de las reivindicaciones, pero no las que pretenden relajar las medidas ambientales que afectan a las explotaciones agropecuarias. ¡°No tiene ning¨²n sentido que se hable de quitar la Agenda 2030 [acuerdo de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible] o de no reducir el uso de pesticidas. Dependemos del ecosistema y si lo destruimos no s¨¦ de qu¨¦ vamos a vivir¡±, sostiene. Con ella, otros granjeros consideran un error culpar de los problemas que afronta el sector a las exigencias ambientales impuestas por Europa para acceder a las ayudas de la PAC (Pol¨ªtica Agraria Com¨²n). O responsabilizar al Pacto Verde, la estrategia de la UE para lograr la neutralidad clim¨¢tica en 2050, que estaba previsto aplicarse en un futuro y que pretend¨ªa reducir a la mitad el uso de pesticidas, herbicidas, insecticidas... un punto que se ha parado. Otra cuesti¨®n, advierten, es la forma en la que Bruselas pretende implementar estos requisitos, que puede conducir a la desaparici¨®n de las peque?as explotaciones por su incapacidad para adaptarse a los cambios.
A Antonio Feliu, un agricultor mallorqu¨ªn de 55 a?os, tambi¨¦n se lo ha visto en las concentraciones de protesta, ¡°porque la gente del campo malvive¡± y por la competencia desleal y la excesiva burocracia a la que se enfrentan. Pero, al mismo tiempo, defiende que el camino a seguir es el de la agricultura sostenible, que practica en su granja agropecuaria, compuesta por varias fincas que suman un total de 100 hect¨¢reas ¨Del tama?o medio de una explotaci¨®n en Espa?a ronda las 44 hect¨¢reas, indica el Ministerio de Agricultura¨D. En ellas cultiva en ecol¨®gico frutales y cr¨ªa vacas, cerdos, cabras, ovejas, gallinas y conejos, que vende a particulares, cooperativas, restaurantes o mayoristas. La de Feliu es una de las 914.871 explotaciones agr¨ªcolas que exist¨ªan en Espa?a en 2020, un 7,6% menos que el censo de 2009, de las que alrededor de 650.000 reciben prestaciones econ¨®micas de la PAC, indica el ¨²ltimo censo agrario publicado hace dos a?os.
A Feliu le gusta ¡°tener el campo bien cultivado, sin porquer¨ªa ni herbicidas. No quiero contaminar el agua que vamos a beber, ni la planta que luego vendemos, no es mi filosof¨ªa de vida¡±. Con este camino marcado, asegura que ¡°las medidas medioambientales de la PAC no se pueden ablandar porque son insuficientes¡±. Aunque remacha inmediatamente: ¡°Dicen que la PAC es sostenible y eso no es as¨ª del todo porque apuestan por los terratenientes y la producci¨®n intensiva¡±.
Pero la presi¨®n de las tractoradas est¨¢ surtiendo efecto y Europa cede terreno en la agenda verde. Bruselas estudia convertir en voluntarias 4 de las 10 pr¨¢cticas recogidas dentro de las Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM), imprescindibles para percibir las ayudas de la PAC, que afectan a la rotaci¨®n de cultivos, al mantenimiento de los suelos o a la superficie que se debe dejar en barbecho. ¡°Casi el 55% de las explotaciones quedar¨ªan exentas de esa condicionalidad¡±, apunt¨® el ministro de Agricultura, Luis Planas, tras la ¨²ltima reuni¨®n del mi¨¦rcoles con las principales organizaciones del sector.
Acallar con renuncias verdes
¡°El problema principal son los acuerdos de libre comercio y la competencia desleal de otros productos externos, pero estas protestas no se deber¨ªan acallar derogando las m¨ªnimas normas medioambientales existentes¡±, explica Helena Moreno, responsable de agricultura de Greenpeace. Un paso atr¨¢s que tambi¨¦n denuncia la coalici¨®n Por otra PAC, formada por ganaderos, agricultores y ONG ambientalistas, entre otros. ¡°Como esto siga as¨ª, la PAC m¨¢s verde de la historia [por la actual de 2023 a 2027] ni siquiera llegar¨¢ a las obligaciones de 2014¡å, sostienen. En ese momento se contemplaba el mantenimiento de pastos permanentes, la diversificaci¨®n de cultivos, el fomento de espacios para proteger suelos y la preservaci¨®n de la fauna silvestre que poliniza y mata plagas.
La preocupaci¨®n ambiental no es patrimonio exclusivo de los agricultores que cultivan en ecol¨®gico. Es el caso de Santiago P¨¦rez, de 52 a?os, que explota 60 hect¨¢reas en el Campo de Cartagena (Murcia) en las que produce dos cosechas ¨Dlechuga y patata¨D, las que le permite la legislaci¨®n all¨ª. ¡°Hoy estamos sufriendo las consecuencias de las malas pr¨¢cticas agr¨ªcolas porque se le ha metido mucho nitr¨®geno al suelo¡±, dice, bas¨¢ndose en lo que le ha ense?ado su experiencia. En el caso de esta zona, las secuelas se han hecho visibles en el mar Menor, que ha perdido su equilibrio y ha sufrido dos crisis con miles de peces muertos debido, principalmente, a la acumulaci¨®n de nitratos usados como fertilizantes.
Utilizar los m¨ªnimos fitosanitarios ¡°es lo mejor para el manejo del producto y para vender calidad¡°, asegura el agricultor, que exporta parte de su producci¨®n. Unos 15 d¨ªas antes de la recolecci¨®n, P¨¦rez no aplica sustancias qu¨ªmicas, lo que evita que existan trazos de ellas. Tambi¨¦n conserva casi la mitad de su terreno en barbecho con la finalidad de recuperar la tierra. El descanso del suelo es una de las medidas que la PAC consideraba obligatoria y que ha rebajado. Ahora los granjeros solo deben mantener un 4% de su superficie agr¨ªcola sin producci¨®n, en vez del 7% anterior.
P¨¦rez est¨¢ acostumbrado a la carga burocr¨¢tica, uno de los aspectos m¨¢s criticados por los agricultores, que piden a Europa una simplificaci¨®n administrativa. ?l no solicita la PAC, pero presenta un informe de control a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Segura (CHS) y otro a la comunidad aut¨®noma. En ellos indica la cantidad de agua utilizada, las cosechas cultivadas, el fertilizante aplicado... ¡°Son pr¨¢cticamente iguales, estamos duplicando papeles¡±, advierte. Adem¨¢s, cuenta con un libro digital donde sus clientes pueden consultar la trazabilidad de ¡°la lechuga que acaban de recibir¡±. P¨¦rez entiende que para una explotaci¨®n peque?a es demasiado papeleo.
Rechazo al cuaderno digital
En este sentido, Europa propuso la instauraci¨®n de un cuaderno digital, en el que las explotaciones deb¨ªan registrar, entre otras, las aplicaciones fitosanitarias, la fertilizaci¨®n o los riegos. Su entrada en vigor va a ser gradual, pero aun as¨ª contin¨²a levantado numerosas protestas, sobre todo, por las dificultades que se pueden encontrar las personas con edad avanzada o las explotaciones peque?as, y por los problemas de acceso a internet. En el heterog¨¦neo escenario agropecuario el 41% de los titulares de explotaciones tienen 65 a?os o m¨¢s, el 55% se encuentra en la horquilla entre los 35 y 64 a?os y solo el 4% son menores de 35.
Con un relevo generacional complicado y una estructura en la que abundan las peque?as empresas, ¡°hay un problema de ritmos y de acompa?amiento a los agricultores, a los que se tiene que ofrecer una v¨ªa para llevar a cabo esa transici¨®n. Los grandes no tienen problemas¡±, asegura Tom¨¢s Garc¨ªa Azc¨¢rate, doctor ingeniero agr¨®nomo del CSIC y especialista en la PAC y mercados agrarios. ¡°Porque¡±, contin¨²a, ¡°la gran mayor¨ªa de la gente no pone en duda la necesidad de mitigar el cambio clim¨¢tico y es necesario afrontar modificaciones¡±.
Santiago Rodr¨ªguez, un productor agroecol¨®gico de Ourense de 31 a?os, no se opone al control, pero est¨¢ de acuerdo con que ¡°tendr¨ªa que ser la Administraci¨®n la que concediera facilidades y ayudas¡±. Se baja del tractor con el que estaba preparando la siembra para coger el tel¨¦fono y explicar su situaci¨®n. ¡°Antes lo normal era emprender estas labores dentro de un mes y medio, pero si queremos que haya humedad en la tierra, tenemos que adelantarnos¡±, describe. Hay temporadas en los que han perdido el 80% de la producci¨®n de patata por la sequ¨ªa del verano y otros productos por las inundaciones.
Incluso afecta a sus se?as gastron¨®micas: ¡°Galicia es la cuna del grelo y la nabiza y casi no hubo¡±, cuenta. Si a ello se le suma que los jabal¨ªes cr¨ªan todo el a?o y siempre hay moscas y mosquitos, le cuesta entender la flexibilizaci¨®n de las medidas medioambientales por parte de la UE. ¡°Casi todos los problemas que tenemos en el campo son por el cambio clim¨¢tico¡±, concreta. Sin embargo, entiende otras demandas de los agricultores, entre ellas la petici¨®n de ayuda para el gasoil agr¨ªcola.
Laura Mart¨ªnez, veterinaria convertida en ganadera y quesera, apunta al intento de politizaci¨®n de las protestas, a las que acudi¨® en Madrid para reclamar medidas contra la competencia desleal y la excesiva burocracia, entre otras reivindicaciones. ¡°Est¨¢n aprovechadas por grandes empresas y sindicatos¡±, sostiene. Ella no conoce a ning¨²n ganadero que critique la Agenda 2030, como se gritaba en alguna de las concentraciones, y considera que las ¡°medidas verdes no deber¨ªan ser opcionales, sino obligatorias, pero teniendo en cuenta la casu¨ªstica de la ganader¨ªa extensiva¡±.
Lo piensa y lo pone en pr¨¢ctica en su explotaci¨®n de Bustarviejo, en la sierra norte de Madrid, en la que cuenta con un reba?o de unas 180 cabras, 160 gallinas ponedoras de corral, 60 vacas nodrizas y una queser¨ªa. Procura aprovechar los recursos naturales, los pastos, los arbustos y el agua de alrededor: ¡°Cuanto m¨¢s dependas de los piensos y los forrajes externos, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ la rentabilidad, m¨¢s contaminaci¨®n habr¨¢ y, en consecuencia, menos bienestar¡±. Sus animales crean paisaje, limpian el monte y reducen la huella de carbono. ¡°Somos sostenibles, tanto ambiental como socialmente¡±, asegura. Precisamente, lo que busca la UE en el camino hacia una agricultura m¨¢s verde.
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