Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atm¨®sfera marcan un r¨¦cord pese a la pandemia
Los niveles de CO? son el doble de los que hab¨ªa antes de la Revoluci¨®n Industrial, seg¨²n los datos de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial
Ni la pandemia ni los planes de lucha contra el cambio clim¨¢tico vigentes han tenido un impacto determinante en la concentraci¨®n de los gases de efecto invernadero en la atm¨®sfera y esa acumulaci¨®n ha alcanzado niveles nunca vistos por el ser humano. Para hallar una concentraci¨®n de di¨®xido de carbono (CO?) similar a la actual hay que retroceder entre tres y cinco millones de a?os, seg¨²n Petteri Taalas, secretario general de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial (OMM). Esta agencia internacional ha presentado este lunes su bolet¨ªn sobre la evoluci¨®n de los tres principales gases que contribuyen a incrementar el efecto invernadero de la tierra: el mencionado CO?, el metano (CH?) y el ¨®xido nitroso (N?O). La principal conclusi¨®n es que, a pesar del par¨®n de la actividad en el planeta por la pandemia, la presencia de los tres en la atm¨®sfera se increment¨® en 2020. Este 2021 no parece que vaya a ser una excepci¨®n en la tendencia de crecimiento continuo que se registra desde la Revoluci¨®n Industrial, cuando el ser humano empez¨® a usar de forma masiva los combustibles f¨®siles que mayoritariamente liberan esos gases.
En el caso del CO?, alrededor de la mitad de las emisiones de las actividades del ser humano se acumulan en la atm¨®sfera. La otra mitad las atrapan los sumideros naturales: los bosques y los oc¨¦anos principalmente. Pero la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial ha lanzado una seria advertencia: estos ecosistemas pueden perder eficacia en el futuro debido a los fen¨®menos extremos vinculados al cambio clim¨¢tico o al incremento de los incendios forestales. Esto podr¨ªa llevar a concentraciones superiores en la atm¨®sfera de di¨®xido de carbono y, por lo tanto, del nivel de calentamiento planetario.
En el bolet¨ªn anual de la OMM, que este a?o cumple su 17? edici¨®n, se analiza el caso de la Amazon¨ªa. Se resalta que una parte de esta regi¨®n ha pasado de ser un sumidero a una fuente de emisiones de carbono. Si el problema con los sumideros terrestres y mar¨ªtimos se acent¨²a con la p¨¦rdida de su capacidad de absorci¨®n del di¨®xido de carbono, las cosas se pondr¨ªan todav¨ªa m¨¢s complicadas para cumplir el Acuerdo de Par¨ªs. Este tratado, firmado en 2015, plantea como objetivo global reducir las emisiones de efecto invernadero de tal forma que el aumento de la temperatura a final de siglo se quede entre los 1,5 y los 2 grados respecto a los niveles preindustriales ¡ªen estos momentos el calentamiento est¨¢ ya en 1,1 grados¡ª.
La concentraci¨®n de CO? en la atm¨®sfera alcanz¨® en 2020 las 413,2 partes por mill¨®n (ppm). Esto supone un 48,6% m¨¢s que en los niveles preindustriales ¨Den 1750 la concentraci¨®n era de 278 ppm¡ª. Este gas es el principal responsable del cambio clim¨¢tico y contribuye en aproximadamente un 66% al calentamiento. La tendencia ha continuado durante 2021; el pasado julio se registr¨® en el observatorio de Mauna Loa, en Haw¨¢i, 416,96 ppm, frente a las 414,62 ppm de julio de 2020.
En el caso del ¨®xido nitroso, un potente gas de efecto invernadero que adem¨¢s agota la capa de ozono, las concentraciones en la atm¨®sfera llegaron el pasado a?o a las 333,2 partes por mil millones (ppb), un 23% m¨¢s que en los niveles preindustriales. El tercero de los gases que analiza la OMM es el metano, cuya presencia en la atm¨®sfera alcanz¨® en 2020 las 1.889 partes por mil millones (ppb), lo que supone un 162% m¨¢s que antes de la Revoluci¨®n Industrial.
El metano es un potente gas de efecto invernadero que permanece en la atm¨®sfera alrededor de una d¨¦cada. Es responsable de aproximadamente el 25% del calentamiento global y muchos expertos y Gobiernos lo han puesto en el punto de mira de la lucha contra el calentamiento global. Estados Unidos y la Uni¨®n Europea tienen previsto presentar en la cumbre del clima de Glasgow (COP26) que comienza el pr¨®ximo domingo una propuesta de acuerdo global para reducir sus emisiones en un 30% en 2030 respecto a los niveles de 2020.
Pero el principal objetivo de la lucha contra la crisis clim¨¢tica sigue siendo el di¨®xido de carbono, que es menos potente que el metano, pero tiene una mayor presencia en la atm¨®sfera y se prolonga en el tiempo mucho m¨¢s. El objetivo de las negociaciones clim¨¢ticas como las que comienzan en una semana en Glasgow es buscar compromisos y f¨®rmulas para acabar con las emisiones de CO? que luego terminan en la atm¨®sfera y en los sumideros.
Petteri Taalas ha recordado este lunes que la humanidad est¨¢ ¡°muy lejos del camino marcado¡± por el Acuerdo de Par¨ªs. ¡°Si se mantiene el actual ritmo de aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de la temperatura a finales de este siglo superar¨¢ de lejos el objetivo establecido en virtud del Acuerdo de Par¨ªs de limitar el calentamiento global a 1,5 o 2 grados por encima de los niveles preindustriales¡±, ha sostenido a trav¨¦s de un comunicado.
Muchas naciones est¨¢n anunciando que para mediados de siglo alcanzar¨¢n las emisiones netas cero. Los ¨²ltimos grandes pa¨ªses en hacerlo han sido Rusia y Arabia Saud¨ª, que se han fijado 2060 para lograrlo ¡ª10 a?os despu¨¦s de lo anunciado por Europa o Estados Unidos¡ª. Pero el problema es que para conseguir cumplir esas metas a mediados de siglo se necesitan planes de recorte inmediatos para esta d¨¦cada. Y muchos pa¨ªses no tienen programas convincentes, como se ha visto con la mayor¨ªa de los planes de recuperaci¨®n econ¨®mica tras los confinamientos por la pandemia. ¡°Debemos cristalizar esas ambiciones en acciones que obren cambios en lo concerniente a los gases que impulsan el cambio clim¨¢tico. Debemos transformar nuestros sistemas industriales, energ¨¦ticos y de transporte y todo nuestro estilo de vida¡±, ha se?alado Taalas este lunes.
Compromisos de financiaci¨®n
La lucha contra el cambio climático no solo se basa en los planes de recorte de emisiones. En los acuerdos internacionales sobre el calentamiento también se incluyen los compromisos de ayuda financiera que los países desarrollados deben prestar a los que tienen menos recursos. En la cumbre del clima de Copenhague de 2009 se llegó al acuerdo de que esa financiación debería llegar a los 100.000 millones de dólares anuales en 2020. Pero, según ha reconocido este lunes la OCDE, esa meta no se ha alcanzado todavía. En 2019, el último año con datos cerrados, el dinero movilizado llegó hasta los 79.600 millones. Y los cálculos de esta organización apuntan a que no se llegará hasta el nivel de los 100.000 millones hasta 2023.
Este lunes se ha presentado un informe elaborado por los Gobiernos de Canadá y Alemania en colaboración con la OCDE sobre la evolución de esa financiación. El estudio incide en que existe un alto grado de confianza en que se llegará a las meta de los 100.000 millones en 2023 y que a partir de ese momento podrán crecer aún más los fondos.
El problema es que muchas organizaciones no gubernamentales, e incluso la ONU, han criticado que dentro del volumen de fondos que se incluyen en los recuentos que realiza la OCDE de financiación "movilizada" el peso más importante lo tienen los préstamos. El 71% de lo movilizado en 2019 fue a través créditos, frente al 27% de las subvenciones. Durante la cumbre que arranca el domingo se espera que algunas naciones anuncien nuevas aportaciones al fondo de los 100.000 millones de dólares.
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