Testigo de la historia
I?aki Gabilondo nos presenta en este libro un conjunto de entrevistas a personalidades de todo tipo que constituye un documento al que los historiadores futuros habr¨¢n de recurrir
A la venta a partir del 24 de mayo
Cap¨ªtulo 1
Primera parte
Crisis del socialismo y ascenso del partido popular (1993-1996)
1
Felipe Gonz¨¢lez
??Organiz¨®, autoriz¨® o toler¨® usted
la guerra sucia del GAL??
Felipe Gonz¨¢lez (Sevilla, 1942) hab¨ªa sido la gran esperanza del socialismo espa?ol durante la transici¨®n. Su triunfo electoral del 28 de octubre de 1982 hab¨ªa levantado una desconocida oleada de ilusi¨®n en el futuro del pa¨ªs. Comenzaba entonces un gran esfuerzo de modernizaci¨®n y de integraci¨®n en Europa. El Partido Socialista Obrero Espa?ol volvi¨® a conseguir mayor¨ªa absoluta en los comicios de 1986, pero en 1989 perdi¨®, por un esca?o, esa ventaja decisiva y a partir de las elecciones de 1993 se vio obligado a pactar con los nacionalistas catalanes (Converg¨¨ncia i Uni¨®, CiU) para dar estabilidad al Gobierno.
Despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada en el poder, el Gobierno socialista pasaba por sus momentos m¨¢s delicados. Las distintas tramas de corrupci¨®n, aireadas en la prensa y espoleadas por el Partido Popular (Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar) e Izquierda Unida (Julio Anguita), crearon un ambiente pol¨ªtico irrespirable. Uno de los principales casos que afectaron al Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez fue el que protagonizaron los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL). Esta banda terrorista parec¨ªa vinculada a los aparatos policiales del Estado y hab¨ªa cometido diversos cr¨ªmenes desde 1983 (hasta 29 asesinatos y varios secuestros). Era la ?guerra sucia? contra ETA. La principal cuesti¨®n en este caso era dilucidar si el Gobierno hab¨ªa planeado y organizado los GAL en el ¨¢mbito estatal o era la aventura criminal de sujetos aislados.
A continuaci¨®n se transcribe la hist¨®rica entrevista que I?aki Gabilondo hizo a Felipe Gonz¨¢lez el d¨ªa 9 de enero de 1995 en TVE.
—El GAL est¨¢ en el centro de la actualidad, en el centro de la actualidad judicial, de la actualidad pol¨ªtica, de la actualidad econ¨®mica, en el centro de todo. Y mientras los procesos judiciales siguen su camino, creo que no se puede perder ni un minuto, se?or presidente: es necesario tratar de despejar las inc¨®gnitas b¨¢sicas de la credibilidad. Me va usted a permitir que le pregunte directamente: ?organiz¨® usted el GAL, se?or Gonz¨¢lez?
—Jam¨¢s. Jam¨¢s se me hubiera ocurrido. Yo soy un dem¨®crata de toda la vida, convencido de que s¨®lo se pueden utilizar instrumentos democr¨¢ticos para luchar contra el crimen.
—?Autoriz¨® usted la guerra sucia contra ETA?
—Nunca autoric¨¦, ni nunca encubr¨ª esa guerra sucia. Es m¨¢s: he ordenado al ministro de Justicia e Interior [Juan Alberto Belloch] que interpongan una querella contra quien hace una afirmaci¨®n respecto del Gobierno como la que hoy ha aparecido en prensa.
—?Toler¨® usted en alg¨²n momento eso porque le estaba resultando ¨²til en la guerra contra ETA?
—Repito que en ning¨²n caso. Ni lo toler¨¦, ni lo consent¨ª, ni mucho menos lo organic¨¦, obviamente.
—Felipe Alcaraz [dirigente de Izquierda Unida] dice que ya est¨¢ claro, que Felipe Gonz¨¢lez es la X.
—Pues yo creo que el se?or Alcaraz tendr¨¢ que asumir su propia responsabilidad y demostrarlo.
—?Est¨¢ usted muy enfadado?
—No, enfadado no estoy. Yo no suelo enfadarme. Lo que pasa es que tengo convicciones que son muy profundas y no estoy dispuesto a que las ponga en entredicho nadie, ni Felipe Alcaraz ni nadie, y mucho menos, dos condenados, como han sido condenados por los Tribunales de Justicia en sentencia firme1.
—?Comprendi¨® usted o entendi¨® que naciera el GAL?
—En absoluto. Ha habido episodios de ¨¦sos en la democracia y yo nunca he hecho ning¨²n tipo de cobertura, ni siquiera explicativa. Siempre he condenado cualquier acci¨®n que no sea una acci¨®n legal.
—En las ¨²ltimas semanas han surgido muchas voces que han tratado de contextualizar lo ocurrido para ?comprenderlo?, entre comillas. ?Est¨¢ usted entre los que... se explicar¨ªan esas actuaciones contextualizando lo que ocurri¨® en 1983?
—Yo no he hecho ninguna contextualizaci¨®n. La lucha contra el terrorismo es una lucha desigual, lo he dicho much¨ªsimas veces, porque nosotros tenemos que utilizar los instrumentos de la ley y los terroristas utilizan todos los instrumentos para matar o para extorsionar, hasta el punto que ha habido muchas v¨ªctimas del terrorismo, muchas: 867. Por consiguiente, estamos en una situaci¨®n muy dura o hemos vivido y vivimos una lucha muy dura contra el terrorismo, pero yo no he contextualizado nunca esa lucha que siempre he pretendido que sea una lucha democr¨¢tica y una lucha transparente.
—Se?or presidente, ?y por qu¨¦ sabe usted que no se va a descubrir nada que afecte al Gobierno?
—Mire: recuerdo que un periodista me hizo una pregunta estando de visita en una residencia de ancianos... Exactamente me dijo: ??Y si se demuestra que el Gobierno ha participado, de alguna manera, en la creaci¨®n de los GAL??. Y yo contest¨¦: ?Mire usted: ¨¦sa es una hip¨®tesis imposible, porque nunca lo ha hecho. Por consiguiente, es imposible que alg¨²n d¨ªa se pueda demostrar eso?.
—Vamos a ver... ?La c¨²pula de la lucha antiterrorista es Gobierno?
—La c¨²pula de la lucha antiterrorista son funcionarios, no son Gobierno, pero son funcionarios que dependen del Gobierno en todas las luchas contra el terrorismo, y me parece que siempre han cumplido con absoluta lealtad y con una gran fidelidad a la democracia.
—El director general de la Seguridad del Estado, ?es Estado?2.
—Es Estado, sin duda alguna, claro. No se puede decir que sea Gobierno, pero, desde luego, es Estado. Y me parece que ha prestado un gran servicio a la sociedad espa?ola.
—Acabamos de saber que ha sido decretada la orden de detenci¨®n para el secretario personal del se?or [Rafael] Vera, por el asunto del dinero... Se est¨¢n produciendo al parecer en los procesos de investigaci¨®n aproximaciones que estar¨ªan implicando a personas que dif¨ªcilmente se pueden considerar ajenas al Gobierno...
—Mire... Hoy han dicho en la prensa, esta ma?ana, que el Gobierno orden¨® el pago de doscientos millones de pesetas a los se?ores Amedo y Dom¨ªnguez, y yo he dicho al ministro de Justicia, inmediatamente, que presente una querella contra quien hace esa afirmaci¨®n, porque es absolutamente falsa, no tiene ning¨²n fundamento.
—?Si lo hubiera ordenado un ministro del Interior podr¨ªamos decir que el Gobierno estaba implicado?
—Sin duda. El ministro del Interior forma parte del Gobierno, pero es que no es verdad.
—?Y un secretario de Estado no tiene una responsabilidad de gobierno?
—Sin duda es una responsabilidad pr¨®xima al Gobierno, porque cuando se habla del Gobierno es el Gobierno. Pero, bueno, de todas maneras... la informaci¨®n es falsa y el propio secretario de Estado lo ha dicho.
—Si pasados los d¨ªas se terminara descubriendo la responsabilidad de personalidades de la c¨²pula de determinados ministerios o del Ministerio del Interior...
—Mire usted: es que eso no forma parte de un talante democr¨¢tico. Parto de un presupuesto democr¨¢tico que me parece que todos tenemos que defender: presumir la inocencia de las personas y no la culpabilidad. Cuando se demuestre la culpabilidad de una persona, podremos decir: ?Hay una sentencia firme condenando a una persona?. Es el caso del se?or Amedo y del se?or Dom¨ªnguez. Pero no es el caso de los dem¨¢s. ?C¨®mo podemos hacer hip¨®tesis que presuman la culpabilidad de personas que han tenido una gran responsabilidad en la lucha contra el terrorismo?
—?No nos podemos sentir inquietos los dem¨®cratas de este pa¨ªs? Pudiera darse esta circunstancia y, por tanto, necesitamos que el presidente del Gobierno...
—Vamos a ver: ser¨ªa mucho m¨¢s inquietante que estuvi¨¦ramos presumiendo la culpabilidad como dem¨®cratas. Eso ser¨ªa la Inquisici¨®n: tendr¨ªamos que demostrar la no culpabilidad simplemente por una imputaci¨®n que no tiene fundamento. Los dem¨®cratas no podemos dar credibilidad a lo que digan dos condenados en declaraciones a un medio.
—Lo que pasa es que no solamente es lo que digan dos condenados en declaraciones a un medio, es que en este momento est¨¢n detenidos. Aunque act¨²a sobre ellos la presunci¨®n de inocencia, est¨¢n detenidos, y se cita a grandes personalidades de la lucha antiterrorista que nos hacen temer que pudieran darse evidencias que terminaran siendo verdaderamente carga de dinamita contra...
—Vamos a ver: de nuevo le digo que hay que presumir la inocencia de las personas, como es natural en democracia, incluso cuando est¨¢n en una situaci¨®n de privaci¨®n de libertad. Y hay que respetar, y respetar seriamente, la independencia de los jueces que, bajo su responsabilidad, toman esa decisi¨®n. Y yo estoy dispuesto a respetarla, pero desde luego no estoy dispuesto a hacer un juicio de valor ni estoy dispuesto a condenar a ninguna persona simplemente porque un juez haya decidido la privaci¨®n de libertad.
—Usted, por tanto, no tiene absolutamente ninguna pista, ning¨²n dato: no sabe absolutamente nada de los GAL, absolutamente nada.
—No. Yo s¨¦ lo mismo que sabe usted y lo mismo que sabe mucha gente porque se ha informado mucho.
—Pero no m¨¢s.
—Pero ?por qu¨¦ voy a saber m¨¢s?
—?No tiene... digamos, informaci¨®n...?
—Ha habido investigaciones judiciales, que siempre han sido investigaciones acompa?adas del esfuerzo de la Polic¨ªa para esclarecer los hechos, y eso es lo que ha ocurrido con el GAL desde hace diez a?os u once a?os, desde que esta historia empieza. Por consiguiente, ha habido una participaci¨®n de la propia fuerza de la Polic¨ªa judicial en el esclarecimiento de los hechos. Por tanto, ?qu¨¦ es lo que tienen que saber los ciudadanos? ?Que el Gobierno est¨¢ detr¨¢s del GAL, como se dice? ?O como he o¨ªdo decir a un se?or, que yo soy el ?se?or X??3. Espero que esta persona asuma su responsabilidad, espero que la asuma seriamente. Los ciudadanos tienen que saber que eso es falso, radicalmente falso, y como es falso, vamos a reaccionar querell¨¢ndonos contra quien lo afirma.
—Deduzco entonces que usted tiene el m¨¢ximo inter¨¦s en que se exclarezca absolutamente todo lo que tiene que ver con el GAL.
—Sin duda, sin duda alguna.
—Por tanto apoya y anima al se?or [Baltasar] Garz¨®n4 a que contin¨²e con...
—Yo no tengo por qu¨¦ animarlo. ?l tiene una misi¨®n que cumplir y debe cumplirla. Lo que tengo es que respetar su actuaci¨®n y su independencia; y eso lo tiene absolutamente garantizado, y lo sabe muy bien el se?or Garz¨®n.
—Si pasado un cierto tiempo se dedujeran implicaciones de personalidades del Ministerio del Interior, responsables de lucha antiterrorista, ?usted seguir¨ªa considerando que el Gobierno no est¨¢ implicado? ?No estar¨ªa implicado en este caso?
—Repito que usted parte de una hip¨®tesis que me parece peligrosa en democracia: es la hip¨®tesis de presumir que puede haber implicaciones de responsables...
—No, no... En caso de tener implicaciones, presidente, en caso de tener implicaciones... Es el sentimiento de muchos ciudadanos de este pa¨ªs.
—?Qu¨¦ diferencia hay entre ?en caso de? y ?presumir?? Yo creo que hay que presumir la inocencia de las personas. No se trata de contextualizar nada. Es natural que la lucha contra el terrorismo, que no ha acabado todav¨ªa, sea un tema muy serio en el pa¨ªs; es un tema muy serio. Por consiguiente, hay que tener respeto a las personas que luchan contra el terrorismo, arriesgando su propia vida. Incluso en una situaci¨®n de dificultad como la actual, hay que presumir la inocencia de esas personas. Pero, en todo caso, si los jueces establecen cualquier responsabilidad, cualquiera, yo asumir¨¦ la responsabilidad que a m¨ª me corresponda, de eso no le quepa la menor duda, y siempre lo he dicho y lo he hecho pol¨ªticamente.
—Apelo en este momento al dem¨®crata y al hombre que cree en el Estado de Derecho: ?c¨®mo calificar¨ªa a un Gobierno que hubiera practicado la guerra sucia contra el terrorismo? Porque yo creo que se han comentado algunos ejemplos internacionales con alguna admiraci¨®n.
—Yo creo que eso no tiene justificaci¨®n. As¨ª de claro.
—Este tema est¨¢ afectando a todos los asuntos y nos lleva directamente al asunto de los fondos reservados y del dinero. ?Usted no ten¨ªa noticia de que hubiera un dinero que se estuviera pagando a nadie?
—Es que yo creo que no es verdad. Yo creo que no es verdad. Mire usted, sobre los fondos reservados le voy a decir algo que me parece serio: todos los pa¨ªses democr¨¢ticos necesitan el uso de fondos reservados para defender a las instituciones democr¨¢ticas en el Estado de Derecho, todos, no hay ni una sola excepci¨®n. ?Qu¨¦ es lo que ocurre? Que mentir sobre fondos reservados es muy f¨¢cil. Yo a veces tengo la tentaci¨®n de decir: ?Bueno, ?por qu¨¦ no le explico a la gente qu¨¦ pasa con los fondos reservados??. Pero, claro, no s¨®lo el sentido de la responsabilidad, sino la propia Ley proh¨ªbe a los responsables pol¨ªticos hablar de fondos reservados. Es muy f¨¢cil, por consiguiente, hacer imputaciones sobre fondos reservados. Hay incluso un procedimiento judicial abierto; esperemos a ver qu¨¦ es lo que dicen los jueces, pero, desde luego, lo que tiene que quedar perfectamente claro para todo el mundo es que los fondos reservados en todos los estados democr¨¢ticos se utilizan para la defensa del propio Estado democr¨¢tico. Y no hay una sola excepci¨®n, ni una sola excepci¨®n. Y son reservados porque no se puede declarar su naturaleza y eso lo comprende todo dem¨®crata. Claro, quien no entiende qu¨¦ es la democracia, no lo entiende o puede estar utiliz¨¢ndolo de manera torticera.
—S¨ª... Lo que no he entendido muy bien es por qu¨¦ ha dicho usted que es falsa la imputaci¨®n de que hab¨ªa un dinero que hab¨ªa viajado camino de Suiza para pagar...
—Repito. La imputaci¨®n de esta ma?ana ha sido clara: el Gobierno ha ordenado que se pague no s¨¦ qu¨¦ cantidad, doscientos millones de pesetas..., a los se?ores Amedo y Dom¨ªnguez. Eso es falso. Y, adem¨¢s, lo vamos a demostrar, porque nos vamos a querellar contra quien lo ha dicho. Por tanto, vamos a demostrar judicialmente que es falso.
—Volver¨ªamos, tal vez, a la discusi¨®n de qu¨¦ ser¨ªa Gobierno. ?El Consejo de Ministros actu¨® como tal?
—Gobierno es un concepto que legalmente est¨¢ acu?ado, como es natural. Pero repito: en su conjunto, la imputaci¨®n es falsa. Y, desde luego, no estoy dispuesto a tolerar en absoluto la imputaci¨®n que se hace al Gobierno, porque como es falsa y nunca el Gobierno ha tomado una decisi¨®n de esa naturaleza, naturalmente quien dice esa falsedad tendr¨¢ que responder.
—Este asunto est¨¢ afectando de una forma sustancial a casi todo en este pa¨ªs: la econom¨ªa est¨¢ dando unos disgustos de grueso calibre, la Bolsa se ha venido abajo, lleva haci¨¦ndolo bastantes d¨ªas, la peseta ha llegado a sus m¨ªnimos frente al marco alem¨¢n, hoy tambi¨¦n, el Financial Times y el Wall Street Journal dedican editoriales a nuestro pa¨ªs y hablan de incertidumbre, de inquietud, de desasosiego...
—Despejemos las incertidumbres que no son necesarias. Yo creo que hay una cierta repercusi¨®n de la situaci¨®n pol¨ªtica en la situaci¨®n econ¨®mica. Creo que es m¨¢s importante controlar el d¨¦ficit, desde el punto de vista de la evoluci¨®n del cambio de la moneda o de la evoluci¨®n de las expectativas, eso es m¨¢s importante que toda esta discusi¨®n que tenemos. Y creo que es as¨ª para todos los mercados internacionales. Y como tenemos una absoluta voluntad de controlar el d¨¦ficit, y se va a ir demostrando semana a semana, mes a mes, esa situaci¨®n de los mercados ir¨¢ cambiando. La situaci¨®n de la econom¨ªa es mejor de lo que hab¨ªamos esperado hace s¨®lo seis, siete u ocho meses; el crecimiento va a ser de un 2 por ciento y hoy ya se sabe la noticia de que habr¨¢ ciento cincuenta mil parados menos en el a?o 1994. Quiero recordarle que esper¨¢bamos ciento veinte mil m¨¢s; por tanto, la diferencia es sustancial y esto va a continuar as¨ª. Lo que pasa es que yo creo que no se le puede dar p¨¢bulo a aquellos que dicen que hay una crisis pol¨ªtica que afecta a la recuperaci¨®n de la econom¨ªa porque hay dos personas condenadas que est¨¢n haciendo imputaciones en declaraciones de prensa. Tenemos que tener un poco de firmeza, de serenidad, y de seriedad, como responsables pol¨ªticos, porque esto no puede afectar a nuestro pa¨ªs, no puede afectar a la marcha de la econom¨ªa y, menos, a la estabilidad. ?Por qu¨¦ va a afectar a la estabilidad pol¨ªtica?
—Por cierto... ?tiene usted una opini¨®n sobre la raz¨®n por la que Amedo y Dom¨ªnguez han recuperado, de repente, la memoria?
—No. Mire, yo no deber¨ªa dar ning¨²n tipo de opini¨®n que interfiriera ni directa ni indirectamente en lo que puede ser una tarea judicial. Por consiguiente, ?por qu¨¦ voy a dar una opini¨®n? Cada ciudadano se hace su composici¨®n de lugar. ?Que han dicho una cosa antes y ahora dicen otra...? Tambi¨¦n es una valoraci¨®n que tienen que hacer los jueces y que tienen que hacer los tribunales. Si yo hiciera una valoraci¨®n, probablemente alguien pensar¨ªa que estoy interfiriendo, y como no tengo ning¨²n inter¨¦s...
—Perdone... ?y comparte el punto de vista de [Jos¨¦] Barrionuevo, de que Garz¨®n est¨¢ movido por intereses non sanctos en esta investigaci¨®n?
—Hombre, Barrionuevo es una persona a la que se le han hecho una serie de imputaciones, y tiene derecho a defenderse. Yo creo que ha sido un muy buen ministro del Interior, asumiendo una responsabilidad muy seria, como es siempre el Ministerio del Interior. Pero yo no comparto su opini¨®n sobre los jueces, yo creo que... incluso... creo que sus opiniones est¨¢n en el l¨ªmite del debate pol¨ªtico. Teniendo derecho cada uno a opinar lo que quiera, yo creo que no deb¨ªa haber dado esa opini¨®n. Por consiguiente, si lo hubiera pensado, en el caso de que hubiera pasado, se lo deber¨ªa haber reservado y no haberla dado.
—Por cierto, ?c¨®mo acab¨® usted con Garz¨®n?
—Pues yo no acab¨¦ mal. No hace mucho tiempo que lo vi, no hace mucho tiempo que lo vi, por otras razones, porque presid¨ªa una fundaci¨®n de ayuda a pueblos ind¨ªgenas o algo as¨ª. No hace demasiado tiempo que lo vi.
—Hablaba usted de la econom¨ªa, que trae buenas noticias, respecto al paro. Efectivamente, lo comentaba el ministro de Trabajo, el se?or [Jos¨¦ Antonio] Gri?¨¢n. Pero, en relaci¨®n con la incertidumbre, le leo lo que dec¨ªa el editorial del Financial Times esta ma?ana; dec¨ªa: ?Si la subida de tipos frena la recuperaci¨®n, las dificultades de Felipe Gonz¨¢lez se van a intensificar. Para recuperar el control de la situaci¨®n, el se?or Gonz¨¢lez debe encontrar un sucesor potencial que le ayude, pero el paso m¨¢s importante es, simplemente, gobernar?. ?C¨®mo lo comenta?
—Pues yo creo que s¨ª, que la decisi¨®n de gobernar es una decisi¨®n absolutamente clara, absolutamente adoptada, no s¨®lo hemos tomado una serie de medidas importantes en los ¨²ltimos meses, que son de todo el mundo conocidas, y que han influido poderosamente en el proceso de recuperaci¨®n econ¨®mica, sino que tenemos un paquete de reformas important¨ªsimas, desde la Ley del Suelo hasta la reforma de la Justicia. Tenemos que hacer que la recuperaci¨®n del empleo y la recuperaci¨®n econ¨®mica se aprovechen al m¨¢ximo; y, dentro de ese aprovechamiento de la situaci¨®n de la mejora de la econom¨ªa, tiene que estar la reducci¨®n y el control del d¨¦ficit. El Gobierno est¨¢ absolutamente decidido a hacerlo y, adem¨¢s, estamos totalmente de acuerdo con el apoyo parlamentario que tenemos, Converg¨¨ncia i Uni¨®, en las prioridades de reducci¨®n de d¨¦ficit. Por consiguiente, prioridad a todo lo que sea mejora de la situaci¨®n econ¨®mica...
—?Y esto otro de... de que debe ?encontrar un sucesor potencial que le ayude??
—A m¨ª me parece que tengo muchas ayudas y... Me parece bien, es una opini¨®n. Me imagino... que alguien que ha hecho un editorial y tal... y me parece incluso razonable que haya alguien que opine que tengo que encontrar un sucesor que me ayude. Me ayudan todos los ministros y todos los miembros del Gobierno, pero, en fin... si hubiera otro que me ayudara, pues tambi¨¦n estar¨ªa bien.
—Y el Wall Street Journal dice que Espa?a es un pa¨ªs de alto riesgo para la inversi¨®n. Esta ma?ana, en un editorial, con una foto suya, habla de inestabilidad.
—No comparto esa idea. Yo creo que se est¨¢ introduciendo esa idea de manera poco razonable. Desde el punto de vista pol¨ªtico, ?en qu¨¦ consiste la estabilidad de un Gobierno? Hablo de la estabilidad para hacer cosas, no de la estabilidad por la estabilidad. La estabilidad para hacer las reformas que el pa¨ªs necesita; la estabilidad de un Gobierno, consiste en tener apoyos parlamentarios y en el desarrollo de su propio programa. Yo tengo unos compromisos electorales que estoy cumpliendo y voy a seguir cumpliendo, desde la pol¨ªtica de pensiones hasta la pol¨ªtica de reformas estructurales: de eso depende la estabilidad. Cuando alguien cuestiona la estabilidad del Gobierno, introduce, sin duda, alguna duda sobre la estabilidad, pero yo le aseguro que no va a haber inestabilidad de Gobierno. Ni va a haber precipitaci¨®n electoral.
—Perd¨®neme, se?or presidente, pero esto que estamos viviendo... ?es estabilidad?
—S¨ª. Yo creo que se confunden los t¨¦rminos: yo creo que hay un problema o una serie de problemas, y hay algunos problemas que son serios. Pero esto es algo que ocurre desde el punto de vista de la tarea del Gobierno y no pone en cuesti¨®n la estabilidad. No pone en cuesti¨®n la estabilidad. Lo que tiene que hacer el Gobierno es resolver los problemas, que es lo que estamos haciendo.
—?C¨®mo interpreta usted que los catalanes [CiU] confirmen su apoyo al Gobierno, pero se mantengan en comp¨¢s de espera, a la vista de los acontecimientos? ?C¨®mo lo interpreta?
—El apoyo parlamentario de Converg¨¨ncia i Uni¨® siempre va a ser as¨ª, ha sido as¨ª desde el principio. Y yo lo que agradezco es que de nuevo reiteren, y reiteren con seriedad, que va a seguir siendo el complemento del apoyo parlamentario al Gobierno. Me parece que eso es lo importante desde el punto de vista de la gobernabilidad.
—S¨ª... perdone, ?pero no quiere decir que se est¨¢ desconfiando? Todo esto que estamos comentando, el tema GAL, etc¨¦tera, ?no ha introducido un elemento de desconfianza en la sociedad, respecto a lo que pueda asomar ma?ana o pasado, y revelarnos alguna otra sorpresa? ?No hay desconfianza por lo que est¨¢ pasando en el pa¨ªs?
—Yo creo que no...
—?No?
—Yo creo que no. Yo creo que la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos conf¨ªan. La inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos conf¨ªan, y conf¨ªan en un Gobierno que tiene que tomar decisiones, y decisiones que son serias desde el punto de vista de la recuperaci¨®n econ¨®mica, repito, y desde el punto de vista de la reforma, y el Gobierno est¨¢ absolutamente dispuesto a tomarlas.
—Y ha dicho que no va a haber anticipo de elecciones... Francisco ?lvarez-Cascos, del Partido Popular, dec¨ªa que los plazos m¨¢ximos de la resistencia de la musculatura pol¨ªtica social, m¨¢s o menos, est¨¢n en torno a las elecciones municipales y auton¨®micas. ?Hasta ah¨ª puede llegar la resistencia en el actual momento? ?Usted niega eso?
—Yo respeto las opiniones que se puedan dar. Desde el mes de junio del a?o pasado pidieron elecciones anticipadas; en el mes de septiembre del a?o pasado las volvieron a pedir; en julio se dec¨ªa: ?Bueno... con este Gobierno no va a facilitarse la recuperaci¨®n?; ahora se dice: ?Con este Gobierno la recuperaci¨®n puede que no contin¨²e?. Ya se admite que hay una recuperaci¨®n econ¨®mica, y una recuperaci¨®n importante, incluso una recuperaci¨®n en el tema que casi siempre se retrasa m¨¢s, que es el empleo. Pero yo creo que eso es normal... Es normal que la oposici¨®n diga... Bueno... ?normal?... Normal en Espa?a, pues en Gran Breta?a la oposici¨®n est¨¢ a una distancia enorme del Gobierno y no pide anticipaci¨®n electoral. Porque normalmente se tiene el h¨¢bito de pensar que las legislaturas deben agotarse, porque los gobiernos son elegidos para cuatro a?os, y que hay que respetar la voluntad de los ciudadanos. Hay varios procedimientos para que un Gobierno sea sustituido: uno, el m¨¢s normal, el democr¨¢tico por excelencia, es el de la convocatoria de elecciones en su tiempo. Hay otro procedimiento, que es la moci¨®n de censura y la sustituci¨®n de un Gobierno por otro, que es un procedimiento constitucionalmente establecido. Estos m¨¦todos est¨¢n a nuestra disposici¨®n. Y hay otro procedimiento: el presidente del Gobierno, con las atribuciones que le confiere la Constituci¨®n, puede decidir que es mejor anticipar elecciones que esperar el per¨ªodo normal de legislatura. Yo no estoy en la tesitura de anticipar elecciones, y quiero dejarlo claro y despejado, para no tener que insistir.
—?Y cree que los apoyos catalanes van a mantenerse?
—Yo creo que s¨ª. Yo creo que s¨ª, que se van a mantener, y creo que se van a mantener porque el resultado est¨¢ siendo muy positivo, desde el punto de vista, repito, de los objetivos fundamentales de la acci¨®n de gobierno.
—Hablemos de dos encuestas. Una de ellas, publicada por el Abc esta ma?ana, dice que si hoy se celebraran elecciones, ganar¨ªa el Partido Popular con un 40 por ciento. El Partido Socialista est¨¢ en la cota m¨¢s baja y se produce una subida muy fuerte de Izquierda Unida. El Partido Popular podr¨ªa obtener mayor¨ªa absoluta. ?Esta posibilidad es la que m¨¢s aleja, justamente, esta disoluci¨®n de las c¨¢maras?
—No, en absoluto, en absoluto.
—?Hay t¨¢ctica de partido en esto...?
—En absoluto. Adem¨¢s, yo ya llevo muchos a?os gobernando y me parece que he demostrado suficientemente... en otras cosas me habr¨¦ equivocado, muchas veces, pero he demostrado suficientemente que antepongo los intereses generales del pa¨ªs a cualquier inter¨¦s partidario y, desde luego, a cualquier inter¨¦s personal. Por consiguiente, no es eso. Mire, yo creo que la serie de encuestas elaboradas por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas demuestran muy claramente que la situaci¨®n no es ¨¦sa. Pero da igual, imaginemos que fuera ¨¦sa: da igual, en medio de un per¨ªodo electoral puede haber una diferencia entre Gobierno y oposici¨®n. Yo creo que la encuesta que usted ha le¨ªdo no se ajusta a la verdad, pero, bueno, la respeto, como cualquier otra.
—Y la segunda encuesta dice que un 60 por ciento de la poblaci¨®n cree que el Gobierno puede estar implicado en el caso GAL: este asunto est¨¢ en el centro de todo.
—Es que... claro... En una situaci¨®n como la que estamos viviendo, una encuesta... depende de c¨®mo se haga. Yo creo que eso no tiene rigor. Yo creo que la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n rechaza cualquier tipo de actividad que no se ajuste a la legalidad, y eso me parece positivo, pero creo que esa apreciaci¨®n no tiene rigor.
—En un momento como ¨¦ste, por tanto, ?cree usted que el tiempo juega a favor de sus posiciones...?
—Yo no estoy haciendo un c¨¢lculo de tiempo... Si me permite que se lo diga con claridad, esto no es un problema de calcular si el tiempo juega a favor o en contra, sino de hacer una tarea por responsabilidad, una tarea de gobierno que nos han encomendado los espa?oles. Y cuando los espa?oles decidan que no seamos Gobierno, est¨¢ en su mano decidirlo. Por consiguiente, mientras tanto, tenemos que gobernar y tenemos que ayudar a sacar adelante a nuestro pa¨ªs y tendr¨ªamos que hacerlo todos, todos los que se sientan comprometidos con nuestro pa¨ªs. Por consiguiente, aun comprendiendo que la oposici¨®n pida elecciones anticipadas una y otra vez, yo creo que es un grave error: ser¨ªa mucho mejor que estuvieran en una actitud constructiva, intentando ayudar a resolver los problemas del pa¨ªs.
—?Pero tiene aliento todav¨ªa este Gobierno y su partido para continuar adelante con esta legislatura? ?No est¨¢ m¨¢s empecinado en continuar que empe?ado con ilusi¨®n en una acci¨®n de gobierno?
—Yo creo que no. Yo creo que tenemos un proyecto pol¨ªtico, que es un proyecto pol¨ªtico que ha producido una gran transformaci¨®n de nuestro pa¨ªs. Ahora trata de olvidarse, porque... Tenga en cuenta que aqu¨ª hay varios procedimientos en marcha. Hay un procedimiento respetable de jueces, etc¨¦tera, pero tambi¨¦n hay un proceso paralelo del que he hablado hace unos meses (y que gener¨® mucho esc¨¢ndalo); este proceso es contra el Gobierno y contra el partido. Yo estoy dispuesto a soportarlo bien, porque este partido tiene un proyecto pol¨ªtico que ha transformado la sociedad espa?ola, y la ha transformado de una manera muy seria, y un proyecto pol¨ªtico que tiene un largo alcance. Por consiguiente, tiene que seguir el proceso de cambio de la sociedad espa?ola y debemos defender, adem¨¢s, algunas de las conquistas que hemos hecho en materia social y que tenemos que asentar, sea en pol¨ªtica sanitaria, o sea en pol¨ªtica de pensiones. Por tanto, tenemos que tener impulso pol¨ªtico para continuar con ese proyecto hist¨®rico. Proyecto que, por cierto, no veo en otros.
—?Y no le est¨¢ a usted sujetando el puro deseo de no caer ahogado en el tema de la corrupci¨®n?
—Yo... mire... Lo que ha pasado...
—Digamos que trata de vencer esta ola. No caer ahogado en ella.
—Mire, lo que est¨¢ ocurriendo es el resultado de las acciones que hemos emprendido en materia de corrupci¨®n. Antes se hablaba que hab¨ªa absoluta impunidad, y ahora se dice que hay actuaciones institucionales que ponen de manifiesto que ha habido comportamientos presuntamente irregulares. Bueno, esto es lo que hemos decidido hacer. Es curioso que cuando se toma esa decisi¨®n, que es un compromiso electoral, eso se pueda volver contra quien decide que efectivamente hay que luchar seriamente contra cualquier tipo de corruptela, pero es posible que eso se vuelva as¨ª; sin embargo, para m¨ª, y no me cansar¨¦ de explicarlo, con este proceso ha desaparecido ese sentimiento de impunidad. Ahora se dice que es que hay muchos casos: hay los casos que hay. Yo creo que nadie podr¨¢ negar que se ha dado un impulso en ese sentido.
—?Quiere decir que estos asuntos, los cuales est¨¢n ahogando al Gobierno, son el resultado de la propia acci¨®n depurativa del Gobierno?
—?Ahogando por qu¨¦? Usted me ha planteado que hay casos de corrupci¨®n y se est¨¢n llevando adelante, se est¨¢n llevando adelante o por los tribunales o por las propias investigaciones internas del propio Gobierno, como acaba de ocurrir en el Ministerio de Justicia e Interior, entregando toda la informaci¨®n a un juzgado. Bueno, pues eso es lo que tenemos que hacer, ?no? Lo que nos reclaman los ciudadanos que hagamos: que funcionen las instituciones. Nosotros estamos facilitando el buen funcionamiento de las instituciones, desde nuestra responsabilidad como Ejecutivo. Esto me parece que es lo normal, as¨ª debe ocurrir y, por consiguiente, eso producir¨¢, a mi juicio, un saneamiento permanente de la vida p¨²blica y una mayor transparencia...
—?El caso GAL es uno de los casos que forman parte de la misma acci¨®n...?
—No, no, no... No confundamos: en el caso GAL se ha iniciado una investigaci¨®n que tiene su causa en un suceso del a?o 1983, de diciembre de 1983... Por cierto, le recuerdo que en diciembre 1983, cosa que he explicado pocas veces, estuve reunido con el presidente de la Rep¨²blica Francesa, justamente, para discutir el tema de la cooperaci¨®n y la lucha contraterrorista y, justamente, de esa reuni¨®n nace el cambio de actitud del Gobierno franc¨¦s en la cooperaci¨®n con Espa?a; y a primeros de 1984 se produce el comienzo de la cooperaci¨®n con las primeras extradiciones de etarras a Espa?a. Por consiguiente, en el mismo tiempo en que se sit¨²an estos acontecimientos, yo estaba luchando democr¨¢ticamente por conseguir algo que no hab¨ªamos conseguido antes y que ha sido y es fundamental en la lucha contra el terrorismo: la cooperaci¨®n del Gobierno franc¨¦s.
—?Y en ese tiempo no se produce un ??A por ellos!?, un ?cueste lo que cueste?, un ?vale todo??
—No, no, no. Le vuelvo a repetir que quien impute al Gobierno una responsabilidad en ese sentido, est¨¢, simplemente, mintiendo, est¨¢ falseando la realidad. El Gobierno ha actuado de acuerdo con la legalidad y ha actuado desde convicciones democr¨¢ticas profundas en la lucha contra el terrorismo; y, desde luego, ha actuado, repito, en t¨¦rminos muy desiguales, porque los terroristas tienen muchas ventajas cuando se lucha democr¨¢ticamente contra ellos.
—Muchas gracias, se?or presidente del Gobierno.
Notas
1 El presidente del Gobierno se refer¨ªa probablemente a Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez, citados poco m¨¢s adelante, dos polic¨ªas detenidos, procesados, juzgados y encarcelados que comenzaron a se?alar a otras personas y a distintos responsables pol¨ªticos como integrantes, participantes u organizadores de los GAL. Estas declaraciones se publicaron fundamentalmente en el diario El Mundo, dirigido por el periodista Pedro J. Ram¨ªrez.
2 Juli¨¢n Sancrist¨®bal.
3 El presidente probablemente se refer¨ªa a Julio Anguita, por entonces m¨¢ximo dirigente de Izquierda Unida.
4 Baltasar Garz¨®n, juez instructor de la Audiencia Nacional, hab¨ªa formado parte de los equipos ministeriales de Felipe Gonz¨¢lez tras las elecciones de 1993. Ocup¨® la Direcci¨®n General sobre Drogas, pero abandon¨® muy pronto el cargo, por desavenencias pol¨ªticas o personales, y regres¨® a su antiguo puesto en la magistratura. A partir de ese momento, desencaden¨® una serie de actuaciones judiciales que minaron el Gobierno Gonz¨¢lez. Para unos fue una prueba de independencia del juez; para otros, un acto de revancha contra un Gobierno que, en teor¨ªa, le hab¨ªa prometido un ministerio que jam¨¢s le concedi¨®.
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