?Es Tracey Emin un genio o s¨®lo una provocadora vocacional?
Edimburgo dedica una retrospectiva a la obra de la controvertida artista brit¨¢nica, premio Turner 1998 y tildada de egoc¨¦ntrica, obsesa del sexo y victimista
La capital escocesa dedica una retrospectiva a Tracey Emin, la pol¨¦mica artista que represent¨® al Reino Unido en la ¨²ltima Bienal de Venecia y a la que muchos acusan de egoc¨¦ntrica, obsesa del sexo y victimista. De origen turcochipriota por parte de padre y nacida en Londres en 1963, Emin tuvo una dif¨ªcil adolescencia, fue violada con s¨®lo trece a?os en un callej¨®n y sufri¨® dos abortos, experiencias traum¨¢icas a las que vuelve una y otra vez en su obra.
La exposici¨®n, en la Scottish National Gallery of Modern Art, incluye sus trabajos en distintos medios, dibujos, monograbados, mantas con textos bordados, p¨¢ginas de diarios, peque?as fotograf¨ªas familiares o personales y la instalaci¨®n que la hizo famosa: My Bed (Mi Cama), con la que compiti¨® por el premio Turner en 1998. Para algunos cr¨ªticos, Emin es una artista que refleja la cultura hoy predominante en el Reino Unido: la admiraci¨®n por los famosos, aunque sea s¨®lo por haber salido en el programa Gran Hermano, la afici¨®n desmedida al alcohol, la promiscuidad sexual, el voyeurismo, la auto-promoci¨®n descarada.
El egotismo art¨ªstico de un icono
Los aficionados a su obra, seg¨²n ha admitido ella misma, son en su mayor¨ªa mujeres de menos de veinticinco a?os que se identifican con sus experiencias y que, a juzgar por la actitud reverencial de quienes visitan la exposici¨®n de Edimburgo, la tienen como una especie de icono. Toda la producci¨®n de Tracey Emin gira en torno a su persona: el mundo exterior parece no interesarle salvo en lo que la afecta, siempre como v¨ªctima, y su exhibicionismo emocional no tiene l¨ªmite.
El historiador del arte Julian Stallabrass, autor de un libro tremendamente cr¨ªtico sobre el llamado Joven Arte Brit¨¢nico, la ha acusado de "comercializar sus traumas" juveniles aunque el pintor estadounidense Julian Schnabel le profesa gran admiraci¨®n, como acredita en la introducci¨®n del cat¨¢logo. La propia Emin reconoce abiertamente que su arte gira siempre en torno a su propia persona y sus experiencias m¨¢s ¨ªntimas.
Una obra sobre m¨¢s de 100 relaciones sexuales
As¨ª, por ejemplo, una de sus instalaciones m¨¢s famosas, destruida en el 2004 en un incendio en un dep¨®sito de obras de arte, era una tienda de campa?a en cuyo interior hab¨ªa escrito los nombres del m¨¢s de centenar de hombres con los que se hab¨ªa acostado hasta la creaci¨®n de esa obra en 1995. Los que por morbosa curiosidad deseasen conocer esos nombres no ten¨ªan m¨¢s remedio que entrar a rastras en la tienda.
A¨²n m¨¢s pol¨¦mica fue en su momento la titulada Mi cama, exhibida ahora en Edimburgo, con sus s¨¢banas sucias, tampones y preservativos usados, paquetes de cigarrillos, una botella vac¨ªa de vodka y otros objetos que atestiguan de noches de alcohol y de amor. Ella misma ha descrito c¨®mo tuvo una especie de visi¨®n y decidi¨® convertir en obra de arte su propia cama -al igual que hizo Marcel Duchamp con su famoso urinario- despu¨¦s de varias noches interminbles de borrachera.
Un genio que no sabe pintar
Emin, que parece convencida de su genio y se declara admiradora del noruego Edvard Munch, pero tambi¨¦n del alem¨¢n Joseph Beuys, ha calificado esa instalaci¨®n de "seminal" y "fant¨¢stica". En cierta ocasi¨®n, en 1996, imitando sin duda a Beuys, se encerr¨® durante varios d¨ªas y noches en una galer¨ªa de Estocolmo, donde la gente pod¨ªa verla intentar pintar -ella misma ha reconocido no saber pintar- a trav¨¦s de un cristal en forma de ojo de pez.
En Edimburgo se exponen tambi¨¦n la serie de monograbados en los que refleja la experiencia traum¨¢tica de sus abortos, realizados con trazos torpes como si fuera un dibujo infantil y en los que se representa siempre a s¨ª misma tendida en una cama con las piernas abiertas. Exhibicionista donde las haya, Emin se ha fotografiado varias veces pintando totalmente desnuda en su estudio, con una pierna escayolada o mostr¨¢ndonos sin ning¨²n rubor sus partes pudendas en im¨¢genes captadas con Polaroid.
Otras salas muestran sus ¨²ltimas obras en ne¨®n y sus mantas acolchadas, en las que ha bordado frases como ¨¦sta: "Ven conmigo. Cada vez que siento amor, pienso, Cristo, me van a crucificar, as¨ª que cierro los ojos y me convierto en la cruz, algo tan hermoso".
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/E2A37ILL3ZJ7FVE6RLEFK6EFZM.jpg?auth=2e2abd53541aa952f659b802b529e41d71cfdf6cc2dd2519e46ef1df21cb34b5&width=414)
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