Poes¨ªa y desolaci¨®n tras la batalla
El artista estadounidense Claes Oldenburg expone en Espa?a su reflexi¨®n sobre la desintegraci¨®n de las fronteras
Claes Oldenburg (Estocolmo, 1929), baja con dificultad la rampa de Ivorypress, la galer¨ªa que Elena Ochoa abri¨® en Madrid. Acaba de asistir bajo una insistente lluvia a la instalaci¨®n de una de sus esculturas gigantes, un enorme clarinete azul, en la Biblioteca Nacional de Madrid, y se queja de sus rodillas. Necesita un caf¨¦ antes de hablar de The European desk, obra que nunca se hab¨ªa mostrado desde que el artista y Coosje van Bruggen -su esposa y mitad del t¨¢ndem creativo que crearon en 1976- la terminaran hace veinte a?os.
Reconoce que The European desk es una de sus piezas m¨¢s complejas. Una serie de esculturas que se desparrama por el espacio de la galer¨ªa como si acabaran de caer del cielo: un calendario de mesa, una pluma, un tintero, una escriban¨ªa, un secante, una balanza de cartas. "Es una reflexi¨®n acerca de las disputas hist¨®ricas por las fronteras nacionales y el desarraigo de las culturas europeas", seg¨²n la nota de la galer¨ªa. El punto de partida del conjunto, aclaraba Oldenburg el pasado martes, es una de las piezas que se exponen y que realiz¨® su esposa inspirada en un art¨ªculo de prensa que en 1990 vaticinaba una nueva Europa 45 a?os despu¨¦s de Yalta. "Creo que Coosje, nacida en Holanda -porque yo viv¨ª la mayor parte de mi vida en Estados Unidos-, era m¨¢s sensible a la pol¨ªtica de ese momento de cambios".
Pero este escritorio de objetos cotidianos gigantes -marca de la casa- tiene m¨¢s significados. "Es como un poema. Quiz¨¢s una ¨®pera en la que los distintos objetos son personajes y el espectador tiene que aportar el libreto", dice el artista, considerado uno de los referentes del arte pop, que sigue hablando en plural y en presente un a?o despu¨¦s de la muerte de Van Bruggen. "La principal met¨¢fora es que el escritorio se convierte en un campo de batalla a gran escala". Las grietas son las fronteras que se desdibujan y los secantes, tanques que asolan el mapa de Europa. Tambi¨¦n hay un elemento de violencia en ese tintero que explota y que evoca una an¨¦cdota de Mart¨ªn Lutero, causante de otro cisma europeo: una mosca le molest¨® mientras escrib¨ªa y, pensando que ser¨ªa el demonio, lanz¨® el tintero e hizo una famosa mancha en la pared que la gente hoy sigue visitando. Leonardo da Vinci tambi¨¦n dijo a sus estudiantes que pod¨ªan estimular su imaginaci¨®n lanzando tinta contra la pared y contemplando despu¨¦s las figuras creadas. "Las manchas de tinta son una importante parte de la pieza", apostilla Oldenburg.
The European desk es el tercero de los trabajos que surgieron tras la performance que el matrimonio escenific¨® durante la Bienal de Venecia de 1985, Il corso del coltello, concebido en colaboraci¨®n con el arquitecto Frank Gehry. Trabajando la escultura a gran escala, para Oldenburg y Van Bruggen los l¨ªmites entre el arte y la arquitectura son borrosos. "Nuestras piezas son arquitect¨®nicas porque normalmente se colocan en relaci¨®n con edificios. La forma de trabajar de Frank es m¨¢s bien como la de un escultor: usa maquetas, las estudia. Era la persona perfecta para trabajar porque entiende nuestros planteamientos". El mejor ejemplo de esa colaboraci¨®n es el edificio de la agencia de publicidad Chiat/Day en Venice (California), cuya fachada es un par de gigantescos prism¨¢ticos obra de Oldenburg y Van Bruggen: "No tenemos reglas r¨ªgidas sobre los l¨ªmites entre arte y arquitectura. Para m¨ª fluyen juntas y un buen ejemplo es esta obra. Es muy poco corriente que un arquitecto deje la fachada de su edificio a un artista. Muestra la capacidad de artistas y arquitectos de trabajar juntos y nosotros creemos en eso", dice el artista.
Babelia
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