"Mis fotos son meditaci¨®n"
Patti Smith hace de gu¨ªa en su exposici¨®n fotogr¨¢fica 'Art in Heaven' en Girona
Lleva un gorro negro sobre el pelo, que, enredado y medio trenzado, le cae sobre la cara. Viste camiseta blanca, vaqueros por dentro de botas marrones y americana negra. Del cuello le cuelga una cruz; de la solapa, una chapita con la cara de su chileno preferido, Roberto Bola?o; de las manos, una Polaroid.
De esa guisa aparece Patti Smith (Chicago, 1946) un viernes de finales de julio frente al monasterio de Sant Feliu de Gu¨ªxols (Girona). La artista americana, entronizada como la madrina del punk, ha aceptado recorrer junto con EL PA?S su exposici¨®n Art in Heaven, de 50 fotograf¨ªas y 10 dibujos, que inaugura hoy a las 20.30 en el museo del recinto con la baronesa Thyssen y que podr¨¢ verse hasta el 26 de septiembre.
Pero r¨¢pido. Seis horas despu¨¦s cierra su gira por Espa?a en el escenario del Festival Internacional de la Porta Ferrada del municipio. La propuesta es empezar por su foto o dibujo preferido. Se opone: "Es como cuando alguien te dice: 'De todos los hijos, ?cu¨¢l te gusta m¨¢s?". Al final la cosa queda en un paseo por la exposici¨®n, que recoge im¨¢genes y dibujos desde 1967 hasta hoy.
Smith empieza por su autorretrato: "F¨ªjate, hay pisadas en el dibujo". Lo pint¨® poco despu¨¦s de mudarse a Nueva York, con 20 a?os. "Entraron unos ladrones al piso. No encontraron nada y pisaron los dibujos que estaban por el suelo". Mientras explica la peripecia, un fot¨®grafo la fusila, un c¨¢mara la graba y dos periodistas le repreguntan.
Ella no tiene ni una salida de tono. Recorre la sala y se detiene en la m¨¢quina de escribir de Herman Hesse, en la tumba de Modigliani, en una estatua de Dante, en un dibujo de las torres gemelas... Al lado est¨¢ la instant¨¢nea de unas zapatillas con las iniciales R. M. grabadas. Pertenecieron a su amigo y amante, el fot¨®grafo Robert Mapplethorpe. Las llev¨® antes de morir. Smith lanz¨® en junio en Espa?a el libro ?ramos ni?os (Lumen), una biograf¨ªa de la vida en com¨²n de ambos.
"Mis fotograf¨ªas son meditaci¨®n, lo que yo encuentro bello. Me gusta imagin¨¢rmelas sobre un escritorio", resume, y se aparta el flequillo de los ojos. El tiempo se acaba. Pero antes fotograf¨ªa la pared para ense?ar c¨®mo funciona la Polaroid. Hay tentaciones de pedirle la instant¨¢nea. Total, es una pared. Un miembro del equipo advierte de que es una pared fotografiada por Smith.
Smith abandona ma?ana Espa?a. Antes pasar¨¢ por Blanes, donde vivi¨® y muri¨® Bola?o. "Quiero estar ah¨ª. Tomar un caf¨¦. Pensar", dice, ya camino de la calle. Antes de subir al coche, desenfunda de nuevo la c¨¢mara y apunta al monasterio. Quiz¨¢ en el futuro un pedazo del municipio gerundense forme parte de su siguiente exposici¨®n, allende fronteras.
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