Escribidor en Manhattan
La noticia sorprendi¨® al autor en Nueva York.- El encuentro con la prensa en el Instituto Cervantes fue una celebraci¨®n del idioma
Pasada la sorpresa, comprobado que no hab¨ªa sido objeto de una broma pesada, transmitida la noticia a su hijo ?lvaro en Washington y a los amigos m¨¢s ¨ªntimos, Mario Vargas Llosa alcanz¨® a reponerse y a disfrutar del glorioso d¨ªa de sol que amaneci¨® de repente en su apartamento del West Side de Nueva York, junto a Central Park.
Pensaba pasar aqu¨ª unos meses tranquilos, aprovechando el anonimato que esta ciudad concede a las figuras m¨¢s relevantes y la culta relajaci¨®n a la que invita la Universidad de Princeton, donde el escritor est¨¢ impartiendo un curso. Pero, de repente, la academia sueca, que baraj¨® su nombre durante 20 a?os, consider¨® esta la oportunidad adecuada para despertar a este ya esc¨¦ptico candidato y arruinar su pl¨¢cido retiro neoyorquino.
?Qu¨¦ lugar mejor para recibir un Nobel! Esta ciudad deslumbrante que durante d¨¦cadas ha seducido a escritores y artistas, los ha enriquecido y transformado en leyendas universales, estaba esperando a Vargas Llosa para a?adir historia literaria a su historia. Historia literaria en espa?ol, que por algo el idioma espa?ol se abre paso velozmente entre el tr¨¢fico saturado de sus calles, un espa?ol confuso y diverso, algo ca¨®tico quiz¨¢, pero juvenil y pujante, controvertido y apasionado, como la literatura de Vargas Llosa.
Fue un d¨ªa de fiesta para esa lengua que bulle en los callejones de Nueva York, que surge de sus ventanas en las noches calurosas del verano, que a¨²n no ha llegado a los despachos de Wall Street, pero que gana espacio diariamente en los medios de comunicaci¨®n y en los discursos de los pol¨ªticos interesados en los 40 millones de personas que hablan el idioma de Vargas Llosa.
No hab¨ªa otro lugar posible para celebrar esa fiesta que el Instituto Cervantes, que est¨¢ situado adem¨¢s cuatro puertas m¨¢s arriba del consulado de la Rep¨²blica del Per¨², con el art¨ªculo por delante, como lo quieren los peruanos. El ex presidente Alejandro Toledo estaba en el acto para dejar testimonio de que, aunque en el edificio ondeara la bandera de Espa?a, all¨ª se homenajeaba a un peruano.
El escenario ofrec¨ªa, por tanto, algunas de los m¨²ltiples dimensiones de este autor, que quiso ser presidente de su pa¨ªs, acept¨® la nacionalidad espa?ola despu¨¦s y casi pierde la suya de nacimiento por la hostilidad manifiesta de un presidente de origen japon¨¦s, Alberto Fujimori, que convirti¨® su r¨¦gimen en un tiran¨ªa silenciosa y ferozmente antivarguista.
"Espa?a es un pa¨ªs que no era m¨ªo y que yo he hecho m¨ªo porque me acogi¨®", ha dicho Vargas Llosa a los periodistas, "pero yo soy peruano, lo que hago, lo que digo expresa el pa¨ªs en el que he nacido y en el que he vivido las principales experiencias". Espa?a queda ah¨ª al lado, en el extremo m¨¢s racional y adulto de su cerebro. Espa?a es el pa¨ªs que le abri¨® espacio dentro de su industria editorial y en el que consolid¨® su carrera. Le brinda tambi¨¦n, por tanto, este premio a Espa?a, y, tal como el escritor quiso destacar, a su primer editor, Carlos Barral.
Aunque habl¨® de Venezuela, de su horror por las dictaduras y de su voluntad de seguir denunciando los abusos que crea denunciables all¨¢ donde crea oportuno, porque la pol¨ªtica nunca se aparta de ¨¦l -o ¨¦l de la pol¨ªtica-, este era esencialmente el d¨ªa del escritor. "Yo b¨¢sicamente soy escritor y promuevo el espa?ol escribiendo lo mejor que puedo", ha dicho, esforz¨¢ndose por sonar humilde en un d¨ªa en que ten¨ªa enfrenta tantas c¨¢maras como Barack Obama. Destac¨® el significado que este premio tiene tambi¨¦n para la literatura latinoamericana, para estimular a una nueva generaci¨®n a escribir y construir un futuro que ¨¦l observa con optimismo, a pesar del desaf¨ªo que las nuevas tecnolog¨ªas representan para el libro.
"Yo soy m¨¢s del papel", ha confesado en la conferencia de prensa. "Espero que los cambios tecnol¨®gicos no signifiquen una banalizaci¨®n, una trivializaci¨®n del consumo de libros. Creo que incluso existe la posibilidad de que las nuevas tecnolog¨ªas permitan explorar los problemas m¨¢s esenciales del ser humano, de la sociedad. De nosotros depende que no se acabe con ese avance de la civilizaci¨®n que representa un libro".
Asegur¨® que, por supuesto, en diciembre estar¨¢ en Estocolmo para recoger su premio. Cuando lo recibi¨® Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez se produjo una cierta pol¨¦mica por la vestimenta que utiliz¨® para la ocasi¨®n, que pretend¨ªa ser una declaraci¨®n de su origen. Vargas Llosa est¨¢ m¨¢s preocupado por el discurso que pronunciar¨¢. Escribir es doloroso hasta para los m¨¢s grandes, y este grande tiene su agenda cargada de discursos y art¨ªculos para EL PA?S. Prometi¨® no abandonar ahora ninguna de esas obligaciones, seguir siendo el mismo Vargas Llosa que est¨¢ sobre la mesilla de noche de millones de personas de habla espa?ola desde hace cuarenta a?os. Jur¨® que no cambiar¨¢ y pidi¨® que, de una vez, se le acepte como es.
Babelia
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