Cuando Simbad se hizo mujer
El fot¨®grafo iran¨ª Reza ilustra la reinvenci¨®n de los viajes del marino en el ¨²ltimo trabajo de la escritora estadounidense Siri Hustvedt
![Ana Marcos](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F6b66c00d-554d-4551-812d-506b193ba153.png?auth=2e03873311b4b51ee9258f603cf10ee62bb9ef053b380395dbf31efc028e5b80&width=100&height=100&smart=true)
La habilidad de Siri Hustvedt con las formas literarias convierte a Simbad en un marinero de la poes¨ªa, el cine, el ensayo cient¨ªfico, el di¨¢logo y as¨ª hasta completar tantos g¨¦neros como mares surc¨®, en Ocho viajes con Simbad. La escritora norteamericana (Northfield, Minnesota, 1955) recibi¨® en mayo el encargo de la editorial La F¨¢brica para ser parte de una serie de libros ilustrados que inauguraron Vargas Llosa y Miguel Delibes. "Me dieron libertad para elegir el tema y pens¨¦ que Simbad es el arquetipo de la historia que perdura, sobrevive", explica la autora.
Hustvedt debe medir un metro ochenta aproximadamente. Pelo rubio, piel transl¨²cida, casi de papel pinocho. De movimientos r¨¢pidos, en¨¦rgicos, en cualquier caso elegantes, su tono, sin embargo, es sosegado. Al contrario que su mirada, curiosa e inquisidora. Complicada de esquivar. Se estren¨® en la literatura desde la poes¨ªa en los ochenta. El cuento le lleg¨® en los noventa. Y el cine parece ser parte de su lectura habitual. Adem¨¢s de su reciente dedicaci¨®n e inter¨¦s por el psicoan¨¢lisis y la psiquiatr¨ªa que justifican el academicismo del tercer relato y que arrastra de su novela Eleg¨ªa para un americano.
"Al terminar cada viaje ten¨ªa la sensaci¨®n de tener que volver a empezar, en lugar de continuar como pasa con los cap¨ªtulos de una novela", dice Hustvedt. "Pero es un reto personal que me impongo para ir m¨¢s all¨¢ en mi trabajo, siendo consciente de que mis obsesiones siempre terminan por aparecer". Su gusto por la experimentaci¨®n es ya casi una caracter¨ªstica de su obra. La autora desvela que en su pr¨®ximo trabajo se atreve hasta con siete narradores para una misma historia. "A veces me cuestaincluso varios d¨ªas retomar la escritura por la complejidad de comenzar con una voz nueva".
Las aventuras se yuxtaponen con las im¨¢genes del fot¨®grafo iran¨ª Reza. Hustvedt no supo hasta el final c¨®mo iba resultar esta combinaci¨®n. "Soy una persona poco interesada en la idea de ilustrar los textos, excepto casos contados como las novelas de Dickens", dice. "Pero las fotos de Reza consiguen una tensi¨®n con el texto sin necesidad de recurrir a la literalidad".
El ¨²ltimo viaje, el octavo, es fruto de la imaginaci¨®n y la inventiva de la escritora. Un di¨¢logo entre un matrimonio -"s¨ª, est¨¢ inspirado en los debates que mantengo con mi marido (el escritor Paul Auster)"- que cambia de sexo al marino. "Simbadia es un ejemplo de hacia d¨®nde va la mujer en este momento. El arquetipo de la hero¨ªna es antiguo, pero la idea de la mujer con libertad de movimiento es un reto que estamos consiguiendo ahora".
Las aventuras de Simbad derivan as¨ª en una mera excusa en pro de una conversaci¨®n sobre Sherezade, es decir, la memoria. "Ella es la voz, la narraci¨®n y la responsable de que ¨¦l sobreviva", dice. "La manera de crear memoria consciente se consigue con la narraci¨®n, una forma de organizar el pasado". Lo que m¨¢s interesa a Hustvedt es la ignorancia del hombre respecto a su capacidad de crear historia, de concebirse como la fuente original. "La ficci¨®n, por el contrario, es la fantas¨ªa, la manera de imaginarse el futuro".
![La escritora estadounidense Siri Hustvedt, en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TT2RLQCKNN6E3G5EDRPAOZUBHM.jpg?auth=1db57172e37d7a6881ab0d3bfdcee788ca312413e268a6d7f3b89c19c8174210&width=414)
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