Diego A. Manrique, Premio Nacional de Periodismo Cultural
El colaborador de EL PA?S es uno de los m¨¢s veteranos, ¨¢cidos y prestigiosos cr¨ªticos y cronistas musicales espa?oles de los ¨²ltimos 40 a?os
Cuando Manrique, Diego A. Manrique (Pedrosa de Valdeporres, Burgos, 1950) -nuevo Premio Nacional de Periodismo Cultural-, coge el tel¨¦fono de su casa de Madrid y contesta el tradicional "?Qu¨¦ hay, primo?", ya se est¨¢ gestando una nueva aventura period¨ªstica, que viene a ser el g¨¦nero que cultiva este escritor de peri¨®dicos especializado en m¨²sica, mejor, en m¨²sicas.
En el caso del planeta DAM, la aventura period¨ªstica consiste en eso, en que sus piezas sobre Bowie, sobre Morrissey, sobre Dylan, sobre Springsteen, sobre Lou Reed, sobre un disco olvidado, sobre un disco encontrado, sobre una grabaci¨®n in¨¦dita o sobre el sursum corda?se sabe c¨®mo empiezan, pero no c¨®mo acabar¨¢n. Las palabras, las l¨ªneas, los p¨¢rrafos, los art¨ªculos de uno de los grandes cr¨ªticos y cronistas musicales que en Espa?a han sido van ramific¨¢ndose extra?amente, Manrique empieza con una peque?a declaraci¨®n de principios, pinceladas situando la cuesti¨®n, y el paraguas va abri¨¦ndose y salpicando al lector con gotas de datos, de evocaciones, de opini¨®n, de interpretaci¨®n, el contexto y las claves van corriendo por el subsuelo del edificio, y por arriba echan humo los datos, la informaci¨®n. Es la vieja estirpe del cronista cultural, tan Robinson Crusoe en tiempos as¨ª, tan ninguneada por algunos con demasiado margen de decisi¨®n, tan deseada por tantos miles de lectores con cada vez menos margen de elecci¨®n.
Es muy probable, sin estar en su mente, que los miembros del jurado del Nacional de Periodismo Cultural le hayan premiado por todo esto. Por ser un ameno contador de historias, un solvente relator: estas dos cosas, unidas, suelen producir lo que Diego A. Manrique es: tambi¨¦n un prescriptor.
Periodista y cr¨ªtico musical desde los gris¨¢ceos mediados de los 70 tras haberse iniciado en el semanario Triunfo, DAM ha trabajado en prensa, radio y televisi¨®n. Desde las p¨¢ginas de publicaciones especializadas como Vibraciones y Rock especial inici¨® su magisterio, que desemboca en sus colaboraciones incansables en EL PA?S y El Pa¨ªs Semanal, y tambi¨¦n en revistas como Rolling Stone donde, claro, le dan m¨¢s espacio -que no m¨¢s bola- que en EL PA?S y vive m¨¢s ancho y m¨¢s feliz, por tanto. Pero hoy en d¨ªa, en las p¨¢ginas de Cultura del diario, su secci¨®n Universos paralelos se zambulle cada lunes (?tienes que entregar antes, primo!) en las historias no contadas o contadas a medias de m¨²sicos y m¨²sicas. Su ¨²ltima colaboraci¨®n, hace tres d¨ªas, sobre Nick Drake, muerto por sobredosis de antidepresivos hace 40 a?os y uno de los grandes de la introspecci¨®n musical, fue otro regalo para quienes le editan y, queremos pensar, para quienes le siguen y le leen. Los mismos que conversan con ¨¦l en sus chats y que siguen sus podcasts en EL PA?S.
En el pasado, la voz de vacile y como un poco gomosa y la cara de guasa de Diego A. Manrique han retumbado y se han visto en programas de televisi¨®n desaparecidos en la noche de los tiempos, caso de Popgrama (1979-1980) o Caja de ritmos (1983), junto al no menos inolvidable Carlos Tena. De 1992 a 2010 llev¨® las riendas de?El Ambig¨² en Radio 3 de Radio Nacional de Espa?a. En la casa (Radio 1) present¨® tambi¨¦n el espacio?La madriguera. DAM fue nombrado director adjunto de Radio 3 en 2008, y dej¨® el puesto tras ser cesado en 2012. Evidentemente no vivi¨® bien, y sigue sin hacerlo, aquella salida por la puerta de chiqueros.
Pero en esta biograf¨ªa los cargos tienen naturaleza de actor secundario. El protagonismo se lo lleven sus frases, sus textos, muchos de ellos recogidos en el libro Jinetes en la tormenta (Espasa). Son sin duda todos ellos los que le han dado el Premio Nacional de Periodismo Cultural.
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