Fernando Savater: ¡°Mi vida es comer, dormir y llorar¡±
En el libro 'Aqu¨ª viven leones', escrito junto a su mujer, fallecida este a?o, repasa el contexto de grandes autores
Stefan Zweig y Agatha Christie, Poe y Alfonso Reyes, Flaubert y Leopardi, Shakespeare y Valle-Incl¨¢n son los pasajeros de Aqu¨ª viven leones (Debate), embriagadora ruta por las luces, las sombras, las man¨ªas, los d¨®ndes, los c¨®mos y los porqu¨¦s ¨Cel contexto, en suma- que rodean a los grandes escritores y a la g¨¦nesis de sus grandes obras. Superposici¨®n de textos, vi?etas y fotos, este es, parad¨®jicamente, un libro ¨²ltimo y primero: el primero firmado al alim¨®n por Fernando Savater y Sara Torres, su compa?era durante 35 a?os, fallecida en marzo. El ¨²ltimo hasta la fecha del autor de ?tica para Amador, La tarea del h¨¦roe y Contra las patrias. Y qui¨¦n sabe si el ¨²ltimo a secas. ¡°Se acab¨®, como mucho escribir¨¦ otro, si re¨²no fuerzas, sobre la relaci¨®n que tuvimos Sara y yo y ya est¨¢¡±, susurra el viejo profe de Zorroaga, que acaba de llegar de su paseo matinal de seis kil¨®metros y que, en el saloncito de su casa de San Sebasti¨¢n, entre libros, mu?equitos de superh¨¦roes y vasos de txakol¨ª, ofrece una entra?able raci¨®n de palabras, recuerdos, risas y l¨¢grimas.
Pregunta. En las manos del lector, un artefacto fetichista sobre grandes escritores. El fetichismo como expresi¨®n de amor. Son palabras suyas.
Respuesta. Lo que pretend¨ªamos con este libro, en origen, era sobre todo pasarlo bien, ir a los sitios donde hab¨ªan vivido los grandes escritores y con ese pretexto releerlos a todos. Sara estaba empe?ada en demostrar que la cultura elevada puede ser tambi¨¦n popular.
P. Completamente de acuerdo.
R. Es que t¨² le cuentas a un chaval el argumento de una obra de Shakespeare y puede ser emocionant¨ªsimo. Macbeth se puede contar como una novela de terror. Este libro lo que pretende es abrir el apetito. Que es lo que yo he hecho siempre: poner trampas a la gente para que lea a los grandes autores.
Para m¨ª es un libro felic¨ªsimo y, ahora, muy doloroso
P. Grandes autores que tambi¨¦n eran pobres mortales¡
R. Se trataba de recordar que esos grandes escritores eran tambi¨¦n personas. Que gente normal que dorm¨ªa, cagaba y meaba era capaz de escribir aquellas cosas. La excelencia art¨ªstica no quiere decir perfecci¨®n humana. En el mundo hay analfabetos destripando terrones que son personas extraordinarias. Y m¨²sicos sublimes que son perfectos canallas.
P. ?C¨®mo se dividieron ustedes el trabajo?
R. Yo eleg¨ªa a los autores. Sara me preparaba unos dossiers que eran como tesis doctorales que yo no me pod¨ªa acabar. Ella iba antes a los sitios con nuestro amigo Jos¨¦ Luis Merino, y lo preparaban todo para que yo, que sol¨ªa tener menos tiempo, llegara a tiro hecho. Para m¨ª es un libro felic¨ªsimo en gran medida y claro, ahora pues muy doloroso, porque me acuerdo de todos los sitios a donde fuimos, c¨®mo nos lo pasamos... (Fernando Savater se enjuga las l¨¢grimas).
P. Ya no es un libro, es un recordatorio¡
R. Efectivamente. Para m¨ª ya es as¨ª.
P. El libro plantea un debate, el debate sobre el contexto. Muchos lectores no quieren conocer datos extraliterarios de sus autores favoritos, para que no interfieran en la pura apreciaci¨®n de la obra. En ese sentido, el otro d¨ªa alguien dec¨ªa: ¡°Este es un libro menor de Savater¡±¡
R. Es que yo solo tengo libros menores (risas). No, en serio, hay sitios en los que, cuando los visitas, notas de verdad c¨®mo pudieron influir en los escritores. T¨² vas al jard¨ªn donde escribi¨® El infinito Leopardi, con esa forma de proa y con todo el paisaje ese de la Toscana delante de tus ojos y te dices: ¡°?Claro, este se?or aqu¨ª pensaba en el infinito!¡±. Lo malo es que claro, los dem¨¢s no somos Leopardi y no nos salen esos poemas.
La excelencia art¨ªstica no quiere decir perfecci¨®n humana
P. A ver si lo entiendo: ?pasear por la playa de Trouville ayuda a entender mejor la obra de Flaubert, las ninfas saliendo del agua y todo eso?
R. Claro, ninfas que luego ¨¦l puso ah¨ª, en sus p¨¢ginas. Claro que ayuda. Bueno, y este libro lo que quiere tambi¨¦n es ayudar a la gente a recuperar a todos esos autores. Es que hay un problema para los que hemos le¨ªdo desde muy j¨®venes. Le¨ªmos todos los libros buenos demasiado pronto. O sea, yo a los 15 a?os le¨ª Madame Bovary. ?De qu¨¦ te vas a enterar? De poco. As¨ª que lees lo bueno demasiado pronto, y luego, cuando te haces mayor, tienes que leer lo de ahora, y claro, no es lo mismo que Flaubert¡
P. Dice en el libro que Flaubert es adictivo.
R. Es que lo es. Mira lo que dice en La educaci¨®n sentimental, que es mi favorito: hablando de un corrupto, escribe: ¡°Era tan corrupto que pagar¨ªa por venderse¡±. ?Genial!
P. En cierta forma, Aqu¨ª viven leones es una gu¨ªa de lectura.
R. No, es una provocaci¨®n. No hacen m¨¢s que llamarme para que vaya a colegios a convencer a los chavales de que lean. Pero yo no puedo convencerles. Es como si te dijeran: ¡°Vete a ese sitio y explica por qu¨¦ hay que comer jam¨®n de Jabugo¡±. Pues oye, no, pru¨¦balo y ya ver¨¢s qu¨¦ rico. Entonces¡
P¡ entonces con este libro pretende provocar para contagiar placer.
R. Es que tampoco hay tantos en la vida. A ver, hablo de placeres que duren y que puedas tenerlos a cualquier edad, ?eh? Porque claro, hay otros que, primero, duran poco; y segundo, hay un momento en que ya no los puedes tener. Punto. Yo ahora, por ejemplo, ?c¨®mo es mi vida hoy? Pues como la de los ni?os peque?os, comer, dormir y llorar. Pero lo ¨²nico que me sigue apeteciendo de verdad es leer.
P. ?Eso le ocurre en concreto ahora, en su situaci¨®n tras la muerte de Sara, o le ocurri¨® siempre?
R. Siempre y hasta en las situaciones m¨¢s duras. En los tiempos de los l¨ªos, de ETA, de los guardaespaldas¡ sufr¨ªa una tensi¨®n horrible. Pero yo me iba a mi cuarto, cog¨ªa el libro que ten¨ªa entre manos y era como un para¨ªso invulnerable en el que estaba feliz. A eso le debo, creo, el haberme mantenido ecu¨¢nime y tranquilo.
P. La potencia de tiro del goce, m¨¢s que el ¡°voy a leer porque me forma¡±, ?no?
R. Por supuesto. Como dice Daniel Pennac en su libro Como una novela, ¡°la voz leer no admite el imperativo¡±. No digas nunca ¡°hala, ni?o, lee esto, que te har¨¢ triunfar en la vida¡±. Leer es un placer y los placeres se contagian, no se fingen ni se ense?an. No le d¨¦ usted solemnidad a la lectura, no se arrodille ante el altar para leer a Flaubert, porque Flaubert lo que quer¨ªa era producirle a usted placer y diversi¨®n.
P. El otro d¨ªa, en la entrega del Premio Eulalio Ferrer, dijo que no se sent¨ªa fil¨®sofo sino profesor de filosof¨ªa. ?Puede explicarlo?
R. Pues por lo mismo que un profesor de solfeo no es Glenn Gould. A m¨ª me interesa transmitir, contagiar el inter¨¦s por la filosof¨ªa. Y no conozco a un chico de 14 o 15 a?os que no est¨¦ interesado por ella. Lo que no les suele interesar es el profesor de filosof¨ªa. Yo he conseguido que se interesen tambi¨¦n por el profesor. Y eso s¨ª que tiene m¨¦rito.
Babelia
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