Un puente a¨¦reo cultural contra la desconexi¨®n pol¨ªtica
Lejos de los debates crispados del independentismo, los intercambios en el eje Barcelona-Madrid se intensifican en el teatro, la edici¨®n, el arte o la m¨²sica
El libreto de Il Trovatore de Verdi, con su intrincada trama y su trasfondo de conflicto territorial, pareci¨® el viernes por la noche escogido por algo m¨¢s que la casualidad para ser la obra con la que el Liceu de Barcelona enviaba, en plena escalada soberanista catalana rumbo al refer¨¦ndum del 1 de Octubre, una embajada de buena voluntad oper¨ªstica a 166 municipios espa?oles, pero sobre todo a la Plaza Mayor de Madrid, en el coraz¨®n del Reino. La idea es ¡°tender puentes¡±, explicaba Roger Guasch,director general de la instituci¨®n. Son los mismos que tendi¨® el Teatro Real con la retransmisi¨®n a m¨¢s de 250 puntos (11 municipios catalanes) de Madama Butterfly, que, seg¨²n el coliseo, convoc¨® a m¨¢s de 120.000 personas, r¨¦cord en los anales de estas iniciativas cruzadas. Para subrayar los lazos comunes, ambas entidades celebraron un patronato conjunto en marzo en Madrid. ¡°Las instituciones culturales son cruciales para forjar espacios de convivencia, pero dudo que puedan plantar cara a esa pol¨ªtica que en su momento decidi¨® utilizar el enfrentamiento territorial como arma arrojadiza para ganar elecciones apelando a lo peor de la naturaleza humana¡±, explica Joan Matabosch, director art¨ªstico (catal¨¢n) del Real.
El ejemplo l¨ªrico no es aislado. El mundo de la cultura, tanto en lo tocante a sus habitantes particulares como a las instituciones p¨²blicas y privadas, lejos de apuntarse a la desconexi¨®n parecen empe?adas en fortalecer el puente a¨¦reo entre Madrid y Barcelona, como met¨¢foras de la Espa?a y la Catalu?a que hablan un mismo idioma: el entendimiento.
Un caso paradigm¨¢tico lo ilustra La Caixa, desde cuya sede cultural central de Barcelona se ha expandido por cuatro centros de toda Espa?a (el ¨²ltimo en abrir: Sevilla) y no ve agravios comparativos en inaugurar en Madrid exposiciones tan importantes como la actual Ag¨®n! La competici¨®n en la antigua Grecia, con tesoros venidos del British Museum, antes de que luego vaya a la ciudad condal (viaje contrario al que har¨¢ la de De Chirico, que acaba de abrir en Barcelona).
Instituciones y fundaciones siguen trabajando de manera conjunta, asegura Ainhoa Grandes, presidenta del patronato de la Fundaci¨®n Macba, quien enumera casos de colaboraci¨®n entre su centro de arte y el Reina Sof¨ªa, o entre el Prado y el Museo Nacional de Arte de Catalu?a. El MNAC, cuyo director, Pepe Serra, asegur¨® recientemente a este diario que el museo ¡°no est¨¢ para legitimar ning¨²n tipo de naci¨®n¡±, fue el primero que en 2008 colabor¨® con el programa El Prado disperso, mientras que a finales de 2016, Miguel Zugaza, todav¨ªa al frente de la pinacoteca madrile?a, mostr¨® su apoyo al MNAC en la pol¨¦mica del traslado de las obras de Sijena, al afirmar que lo prioritario era mantenerlas en el lugar en el que su estado de conservaci¨®n lo aconsejara.
Aunque tal vez sea el teatro el ¨¢mbito en el que el puente a¨¦reo cultural registra ¨²ltimamente mayor tr¨¢fico. Las dos instituciones p¨²blicas madrile?as m¨¢s importantes est¨¢n dirigidas actualmente por personas venidas de Barcelona: al frente del Teatro Espa?ol est¨¢ Carme Portaceli, mientras que ?lex Rigola pilota los Teatros del Canal. Y no son los primeros catalanes en esas lides: Mario Gas estuvo al frente del Espa?ol de 2004 a 2012 y Albert Boadella en el Canal (2009-2016). Ambos contaron con el precedente de Llu¨ªs Pasqual. Fundador del Teatre Lliure de Barcelona, fue llamado en 1983 para dirigir el Centro Dram¨¢tico Nacional en Madrid.
¡°En este momento creo que la coincidencia es meramente circunstancial, pero quiz¨¢ antes tuvo que ver con la efervescencia teatral que vivi¨® Barcelona hace 20 a?os, con unas producciones muy contempor¨¢neas y varios directores que alcanzaron prestigio fuera de Espa?a¡±, responde Portaceli. ¡°Ahora todo se ha igualado. Incluso creo que Madrid vive ahora un momento m¨¢s vibrante que Barcelona¡±. Albert Boadella incide. ¡°En Madrid no se siente rechazo en absoluto por ser catal¨¢n¡±. Pero matiza: ¡°Esta actitud no es tan rec¨ªproca en Barcelona¡±.
¡°Las dos ciudades son mundos en s¨ª mismos y pueden fertilizarse mutuamente, m¨¢s all¨¢ de las diatribas pol¨ªticas que tanto confunden. Estamos en un buen momento para entendernos¡±, opina Patr¨ªcia Soley Beltran, autora de ?Divinas!, premio de ensayo de la Anagrama, buque insignia de la edici¨®n catalana e inmejorable recuerdo de aquellos a?os en los que se ten¨ªa la impresi¨®n de que los buenos libros en espa?ol llegaban en gran medida de Barcelona. Hoy la cosa se ha equilibrado: la ciudad, adem¨¢s de condal, sigue siendo libresca, pero el AVE a Madrid echa m¨¢s chispas que nunca con escritores, editores agentes de prensa y periodistas que, si bien pueden criticar cierto centralismo de la prensa cultural espa?ola, asumen esa bicefalia con naturalidad. ¡°La relaci¨®n entre ambos gremios es la m¨¢s fluida, c¨®moda y constante de hace a?os¡±, asegura Daniel Fern¨¢ndez, de pasado catalanista (edit¨® la revista L¡¯Aven?) y hoy presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a. Pone de ejemplo, entre otros, el reciente anuncio en Barcelona del secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, de un protocolo entre ministerio y Generalitat para unificar el sello de calidad de las librer¨ªas que otorgaban ambas instituciones por su cuenta.
¡°Creo que nunca hab¨ªa tenido m¨¢s autores de Madrid o afincados all¨ª que ahora¡±, explica desde Barcelona el presidente de Anagrama, Jorge Herralde, que cada primer fin de semana de la Feria del Libro de Madrid desde hace 11 a?os cena con sus escritores en casa de su distribuidor de siempre, Machado Libros. No recuerda ¡°crispaciones o comentarios especiales sobre el proceso¡±. ¡°Eso se da m¨¢s en la esfera pol¨ªtica que en la cultural, los escritores acostumbran a ser personas civilizadas¡±.
Frente a la dickensiana historia de dos ciudades que valdr¨ªa para contar el mundo del libro en Espa?a, la industria del cine sigue estando centrada en la villa y corte. Y por eso hay una numerosa colonia de actores catalanes viviendo en Madrid. Otra cosa son los t¨¦cnicos: cada vez es m¨¢s habitual que un montador barcelon¨¦s venga varias semanas a Madrid a editar la pel¨ªcula de un director sevillano, y se vuelva en el AVE.
Borja Cobeaga, cineasta donostiarra afincado durante lustros en Madrid, ha vivido un tiempo en Barcelona antes de retornar a la meseta. ¡°No noto grandes diferencias culturales, al menos en el cine. Vives un lado, ruedas en otro. No hay gueto¡±.
Una de esas actrices y directoras emigrantes es Leticia Dolera. ¡°Tengo un grupo de whatsapp con una quincena de compa?eros que se llama ¡®Catalanes en Madrid¡¯. Ha aumentado la producci¨®n en Barcelona, pero la mayor parte del trabajo, de los ¡®castings¡¯, se hace en Madrid, donde, si no leyeras la prensa, no parece que haya habido cambios¡±.
Aunque en realidad s¨ª hay alguna diferencia: en Madrid las pel¨ªculas catalanas subtituladas tienen un p¨²blico muy circunscrito al de las salas de arte y ensayo, todo lo contrario, obviamente, que en Catalu?a. Y hay grandes desigualdades en la taquilla de pel¨ªculas como La gran familia espa?ola, de Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo, que pag¨® en Catalu?a el adjetivo ¡®espa?ola¡¯ del t¨ªtulo. Ramon Colom, el presidente de FAPAE, la confederaci¨®n de los productores audiovisuales y otro catal¨¢n con el pie en ambas ciudades, advierte, con todo, que ¡°s¨ª ha cambiado la visi¨®n de la cultura catalana desde Madrid. Crece el rechazo¡±.
A eso no ayuda el clima de crispaci¨®n de estos d¨ªas y que promete llegar a su apogeo el 1-O. ¡°No va a ser un d¨ªa normal, es evidente que ser¨¢ un d¨ªa extraordinario", afirma ?lex Nogueras, director junto con Rebeca Blanchard de las galer¨ªas Nogueras Blanchard, con sede en Madrid y en Barcelona. No lo dice solo como catal¨¢n; Nogueras es tambi¨¦n presidente de Art Barcelona, la asociaci¨®n de galer¨ªas de la ciudad y sabe que el pr¨®ximo Barcelona Gallery Weekend que est¨¢n programando desde el 28 de septiembre hasta el 1 de octubre se va a ver afectado -"tanto si se vota como si no"- porque el domingo coincide con la fecha prevista por el Gobierno de Puigdemont para el refer¨¦ndum.
Con informaci¨®n de Rut de las Heras Bret¨ªn, Jes¨²s Ruiz Mantilla y Gregorio Belinch¨®n y Jacinto Ant¨®n.
Historia de dos ciudades
La sociedad literaria que tiene sus ejes en Barcelona y en Madrid tiene en la memoria algunos hechos: cuando Carlos Barral y los editores catalanes de su tiempo viajaban a Madrid a reunirse con colegas y escritores cerca de lo que hoy es Blanquerna, junto al C¨ªrculo de Bellas Artes; cuando Juan Garc¨ªa Hortelano y ?ngel Gonz¨¢lez iban a estar con Jaime Gil de Biedma, el citado Barral y Jaime Salinas a la Barcelona de los sesenta y organizaban algo m¨¢s que palabras. Ese grado m¨¢ximo de la amistad entre las dos ciudades se manifestaron luego en memorias, libros, debates. Salvador P¨¢niker hizo sus conversaciones espa?olas en Madrid, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n hizo lo propio, y aun m¨¢s: hizo un libro en el que el catal¨¢n que era quiso saber qu¨¦ le esperaba a este pa¨ªs si ganaba la derecha de Aznar, habl¨® con medio mundo pol¨ªtico y cultural y escribi¨® su c¨¦lebre Un polaco en la corte del Rey Juan Carlos.
Juan Cerezo, director de Tusquets, que edita en Barcelona a autores de todo el mundo, y tambi¨¦n espa?oles en castellano y catalanes en su idioma (en una colecci¨®n que dirige el poeta biling¨¹e Toni Mar¨ª), tiene en su casa un caso m¨¢ximo de di¨¢logo Barcelona-Madrid, la obra de Almudena Grandes, que ¨¦l edita. La escritora, que ahora est¨¢ a punto de publicar su nueva novela, fue recientemente a Olot, cuna de lo m¨¢s espec¨ªfico del independentismo catal¨¢n; ella les habl¨® a los que la fueron a escuchar de la naturaleza republicana y liberal de los h¨¦roes de sus novelas y en aquel clima, que podr¨ªa haber estado sembrado de las reticencias que hoy hacen dif¨ªcil el di¨¢logo pol¨ªtico, se llev¨® un aplauso emocionante. Que fue similar al que en otros ¨¢mbitos se llevaron Luis Landero o Javier P¨¦rez de And¨²jar; este ¨²ltimo, invitado a dar el a?o pasado el preg¨®n de La Merc¨¦, fue atacado por su defensa de la identidad espa?ola de Catalu?a, y su discurso luego fue recibido con un aplauso un¨¢nime tambi¨¦n por los que no le quer¨ªan. Conspiran ahora contra ese clima que Cerezo siente como muy deseable las redes sociales, utilizadas por creadores que consideran que el fanatismo es una manera de comunicar mejor que la escritura sosegada de su propia obra.
En esa l¨ªnea de acercar culturas y tender puentes, en el sentido de Barral, V¨¢zquez Montalb¨¢n o P¨¢niker, trabaja la escritora N¨´ria Amat, que avanza en una especie de puente a¨¦reo de literatura y pensamiento entre ambas ciudades. Ante el peligro de fractura pol¨ªtica desatada por el independentismo, dice Amat, lo que quieren ella y los que la acompa?an en este proyecto es construir palabras juntos.
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