Italia busca el barco de las org¨ªas de Cal¨ªgula
La b¨²squeda de la tercera nave de Cal¨ªgula reaviva la fascinaci¨®n que siguen despertando los gobernantes m¨¢s crueles y extravagantes
La leyenda toma cuerpo cient¨ªfico y en Nemi se frotan las manos. La peque?a localidad, a 33 kil¨®metros al sureste de Roma, rastrea el fondo de su lago en busca de la tercera gran nave de Cal¨ªgula. Dos de aquellas villas flotantes, que el emperador mand¨® construir multiplicando su fama de excesivo, ya fueron recuperadas por Mussolini entre 1928 y 1932, expuestas en un museo junto al lago y quemadas la noche del 31 de mayo de 1944 en la huida alemana ante el avance aliado sobre Roma. Sobrevivieron en el incendio pocos trozos de madera, algunas monedas y el voluntarista deseo de que no fueran los ¨²nicos barcos. Ahora, la posibilidad de encontrar un tercero, como apuntaban ya documentos del siglo XV, devuelve vigor a la fascinaci¨®n por un emperador que gobern¨® cuatro a?os y que las cr¨®nicas convirtieron en 1.400 d¨ªas de terror.
Nemi y sus naves fueron el prototipo romano de fiesta veraniega flotante: sexo, alcohol y horario ilimitado. Pero m¨¢s all¨¢ de la hip¨¦rbole y las an¨¦cdotas de la microhistoria que confirman nuestra predilecci¨®n por el relato de los gobernantes canallas, lo que se conserv¨® 2.000 a?os bajo el agua dulce del lago fue tambi¨¦n la caja negra de una de las etapas m¨¢s turbulentas del imperio. De modo que, tras cuatro siglos de est¨¦riles inmersiones para recuperarlas, Mussolini contrat¨® a una empresa milanesa que vaci¨® el lago con una prodigiosa bomba hidr¨¢ulica. Unos 40 millones de metros c¨²bicos de agua fueron canalizados hasta el mar a trav¨¦s de viejos acueductos romanos y bajo el lodo, poco a poco, aparecieron los dos barcos: el primero med¨ªa 71 metros, y el segundo, 75. Palacios flotantes con estancias de m¨¢rmol, esculturas y avances tecnol¨®gicos como conducciones de plomo para que el agua caliente regase las juergas. Todo un s¨ªmbolo de la desmesura que rigi¨® la vida de Cal¨ªgula.
Pero los mismos excesos, de alg¨²n modo, le condujeron a la muerte. El 24 de enero del a?o 41 decidi¨® ir a darse un ba?o para aliviar una molesta resaca. Los arrebatos paranoicos no le impidieron aquel d¨ªa adentrarse en un callej¨®n del palacio en Roma, donde fue acuchillado por un grupo de centuriones que ejercieron como mensajeros. Ten¨ªa 28 a?os y solo hab¨ªa gobernado cuatro cuando le mandaron al otro barrio. Su corto mandato, como le sucedi¨® a Ner¨®n por distintos motivos, se convirti¨® en la imagen de la corrupci¨®n y la perversi¨®n del poder absoluto en Roma. El ¨²nico inconveniente es que ese retrato se construy¨® sobre la resbaladiza damnatio memoriae, la p¨¢gina en blanco de la historia surgida al borrar todos los registros oficiales de sus obras. Incluidas las naves de Nemi, hundidas por sus sucesores.
El inquietante relato oficial de Cal¨ªgula ¡ªen realidad, Cayo Julio C¨¦sar Augusto Germ¨¢nico¡ª habla de un hombre que amag¨® con nombrar c¨®nsul a su caballo, que prostitu¨ªa a sus hermanas, abusaba de su poder sistem¨¢ticamente y violaba a las esposas de sus s¨²bditos como pasatiempo. Sin embargo, su representaci¨®n tiene que ver tambi¨¦n con la coartada moral que edificaron sus autores para sac¨¢rselo de encima, como defiende la historiadora y premio Princesa de Asturias 2016 Mary Beard: ¡°Gran parte de la historia fue exagerada o inventada despu¨¦s de su muerte para justificar el asesinato. Eso no significa que piense que Cal¨ªgula fue un buen emperador, de hecho, ahora es casi imposible diferenciar el hecho de la ficci¨®n. Aunque estoy bastante segura de que no era exactamente como se le pinta¡±.
Esos barcos fueron el prototipo de fiesta: sexo, alcohol y horario ilimitado. Son la ¡®caja negra¡¯ de una de las etapas m¨¢s turbulentas del imperio
Las mejores cr¨®nicas se escriben a la contra. Sucede todav¨ªa con algunos presidentes, cuya excentricidad y tendencia al caos son la receta perfecta para cultivar visitas en cualquier medio de comunicaci¨®n online. Cal¨ªgulas contempor¨¢neos, suele bromear Tom Holland, autor de Dinast¨ªa (?tico Historia). Los excesos como magnate de Donald Trump, su torre y sus barcos, sus comentarios sobre las mujeres, la err¨¢tica toma de decisiones como presidente, la aversi¨®n por los impuestos, sus provocaciones en Twitter o la afici¨®n por nombrar y decapitar asesores conforman una irresistible invitaci¨®n a los parecidos razonables. ¡°Cal¨ªgula nos fascina 2.000 a?os despu¨¦s porque todav¨ªa sirve como arquetipo de los caprichos de crueldad del poder absoluto¡±, se?ala Holland.
Pero la verdadera g¨¦nesis del mal quiz¨¢ ten¨ªa que ver en el caso de Cal¨ªgula con los problemas sucesorios y la falta de una l¨®gica clara que ordenase ese proceso sin conspiraciones ni violencia. En los primeros 100 a?os de imperio, como recuerda Beard, la muerte de los emperadores estuvo rodeada de ese tipo de mecanismos y sospechas. Su asesinato podr¨ªa atribuirse a grupos de poder que no quer¨ªan que Roma fuera m¨¢s tiempo una autocracia din¨¢stica. La resistencia de cierto establishment acentu¨® esa sensaci¨®n de acorralamiento y su obsesi¨®n por la seguridad. Pero que uno sea paranoico no quiere decir que no le persigan.
M¨¢s all¨¢ del mito, Cal¨ªgula es hoy una oportunidad comercial para Nemi. Un lugar de apenas 2.000 habitantes que atrajo a artistas como Goethe, Byron, Stendhal o Turner y que, quiz¨¢, se conformar¨ªa hoy con la fama de sus deliciosas fresas de bosque. De momento, el indestructible magnetismo del emperador permanece en los imanes con su rostro y en los souvenirs de la tienda de Santino Lenzi, un artesano que peina sus canas como un aut¨¦ntico romano a la espera de noticias. En septiembre se conocer¨¢n los resultados de las sondas que han rastreado el fondo del lago. Las primeras informaciones dejan entrever m¨¢s ganas que indicios. Pero hasta entonces, como celebra el alcalde del pueblo, Alberto Bertucci, todos han vuelto a mirar hacia Nemi en busca de respuestas.
Babelia
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