Theresa May en la tienda de ultramarinos
La 'premier' brit¨¢nica convoc¨® elecciones en 2017 para forzar un Brexit duro y perdi¨® la mayor¨ªa absoluta
Son tres mujeres conservadoras, tenaces, Margaret, Angela y Theresa, unidas al destino de Europa, con sus vidas cruzadas. El padre de Angela Merkel era pastor luterano en Hamburgo y fue enviado a la Alemania del Este, como a tierra de misi¨®n, donde la ni?a creci¨® amasando el marxismo leninismo con salmos y profec¨ªas, una empanada, que al parecer no le caus¨® ninguna lesi¨®n cerebral, puesto que se doctor¨® cum laude en f¨ªsica cu¨¢ntica. Theresa May es hija de un ministro de la iglesia anglicana, vicario de Wheatley, pero fue educada en la religi¨®n cat¨®lica en la Escuela del Convento de Santa Juliana de Begbroke para se?oritas. Tampoco consta que se le cruzaran los cables. En cambio, el padre de Margaret Thatcher, el se?or Alfred Roberts, era un menestral de clase media que aplicaba a su tienda de ultramarinos un rigor metodista y all¨ª su hija aprendi¨® detr¨¢s del mostrador la moral del buen tendero. Antes de ganarse con su esfuerzo una beca de estudios en Oxford, que la introdujo en la ¨¦lite conservadora del parlamento, Margaret asumi¨® desde muy temprano que el g¨¦nero humano es como una clientela dividida en dos: unos clientes son honrados y laboriosos, lo que les permite pagar la compra al contado, y a otros su padre ten¨ªa que fiarles porque se pasaban el d¨ªa en la taberna y esperaban que el Estado les resolviera los problemas con subsidios y esas cosas, hasta que hubo de cortar por lo sano y retirarles el cr¨¦dito. Margaret aplic¨® a la pol¨ªtica su l¨®gica de tendera con este principio: la sociedad no existe, solo existen los individuos, unos trabajadores y otros holgazanes.
Las tres mujeres hicieron un buen matrimonio. Theresa se cas¨® con el banquero Philip May, al que conoci¨® en un baile. Margaret lo hizo con Dennis Thatcher, un hombre de negocios del sector del petr¨®leo, de quien se dice que era el principal mentor de su pol¨ªtica en la sombra. Solo Angela se cas¨® a la manera intelectual, primero a los 23 a?os con el f¨ªsico Ilrich Merkel, de quien tom¨® el apellido pese a haberse divorciado y despu¨¦s se volvi¨® a casar con el director de su tesis doctoral Joachim Sauer, apodado El fantasma de la ¨®pera porque solo aparece a su lado en las representaciones de Verdi o de Wagner.
Merkel es s¨®lida y redonda, el ama de llaves de Europa. En cambio, Theresa May es angulosa, de piernas largas, con el centro de gravedad muy arriba debido a su notable altura y eso le marca un desequilibrio entre la porci¨®n superior de su cuerpo y el tren inferior de su aparato locomotor. Su actitud al andar con el tronco adelantado expresa autoridad y decisi¨®n, pero la leve incurvaci¨®n de su t¨®rax denota a la vez inseguridad del terreno que pisa. Es imposible imaginar que Theresa May lleve en el bolso de cocodrilo, junto con el l¨¢piz de labios y la polvera, aquella pistola que la Dama de Hierro estaba dispuesta a ceder de propia mano a la polic¨ªa para matar a los terroristas. Aunque tambi¨¦n ha estudiado en Oxford como ella, sin duda, la se?ora May parece m¨¢s bien una Margaret Thatcher de saldo, al frente de la nueva tienda de ultramarinos en que se ha convertido el Reino Unido.
El hecho de rechazar a Europa para echarse en brazos del bocazas, machote y racista, Donald Trump, le produjo a la premier brit¨¢nica un gafe que se materializ¨® durante su vista a la Casa Blanca, en cuya rueda de prensa despu¨¦s de la entrevista figuraba en el atril su nombre escrito como Terese en vez de Theresa. No era un error intrascendente porque Terese May, sin hache, es el nombre de una famosa actriz porno en Estados Unidos. Nunca ha sido una dama m¨¢s aclamada.
Theresa May tom¨® la decisi¨®n de convocar elecciones en 2017 para forzar un Brexit duro con un esperado aumento del n¨²mero de diputados, pero el gafe se reprodujo y perdi¨® la mayor¨ªa absoluta. Ahora Angela y Theresa, est¨¢n forcejeando con el tirador a uno y otro lado de la puerta de la tienda de ultramarinos. ?Qu¨¦ sucede cuando llevada por la xenofobia, el ego¨ªsmo y el miedo tratas de forzar la salida por la puerta cerrada? Que en medio del forcejeo, si Angela la abre de repente, Theresa se cae de espaldas.
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