Un ba?o de realidad sobre el escenario
Escolares de familias con problemas protagonizan una obra de Luc¨ªa Miranda sobre la educaci¨®n compensatoria
El teatro documental es la continuaci¨®n del periodismo por otros medios. En una cartelera saturada de ficciones, Fiesta, fiesta, fiesta supone un ba?o de realidad: Luc¨ªa Miranda, su art¨ªfice, hace un retrato robot del preocupante estado de la educaci¨®n compensatoria en Espa?a y avisa sobre las menguadas oportunidades de promoci¨®n que tienen los ni?os nacidos en familias con problemas socioecon¨®micos.
Fiesta, fiesta, fiesta se estrena el 11 de noviembre en el Teatro Concha Velasco del LAVA de Valladolid (tambi¨¦n hay funci¨®n el domingo 12). El 25 y el 26 se representa en el Corral de Comedias de Alcal¨¢ de Henares, y en abril de 2018, en el Teatro Espa?ol de Madrid.
La joven autora y directora vallisoletana y su inspirado quinteto actoral dan la palabra a un grupo variopinto de alumnos de la ESO, madres, profesores y empleados no docentes. Cuanto dicen es literal, pero tambi¨¦n lo son las vacilaciones en su habla, las pausas que hacen, su acento y su entonaci¨®n: el elenco lo ha calcado todo mediante la escucha exhaustiva de entrevistas grabadas por Miranda a los protagonistas reales. Solo cambian sus nombres propios.
Por alquimia, Efra¨ªn Rodr¨ªguez, ?ngel Perab¨¢ y Anah¨ª Beholi se transforman en preadolescentes, nervio, tono f¨ªsico y praxias incluidas: se desprenden de su yo adulto como quien se deshace de una prenda vieja para encarnarse en Nate, hijo de espa?ol y guineana, que sue?a con montar un gimnasio; Naima, musulmana temerosa de que su familia la case a la fuerza; Mustaf¨¢, negador de la teor¨ªa de la evoluci¨®n; Hugo, que viene al cole a diario mal cenado y sin desayunar¡
Ceremonial coral
Ov¨ªdica feria de las mutaciones, ceremonia coral en la que emerge un corifeo nuevo a cada paso, Fiesta, fiesta, fiesta tiene al p¨²blico pendiente de estas criaturas dibujadas con tres trazos r¨¢pidos y expresivos, de la opini¨®n de sus atribulados maestros y del roce cari?oso que todos ellos mantienen con Alma, conserje humanista, psic¨®loga vocacional, orientadora sobrevenida, segunda madre para Naima y brazo que siempre echar¨¢ una mano a un alumno con problemas.
Interpretada por Miriam Montilla con precisi¨®n vigorosa y c¨¢lida empat¨ªa, Alma, que nos hace tragar saliva durante su emocionante despedida, se erige en protagonista larvada del espect¨¢culo y de la educaci¨®n de estos ni?os: ?Cu¨¢ntas empresas no zozobran gracias a la abnegaci¨®n de gente como ella! En medio de un friso escolar tan expresivo, ocupa lugar aparte Xirou, ni?a china con o¨ªdo absoluto para la viola, encarnada con fragilidad cristalina por Huichi Chiu.
Al borde del autismo, su silencio enigm¨¢tico es met¨¢fora de lo impenetrable que esta minor¨ªa oriental resulta para la sociedad espa?ola: cuando la mocita abre la boca por fin, se agradece como el sol despu¨¦s de un nublado. Fiesta, fiesta, fiesta calar¨¢ si con la escenograf¨ªa completa, la luminotecnia y en escenario grande funciona la mitad de bien de lo que march¨® sin todo ello en un pase previo al estreno, en el peque?o local de Impromadrid.
La compa?¨ªa The Cross Border Project, creada por Luc¨ªa Miranda mientras estudiaba en la Universidad de Nueva York (de ah¨ª que su nombre est¨¦ en ingl¨¦s), toca todos los palos de la dramaturgia contempor¨¢nea, pero muy especialmente el teatro foro y el documental. Su primera pieza, producida en la ciudad de los rascacielos, fue De Fuenteovejuna a Ciudad Ju¨¢rez, un lope con todos los acentos de la hispanidad.
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