¡®The Deuce¡¯, el sexo y el Nueva York m¨¢s s¨®rdidos
La serie de HBO tiene lo mejor y lo peor de las series de David Simon. Es David Simon 100%
David Simon no hace series f¨¢ciles ni para todos. The Deuce, su ¨²ltima creaci¨®n junto a George Pelecanos, tampoco lo es. La reci¨¦n terminada primera temporada, que se puede ver al completo en HBO Espa?a, traslada al espectador al Nueva York de los a?os setenta en una producci¨®n donde se nota el poder¨ªo econ¨®mico que la cadena ha puesto al servicio de uno de sus creadores estrella, de esos que le dan cach¨¦ para poder seguir presumiendo de no ser televisi¨®n, sino HBO, como rezaba aquel famoso eslogan.
La historia navega por los inicios de la industria del porno y la prostituci¨®n en Times Square, zona de la Gran Manzana que en aquella ¨¦poca se conoc¨ªa como el Deuce. Prostitutas que se juegan la vida vendiendo su cuerpo. Chulos explotadores que, si un d¨ªa tuvieron alma, la vendieron al diablo. Empresarios de los bajos fondos que buscan sacar tajada del asunto. Polic¨ªas corruptos dispuestos a hacer la vista gorda o a dar caza a cualquiera, seg¨²n toque. El mundo m¨¢s s¨®rdido que uno se pueda imaginar. Y retratado con la misma sordidez.
Como es habitual en las series de Simon, la historia se mueve a partir de un abundante y variado reparto que tiene en una enorme Maggie Gyllenhaal y James Franco a sus caras m¨¢s conocidas. De hecho, Franco aparece por partida doble al interpretar a dos gemelos que bien podr¨ªan haberse fundido en un ¨²nico hombre y nadie lo habr¨ªa notado. Muchos otros personajes, con especial peso de los papeles femeninos, habitan esta colmena de perdedores de la que algunos luchan por escapar con mayor o peor fortuna.
The Deuce tiene lo mejor y lo peor de las series de David Simon. Es David Simon 100%. Tiene su realismo, su disecci¨®n de la realidad social de los estratos m¨¢s bajos, la producci¨®n cuidada, la gran banda sonora, las referencias culturales. Sin embargo, al final de los ocho cap¨ªtulos uno se queda con ganas de m¨¢s, con la sensaci¨®n de que la historia podr¨ªa haber dado para m¨¢s. Que hemos visto una larga introducci¨®n que ha durado cuatro episodios (el ritmo pausado tambi¨¦n es otra marca de la casa) y, cuando est¨¢bamos entrando en harina, nos han dejado a medias. Y es una pena porque hay cosas muy buenas y, durante gran parte de la narraci¨®n, logra enganchar e interesarnos por los personajes.
Pero nadie nos dijo que esto fuera a ser f¨¢cil ni bonito. The Deuce no es Pretty Woman. Aqu¨ª la prostituta no se va con el caballero andante. Aqu¨ª la prostituta puede que reciba una paliza o incluso puede que muera. En el primer cap¨ªtulo, el personaje de Maggie Gyllenhaal explica muy clarito a un joven cliente que lo que ella hace es un trabajo, un servicio por el que se ha pagado. Y punto. No hay nada bonito al otro lado. The Deuce es as¨ª. Si te gusta, bien, y si no, espera un poco, que seguro que pronto vuelven a repetir Pretty Woman.
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