Las zambombas jerezanas sue?an con colarse en el Diccionario
Podemos Jerez reitera a la RAE que reconozca la acepci¨®n de la palabra que se refiere a las juergas flamencas navide?as
Fuego, flamenco, vino de Jerez y la juerga est¨¢ montada. Si para el resto de Espa?a una zambomba no es m¨¢s que un instrumento musical r¨²stico, en Jerez de la Frontera (C¨¢diz) no hay quien utilice esta palabra para referirse solo a esta acepci¨®n. Tanto all¨ª como en Arcos de la Frontera la definici¨®n de zambomba es: fiesta popular navide?a celebrada alrededor de una candela, en un patio o en la calle, en la que se cantan villancicos flamencos mientras se degusta gastronom¨ªa t¨ªpica. Y estos d¨ªas navide?os las zambombas se celebran con profusi¨®n.
La celebraci¨®n viene de antiguo, al menos desde el siglo XVIII, pero su recuperaci¨®n en los ¨²ltimos a?os ha sido tal que en 2015 fueron declaradas bien de inter¨¦s cultural (BIC) y ahora Podemos Jerez ha solicitado a la Real Academia Espa?ola (RAE) que reconozca e incluya la acepci¨®n local y fiestera en su Diccionario.
En el patio de la bodega de los Museos de la Atalaya (un imponente palacio decimon¨®nico donde se exponen casi 300 relojes de ¨¦poca), los carillones marcan las dos de la tarde. Sillas de anea en corro alrededor de una candela, una barra con una carta de vinos generosos, ib¨¦ricos y dulces navide?os. Todo est¨¢ dispuesto para que arranque la zambomba que celebra el Instituto Andaluz del Flamenco (IAF) para conmemorar los dos a?os de que la fiesta fuera declarada BIC. El olor y calor de la le?a reconforta en el fr¨ªo mediod¨ªa, pero en breve ya no ser¨¢ tan necesaria.
¡°La zambomba es participativa por definici¨®n. Hasta el m¨¢s soso y t¨ªmido deja de serlo aqu¨ª¡±, relata Miriam Morales, directora comercial de los Museos de la Atalaya.
Pero para que la magia surja, la labor de flamencos como Pepe Alconchel, Alberto S¨¢nchez, Agust¨ªn Caracolillo de Paterna y Juan Diego de Luisa es primordial. Ellos son algunos de los que llevan el peso vocal de esta fiesta que surgi¨® como una reuni¨®n popular en los patios de las antiguas corralas o casas de vecinos de Arcos y Jerez. Hoy, Juan Diego, guitarrista, se afana por recuperar romances y villancicos antiguos, conservados por la tradici¨®n oral, para musicalizarlos y cantarlos. ¡°El origen de todo esto est¨¢ en Arcos, donde se cantaban romances. Con el tiempo, los gitanos de los arrabales de Jerez adaptaron al flamenco estas letras¡±, reconoce De Luisa poco antes de arrancarse a actuar.
En el repertorio, lo mismo se le canta al Ni?o Dios que se le emborracha con madro?os o se relatan amor¨ªos y ri?as entre parejas. ¡°Como buen ritual popular salen estos giros y juegos de la picaresca¡±, reconoce Mari ?ngeles Carrasco, directora del IAF. Su instituci¨®n lucha por ¡°salvaguardar y conservar¡± la singularidad de unas zambombas que a punto estuvieron de desaparecer en los a?os 70. De hecho, el decreto de la Consejer¨ªa de Cultura que las convirti¨® en BIC las define como ¡°un aut¨¦ntico ritual¡± en el que se entrelazan rondas, buler¨ªas y otros palos flamencos. Hoy, con las casas de vecinos ya desaparecidas y las fiestas recuperadas y en efervescencia en Jerez y alrededores, el reto no est¨¢ en la cantidad, sino en la calidad.
El grupo de Alconchel acumula 35 actuaciones estas Navidades, entre las que se encuentra la zambomba del pasado s¨¢bado del IAF. Comenzaron a cantar desde mediados de noviembre y continuar¨¢n hasta Nochebuena. Tan solo el pasado fin de semana se celebraron m¨¢s de 30 festejos de este tipo, organizados por pe?as flamencas y locales de hosteler¨ªa. ¡°Son una industria cultural que ya se exporta por Andaluc¨ªa¡±, defiende Manuel Ruiz, impulsor de la propuesta de inclusi¨®n en la RAE, doctor en Historia y militante de Podemos Jerez.
Babelia
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