Soldados en el camino de baldosas amarillas

Matem¨¢tico y escritor de novelas para ni?os, el ruso Alex¨¢nder Volkov cre¨® la que seg¨²n los especialistas es su mejor obra partiendo del m¨ªtico relato El maravilloso mago de Oz, publicado por L. Frank Baum en el a?o 1900. Recogiendo sus personajes principales, Dorothy y sus tres compa?eros de viaje, Volkov escribi¨® en 1939 El mago de Oz, y posteriormente una serie de secuelas, haciendo algo bien interesante: dotar al villano de la historia de una orientaci¨®n y unas caracter¨ªsticas militares que acababan llevando al cuento del camino de baldosas amarillas hasta el territorio de la alegor¨ªa infantil sobre los totalitarismos.

Y esa es precisamente la ¨²nica virtud, la ¨²nica particularidad, de Salvando al reino de Oz, adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de los textos de Volkov, creada por el animador ruso Vlad¨ªmir Toropchin. Una pel¨ªcula con una historia que fluye relativamente bien en su narrativa, pero con una t¨¦cnica cerca de lo pedestre en su proceso animado digital, por mucho que en ciertos instantes se intente imitar, en los vol¨²menes y en los movimientos, la artesanal t¨¦cnica del stop motion.

De modo que a pesar de que el quijotesco dise?o del hombre de hojalata resulta muy atractivo, y de que la notable banda sonora otorga cierto empaque a su ritmo y a su tono, la pel¨ªcula es una m¨¢s de esas discretas producciones animadas que vienen llegando a nuestro pa¨ªs casi cada semana, procedentes de medio mundo, en busca del p¨²blico de multisalas seguramente m¨¢s fiel: el infantil.