El viejo lobo sigue aullando
Asier Mendizabal plantea un contradiscurso a las formas sobrantes de Jorge Oteiza
La complejidad de la escultura de Jorge Oteiza (1908-2003) tiene que ver con el espacio esencialmente ¨®ptico, pero, sobre todo, con lo que ¨¦ste pierde. Suena traum¨¢tico, s¨ª, pero al contrario que el psicoan¨¢lisis freudiano, donde la diferencia sexual surge a partir del concepto de castraci¨®n ¡ªque las ni?as no tienen ese algo que el ni?o puede perder¡ª, en Oteiza, la desocupaci¨®n, lo que sobra, es pura energ¨ªa. Goce. La escultura nace en un espacio increado, metaf¨ªsico, de la fusi¨®n o acoplamiento de unidades ligeras. Como Picasso, cuando abordaba sus esculturas cubistas ¡ª¡°?Dejad de temer al espacio, dadle forma!¡±, sol¨ªa decir a otros artistas¡ª, Oteiza entendi¨® muy pronto que los signos escult¨®ricos no ten¨ªan por qu¨¦ ser s¨®lidos. ¡°Se nos acaba la escultura y comenzamos a recordar, hacia delante¡±, escribe en Prop¨®sito experimental, en 1957. Ese mismo a?o, present¨® en el pabell¨®n espa?ol de la Bienal de S?o Paulo un conjunto de 28 transestatuas (para esquivar las normas que permit¨ªan solo 10 piezas por artista, decidi¨® agruparlas en 10 familias); consigui¨® el primer premio, en un palmar¨¦s donde tambi¨¦n estaban Giorgio Morandi y Ben Nicholson. En cuesti¨®n de horas, pas¨® de ser un aut¨¦ntico desconocido a sentirse prestigiado. Y decidi¨® autoboicotearse. Abandon¨® la pr¨¢ctica art¨ªstica convencido de que su proceso de experimentaci¨®n como escultor se hab¨ªa agotado. En adelante, ser¨ªa un ¡°artista desocupado¡±.
Asier Mendizabal (Ordizia, Gipuzkoa, 1973) a?ade una segunda capa a la generaci¨®n de la nueva escultura vasca que creci¨® bajo su sombra, pero a diferencia de aqu¨¦llos (Badiola, Moraza, Bados), nunca se relacion¨® ni trabaj¨® con ¨¦l. En Alzuza (Navarra) presenta ahora su contradiscurso, en una muestra ¨ªntima y a la vez pol¨ªtica, como no pod¨ªa ser de otra manera. Desplegados y expuestos en el marco institucional ¡ªla transarquitectura de Francisco Javier S¨¢enz de Oiza¡ª, sus obras son reformulaciones realizadas a partir de las formas sobrantes de algunas esculturas de Oteiza y otros recursos que le proporciona el museo.
La obra del artista guipuzcoano corteja la posibilidad de que el prop¨®sito experimental de la escultura es un proceso en conclusi¨®n
Con Mendizabal, la materialidad del lenguaje escult¨®rico quiere ser simb¨®lica. Desde esta premisa, su formalismo no es ¡°moderno¡± (la forma es/afecta al contenido), sino estructuralista. Dicho de otro modo, se puede idear estructuralmente el espacio a trav¨¦s del uso exhaustivo y activo del vac¨ªo (cero negativo, lo llamaba Oteiza), generar una po¨¦tica de formas, incurvaciones, con sus lecturas adicionales. Lo vemos en la escultura Bentahandi, en la manera como Mendizabal interpreta una de las versiones de Par m¨®vil (1957), una estela funeraria formada por dos medias circunferencias de acero unidas en sus respectivos lados rectos, que pueden rodar en un vaiv¨¦n potencialmente infinito; en Agoramaquia, parte de Homenaje a C¨¦sar Vallejo (1958), la escultura que Oteiza dedic¨® a su admirado poeta peruano y que se instal¨® tres a?os despu¨¦s en una plaza de Lima; Una carta llega a su destino deriva de su texto de protesta dirigido al jurado del concurso internacional impulsado por el ICA de Londres, en 1952, para la creaci¨®n del Monumento al prisionero pol¨ªtico desconocido y que provoc¨® un furibundo pero fruct¨ªfero debate ideol¨®gico en torno al arte realista y abstracto en la Espa?a de los cincuenta. En aquella escultura ¡ªlevantada 40 a?os despu¨¦s en un parque p¨²blico de Pamplona¡ª la desocupaci¨®n del espacio es un tit¨¢n triunfante despojado de cualquier miedo. Oteiza la asocia a Odiseo, ¡°con su coraz¨®n activo en el exterior¡±. Y matiza: ¡°El vac¨ªo interior de la obra constituye su sustancia expresiva y tr¨¢gica¡±.
La obra de Mendizabal corteja la posibilidad de que el problema/prop¨®sito experimental de la escultura nunca est¨¢ concluido, como hubiera querido Oteiza, sino que es un proceso en conclusi¨®n. La verdad, como el espacio, se escapa siempre. Pero esto ser¨ªa otro psicoan¨¢lisis. Atenci¨®n, el viejo lobo sigue aullando.
Incurvar. Asier Mendizabal. Fundaci¨®n Museo Oteiza. Alzuza. Navarra. Hasta el 3 de junio.
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