Sobrevivir
La 2 emiti¨® la pel¨ªcula 'El rey de La Habana', adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Pedro Juan Guti¨¦rrez, que no se estren¨® en Cuba porque la censura no lo permiti¨®
La 2 emiti¨® la pel¨ªcula El rey de La Habana, adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Pedro Juan Guti¨¦rrez, que no se estren¨® en Cuba porque la censura no lo permiti¨®. Tampoco pudo rodarse en la isla, y Agust¨ª Villaronga tuvo que hacerlo en Rep¨²blica Dominicana. El coloquio sobre el filme fue interesante.
El drama repuesto por el canal p¨²blico aborda la historia de un adolescente fugado de un reformatorio que tiene que buscarse la vida a principios de los a?os noventa, coincidiendo con el denominado per¨ªodo especial. Se derrumb¨® la URSS, y sepult¨® a Cuba.
Participaron en la conversaci¨®n el director, Villaronga, la productora, Luisa Matienzo, y Guti¨¦rrez, el inspirador, oportuno al recordar que en su pa¨ªs hay toda una historia contada desde un solo punto de vista. Pidi¨® que m¨¢s escritores, m¨¢s cineastas, m¨¢s artistas y m¨¢s creadores la cuenten desde un punto de vista diferente y libre.
La obra del autor cubano recrea el mundo de los pobres y marginales: mendigos, prostitutas, travestis, vendedores callejeros, p¨ªcaros, y borrachos. Sobreviven a cualquier precio y consumen sexo a raudales. ¡°Solo pod¨ªamos chingar y comer de vez en cuando¡±.
Realismo tan sucio como las pol¨ªticas culturales que durante medio siglo vetaron y prohibieron. El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) exhibi¨® algunas en la muestra Cine cubano bajo censura.
El rey de La Habana se estren¨® en Espa?a en 2015. Las cr¨ªticas pasaron por alto la reflexi¨®n del sepulturero que sienta c¨¢tedra en una escena: ¡°En un pa¨ªs pobre a uno solo le queda esperar que el tiempo pase, que llegue la hora, y mientras que uno nace y muere, mejor es no meterse en problemas".
Todos le dejaron: sus hijas, sus nietos y su mujer. ¡°Todos se fueron¡±. ¡°?Ad¨®nde?¡±, le pregunta el adolescente monarca. Afuera chico, afuera, donde se va todo el mundo. Jam¨¢s le escribieron una carta ni recibi¨® una llamada tel¨¦fono. Por eso le gusta el ron. Suele ocurrir.
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