Esquivar el instante decisivo
Pionero de la fotograf¨ªa en color, Saul Leiter trataba la imagen como un cuadro. Cada destello, cada veladura era una capa m¨¢s de realidad
A mediados del siglo pasado, Am¨¦rica produjo un pintor con un instinto descomunal para la fotograf¨ªa. Saul Leiter (Pittsburgh, 1923-2013) trataba los pigmentos como un tema grato de la fotograf¨ªa, al igual que otros pintores trataron la luz como algo primario de sus telas. Se mud¨® a Nueva York con la intenci¨®n de convertirse en artista y comenz¨® a experimentar con el lenguaje fotogr¨¢fico en blanco y negro. Consigui¨® trabajo en las mejores revistas de moda, retrat¨® a celebridades y expuso en galer¨ªas y museos. Nunca dej¨® de pintar, en la trastienda de su estudio, siempre en relativa oscuridad, como si revelara fotos.
En sus instant¨¢neas en color, que tom¨® durante d¨¦cadas en las calles cercanas a su apartamento del East Village, se puede captar la destreza de un maestro de la superficie: manchas, empaste, difuminados y una textura abstracta que ti?e de emoci¨®n la escena. Una sintaxis crom¨¢tica que hab¨ªa aprendido de la luminosidad de los cuadros de Bonnard y del expresionismo de quien hab¨ªa sido su mentor, Richard Pousette-Dart. Para Saul Leiter, la realidad era una fotograf¨ªa. Pero mientras otros fot¨®grafos se dedicaban a plasmar los ¡°temas¡±, ¨¦l miraba lo inadvertido, contrayendo lo pr¨®ximo y lo lejano para provocar nuestro sentido del espacio. Incluso en sus im¨¢genes comerciales para Life, Vogue y Harper¡¯s Bazaar, el motivo principal aparece alejado del centro del encuadre. ¡°Siempre ten¨ªa la esperanza de que el resultado pareciese una fotograf¨ªa antes que una foto de moda¡±, declar¨® en cierta ocasi¨®n.
Frente al oportunismo temporal de Cartier-Bresson, Leiter prefiri¨® la brizna de realidad despu¨¦s del momento petrificado
En la retrospectiva que exhibe estos d¨ªas la Fundaci¨®n Foto Colectania de Barcelona se puede ver esa conmovedora mezcla de distanciamiento e intimidad tan caracter¨ªstica de su trabajo, el momento del pinchazo, cuando las figuras, hombres y mujeres an¨®nimos, aparecen reflejadas en un espacio semiabierto, rodeadas de destellos que brillan tras el vaho, bajo la lluvia o la nieve. Pero s¨®lo vemos una parte de ellas: la cabellera, la cadera, las piernas, un brazo bajo un paraguas o el elegante movimiento del tronco que sobresale tras el corte de una pared. Frente al oportunismo temporal de Cartier-Bresson, Saul Leiter prefiri¨® la brizna de realidad que hay medio segundo antes/despu¨¦s del momento petrificado, el salto y el aterrizaje, cuando la imagen podr¨ªa ser totalmente diferente.
Su fotograf¨ªa es tan americana como la de Robert Frank y William Klein (planos fuera de foco, accidentes, elementos urbanos, colores poco reales, granulaci¨®n excesiva¡), pero mientras estas eran las de dos exploradores en vuelo aerodin¨¢mico sobre la ciudad desolada, unas veces violenta, otras de alegr¨ªa crispada (¡°tristes poemas arrancados a Am¨¦rica¡±, escribi¨® Jack Kerouac), las de Saul Leiter est¨¢n hechas desde un vuelo sin motor que se posa a la sombra de un ¨¢rbol. Sobre su particular enfoque fotogr¨¢fico, viene al caso la definici¨®n que hizo Harold Rosenberg de la Escuela de Nueva York: ¡°Cuadros que no son pintura, sino actos ejemplares¡±.
La ejecuci¨®n ejemplar de Leiter tuvo una gran influencia en el cine, desde el Antonioni en blanco y negro de La noche y El eclipse, con fotograf¨ªa de Gianni di Venanzo, hasta el Todd Haynes de Mildred Pierce y Carol, con cinematograf¨ªa de Ed Lachman. Nunca fue decisiva porque siempre estaba antes, o despu¨¦s.
In Search of Beauty. Saul Leiter. Fundaci¨®n Foto Colectania. Barcelona. Hasta el 21 de octubre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.