Los ¨²ltimos versos de Leonard Cohen
El m¨²sico dej¨® previsto un libro de poemas antes de morir hace dos a?os. Una suerte de autobiograf¨ªa p¨®stuma que acompa?¨® de letras de canciones, dibujos y apuntes sueltos. Babelia publica parte de ese material in¨¦dito en espa?ol
En el pr¨®logo explica Adam Cohen que, hacia el final, su padre se concentr¨® en la poes¨ªa: ¡°Era lo que lo manten¨ªa vivo, su ¨²nico objetivo vital¡±. Preparaba un libro al que finalmente bautiz¨® su hijo y que fue completado por sus editores, los profesores Robert Faggen y Alexandra Pleshoyano. Pero, insisten, la estructura es la establecida por Leonard: una primera parte para la que eligi¨® 63 poemas, una segunda que recog¨ªa las letras de sus tres discos finales (m¨¢s las correspondientes a Blue Alert, el ¨¢lbum de 2006 que grab¨® con su amada Anjani Thomas) y un tercer bloque extra¨ªdo de sus cuadernos de notas, rematado con el discurso de aceptaci¨®n del Premio Pr¨ªncipe de Asturias.
Los cuadernos
Dejad que diga a los j¨®venes
La verdad menos el 7%
dejad que diga a los j¨®venes:
no soy sabio, rabino, roshi, gur¨²
soy un Mal Ejemplo.
a las personas con experiencia
que han caracterizado el trabajo de mi vida
como algo barato, superficial, pretencioso, insignificante:
no sab¨¦is
la Raz¨®n que ten¨¦is
entre las putas
hay algunas
que preferimos hacer bien el amor
y entre (aqu¨¦llas) ¨¦stas
algunas
lo hacen gratis
Yo soy una puta
y un yonqui.
si alguna de mis canciones
te hizo m¨¢s f¨¢cil
alg¨²n momento,
por favor, recuerda esto.
S¨®lo te bes¨®
en la mejilla
y s¨®lo te toc¨® la mano
dices que no pas¨® nada
y yo me voy a tragar tu historia
Que ese "no pas¨® nada" te mand¨®
un ramo grande (?enorme?) de rosas
pero te agradezco que me dijeras
la verdad
La verdad menos el siete
Por ciento
Hay alg¨²n a?adido ¡ªun intercambio de correos con su amigo Peter Dale Scott¡ª, pero podemos confirmar que estamos ante un libro querido y meditado por su autor. Para aumentar el lastre, insisti¨® en enriquecer sus p¨¢ginas con abundantes ilustraciones, autorretratos-del-poeta-envejecido o bosquejos de bellas mujeres.
Los deterioros de la edad, la sombra de la mortalidad, la atracci¨®n er¨®tica son ansiedades constantes en La llama. Cohen repasa con precisi¨®n sus 82 a?os de vida, comenzando con ¡®D¨ªas escolares¡¯: ¡°Ondean las banderas y estandartes.?/ El equipo visitante est¨¢ perdido.?/ Y ah¨ª estoy yo en un mal asiento?/ enfadado por nuestra victoria.?/ No puedo apartar los ojos?/ del aleteo de su falda corta.?/ Estoy hablando de la animadora?/ que se llamaba Peggy.?/ Hace cuarenta y siete a?os de eso.?/ El Pasado.?/ Nunca pienso en El Pasado?/ pero a veces?/ El Pasado?piensa en m¨ª?/ y se sienta?/ siempre muy suavemente en mi cara¡±.
Nos lleva de la mano por sus grandes revelaciones, como la existencia en el Egeo: ¡°No pod¨ªa desaparecer?/ sin decirte?/ que mor¨ª en Grecia?/ me enterraron?all¨ª / donde el burro?/ est¨¢ atado al olivo?/ siempre estar¨¦ ah¨ª¡±. Aquel poeta que cantaba para sus amigos expatriados en la taberna de Hidra decidi¨® componer y se fue a Nueva York para vender sus ocurrencias. T¨ªpicamente, all¨ª se enamor¨® de la hier¨¢tica vocalista de los inicios de Velvet Underground: ¡°Cant¨¦ para ti, Nico?/ tu rostro estaba en mi canci¨®n?/ Yo sab¨ªa lo que era la belleza?/ las arrugas de la luna?/ en tu boca?/ mientras yo penetraba mi canci¨®n¡±. No fue correspondido.
Era el m¨¢s improbable de los cantautores: ten¨ªa 33 a?os y pulcra vestimenta cuando ocurri¨® el terremoto cultural de 1968. Sali¨® indemne de la experiencia: ¡°Y entonces se oye?/ la voz?/ que es m¨¢s profunda que el mundo?/ quiz¨¢ necesites ¨¢cido para o¨ªrla, o marihuana?/ a m¨ª nunca me funcion¨®?/ y eso que me tom¨¦?/ (quiz¨¢) un centenar de tripis?/ por lo menos¡±.
Su nuevo oficio le proporcion¨® vivencias memorables. Aqu¨ª rememora el final de un concierto en Espa?a: ¡°Se oy¨® un susurro un¨¢nime?/ que yo no supe entender.?/ El promotor me dijo que estaban coreando:?/ to-re-ro, to-re-ro?/ Una joven me llev¨® de vuelta al hotel,?/ la flor y nata de la raza.?/ No hablamos?/ y ni siquiera se plante¨® la cuesti¨®n?/ de que ella entrara en el vest¨ªbulo, o subiera a mi habitaci¨®n.?/ Hace poco?/ record¨¦ aquel paseo de anta?o,?/ y desde entonces,?/ necesito sentirme ingr¨¢vido?/ Pero nunca lo consigo.¡±
Junto a la mordacidad de un poema sobre Kanye West encontramos una loa de Enrique Morente: ¡°Cuando escucho a Morente?/ La coartada de mi garganta es rechazada?/ La coartada de mi talento es depuesta?/ Con seis impecables hebras de desprecio?/ Mi guitarra se aparta de m¨ª?/ Y quiero devolverlo todo?/ Pero nadie lo quiere?/ Cuando escucho a Morente¡±.
Si no hubiera pinturas
Si no hubiera pinturas en el mundo,
Las m¨ªas ser¨ªan muy importantes.
Igual con mis canciones.
Ya que no es el caso, corramos a ponernos en la fila,
Bien atr¨¢s.
A veces ve¨ªa una mujer en una revista
Humillada por el deslumbramiento del tecnicolor.
Yo intentaba ubicarla
En unas circunstancias m¨¢s felices.
Otras veces era un hombre.
Y otras eran seres vivos sentados frente a m¨ª.
Podr¨ªa decirles otra vez:
Gracias por venir a mi habitaci¨®n.
Tambi¨¦n me gustaban los objetos sobre la mesa
Como palmatorias y ceniceros
Y la misma mesa.
Desde un espejo sobre mi escritorio
Muy temprano en la ma?ana
He copiado
Cientos de autorretratos
Que me recordaban una cosa u otra.
El comisario ha titulado esa exposici¨®n
Dibujos en Palabras.
Yo llamo a mi trabajo
Adornos Aceptables.
Siempre humilde, Cohen insiste en relativizar su talento musical. Durante un sue?o, se imagina compartiendo escenario con Tom Waits: ¡°Empieza su m¨²sica ¡ª es muy?/ hermosa, original?/ y sofisticada ¡ª mucho mejor?/ que la m¨ªa ¡ª una especie de mezcla?/ de aspereza y dulzura?/ ¡ª moderna y sentimental?/ a la vez ¡ª?incluso kitsch pero?/ con mucha destreza ¡ª ojal¨¢?/ pudiera hacerlo yo ¡ª entonces?/ empieza a cantar ¡ª maravilloso ¡ª.¡±
En ¡®Espejos de ascensores¡¯, una cantante atractiva, aspirante a profesionalizarse, le pide un contacto en su discogr¨¢fica: ¡°Yo no soy nadie para decir?/ Qui¨¦n puede o no ser cantante?/ Dios sabe que mis propias credenciales?/ No eran gran cosa?/ Fue por Buena Suerte?/ Como siempre lo es el ¨¦xito?/ Y punto?/ (Una persona adorable?/ Que no he de presentar?/ A nadie en Sony).¡±
Ese cortante final ayuda a recordar que Cohen no siempre fue ese entrevistado afable que brillaba en sus visitas promocionales. Cohen sab¨ªa que dejaba un mundo envenenado tras el 11-S: ¡°No te va a gustar?/ lo que viene despu¨¦s de Am¨¦rica¡±. Nada risue?a es su evocaci¨®n de Mount Baldy, el monasterio budista que le acogi¨® en los a?os noventa, o el ¨²ltimo encuentro con Roshi, su maestro zen, acusado de abusos sexuales. Gotas agrias contra el inevitable sentimentalismo provocado por estos mensajes p¨®stumos.
¡®La llama¡¯. Leonard Cohen. Traducci¨®n de Alberto Manzano Lizandra con Terry Berne. Salamandra, 2018. 288 p¨¢ginas. 20 euros.
Kanye West no es Picasso
Kanye West no es Picasso
Yo soy Picasso
Kanye West no es Edison
Yo soy Edison
Yo soy Tesla
Jay-Z no es el Dylan de nada
Yo soy el Dylan de todo
Yo soy el Kanye West de Kanye West
El Kanye West
Del gran cambio falso de la cultura de pacotilla
De una boutique a otra
Yo soy Tesla
Yo soy su bobina
La bobina que convirti¨® la electricidad en algo blando como una cama
Yo soy el Kanye West que Kanye West cree ser
Cuando saca tu culo a empujones del escenario
Yo soy el verdadero Kanye West
Pero ya no me muevo mucho
Nunca lo he hecho
S¨®lo me animo tras una guerra
Y a¨²n no la hemos tenido
Le pasa al coraz¨®n
Trabaj¨¦ siempre con firmeza
Pero nunca lo consider¨¦ un arte
Financiaba mi depresi¨®n
Viendo a Jes¨²s, leyendo a Marx
Claro que fall¨® mi peque?o fuego
Pero a¨²n brilla la chispa
mortecina
Ve a decirle al joven mes¨ªas
Lo que le pasa al coraz¨®n
Hay una niebla de besos estivales
Donde quise aparcar en doble fila
La rivalidad era despiadada
Y mandaban las mujeres
No era nada, s¨®lo negocios
Pero dej¨® una fea marca
Y aqu¨ª estoy revisitando
Lo que le pasa al coraz¨®n
Vend¨ªa abalorios santos
Vest¨ªa con cierta elegancia
Ten¨ªa un gato en la cocina
Y una pantera en el jard¨ªn
En la prisi¨®n de los talentosos
Me llevaba bien con el guardia
Y nunca tuve que ser testigo
De lo que le pasa al coraz¨®n
Tendr¨ªa que haberme dado cuenta
Digamos que el mapa lo trac¨¦ yo
Bastaba con mirarla para tener un
problema
Un problema desde el principio
Claro que hac¨ªamos una pareja
asombrosa
Pero nunca me gust¨® mi papel
No es bonito ni sutil
Lo que le pasa al coraz¨®n
Ahora el ¨¢ngel tiene un viol¨ªn
Y el demonio tiene un arpa
Cada alma es como un pececillo
Cada mente un tibur¨®n
He abierto todas las ventanas
Pero la casa, la casa est¨¢ a oscuras
Basta con decir ?Me rindo?,
es as¨ª de sencillo
Lo que le pasa coraz¨®n
Trabaj¨¦ siempre con firmeza
Pero nunca lo consider¨¦ un arte
Ah¨ª estaban ya los esclavos
Los cantantes encadenados y
carbonizados
Pero el arco de la justicia ha
cedido
Y los heridos pronto se
manifestar¨¢n
Perd¨ª mi trabajo defendiendo
Lo que le pasa al coraz¨®n
Estudi¨¦ con un mendigo
Estaba sucio y lleno de cicatrices
De las garras de tantas mujeres
De las que no hab¨ªa sabido
prescindir
No hay f¨¢bula ni lecci¨®n en esto
Ni una alondra cantando en el
prado
S¨®lo un sucio mendigo
bendiciendo
Lo que le pasa al coraz¨®n
Trabaj¨¦ siempre con firmeza
Pero nunca lo consider¨¦ un arte
S¨®lo pod¨ªa levantar pesos
livianos
Y casi perd¨ª mi carnet de afiliado
Era h¨¢bil con el rifle de mi padre
Del calibre 303
Luch¨¢bamos por algo definitivo
No por el derecho a disentir
Claro que fall¨® mi peque?o fuego
Pero a¨²n brilla la chispa mortecina
Ve a decirle al joven mes¨ªas
Lo que le pasa al coraz¨®n
Nunca di problemas a nadie
no pod¨ªa pagar la hipoteca
y le romp¨ª el coraz¨®n a mi chica
no pod¨ªa pagar la hipoteca
y le romp¨ª el coraz¨®n a mi chica
nunca di problemas a nadie
pero no es tarde para empezar
no quiero romper ninguna ventana
no quiero quemar ning¨²n coche
no quiero romper ninguna ventana
no quiero quemar tu coche
tienes derecho a todas tus riquezas
pero has ido demasiado lejos
navegas por el poderoso oc¨¦ano
en un yate dise?ado para ti
navegas por el poderoso oc¨¦ano
en un yate dise?ado para ti
pero el oc¨¦ano est¨¢ lleno de basura
y no vas a poder cruzarlo
nunca di problemas a nadie
soy un hombre de ley y orden
nunca di problemas a nadie
soy un hombre de ley y orden
nunca di problemas a nadie
pero de sobra sabes que puedo
Mi carrera
Tan poco que decir
Tan urgente
Decirlo
Quieres devolver el golpe y no puedes
Quieres devolver el golpe y no
puedes
Quieres ayudar pero no puedes
Y la pistola no dispara
Y la dinamita no explota
Y el viento sopla en otra
direcci¨®n
Y nadie te oye
Y la muerte est¨¢ en todas partes
Y vas a morir de todos modos
Y est¨¢s cansado de la guerra
Y no puedes volver a explicarlo
Ya no puedes explicarlo
Y est¨¢s atascado detr¨¢s de tu casa
Como un viejo cami¨®n oxidado
Que ya nunca llevar¨¢ otro
cargamento
Y no llevas tu vida
Llevas la vida de otro
Alguien a quien no conoces ni te
gusta
Y pronto se acabar¨¢
Y es muy tarde para volver a
empezar
Armado con lo que ahora sabes
Y todas tus est¨²pidas obras
ben¨¦ficas
Han armado a los pobres contra ti
Y no eres quien quer¨ªas ser
Ni remotamente ¨¦l o ella
?C¨®mo voy a salir de esto?
El l¨ªo desordenado el desali?o
Sin jam¨¢s estar limpio ni ser libre
Ensuciado por el chismorreo y la
publicidad
Est¨¢s cansado y se ha acabado
Y ya no puedes hacer nada
Para eso este silencio
Para eso es esta canci¨®n
Y ya no puedes explicarlo
Y no puedes ahondar
Porque la superficie es como el
acero
Y todas tus buenas emociones
Tus sutiles percepciones
Tu famosa comprensi¨®n
Se evaporan en una asombrosa
(Para ti) irrelevancia
No recuerdo cu¨¢ndo
Escrib¨ª esto
Fue mucho antes del 11 de
Septiembre
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