Jaime Sabines, el poeta de todos nosotros
Dos d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte, la obra del escritor mexicano conserva el halo po¨¦tico de lo cotidiano
Como la est¨¦tica incierta de las volutas de humo, es la poes¨ªa de Sabines: envolvente, hipnotizante, liviana, un aroma que satura cualquier estancia. Jaime Sabines (Tuxtla Guti¨¦rrez, Chiapas, 1926 - Ciudad de M¨¦xico, 1999), sujeto siempre a un cigarro sin filtro, fue un poeta que prefiri¨® omitirse para declamar la voz de todos. Como refiere el escritor y acad¨¦mico Vicente Quirarte en su libro Peces del aire alt¨ªsimo, ¡°pertenece a esa privilegiada y escasa categor¨ªa de poetas que carecen de primera persona y forman parte de nosotros¡±.
Siendo apenas un ni?o, Jalil Najjad embarc¨® junto con sus hermanos desde Medio Oriente hacia Cuba, a finales del siglo XIX. No fue sino hasta 1914 cuando decidi¨® trasladarse a M¨¦xico, en medio del conflicto revolucionario. Jalil se enrolar¨ªa pronto en las filas carrancistas, donde era conocido como el Mayor Julio Sabines. As¨ª, el nombre del poeta es una ficci¨®n. Sabines es en realidad una deformaci¨®n fon¨¦tica de Saghbine, lugar en que naci¨® el peque?o Jalil, al sur de Beirut, en L¨ªbano. En 1926, nace su tercer hijo, Jaime.
Jaime Sabines estudi¨® medicina, pero no pas¨® mucho tiempo antes de revirar hacia la poes¨ªa. Se inscribi¨® a la carrera de Lengua y Literatura Espa?ola, en la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de la UNAM. Fue ah¨ª donde conoci¨® a Rosario Castellanos, quien tambi¨¦n ven¨ªa de Chiapas. Con ella comparti¨® aulas, charlas y poemas. Sabines tom¨® clases con el fil¨®sofo exiliado Jos¨¦ Gaos y con el consolidado escritor Agust¨ªn Y¨¢?ez.
En su ¨¦poca de estudiante, Sabines ley¨® minuciosamente la obra de Federico Garc¨ªa Lorca, Pablo Neruda, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Rafael Alberti. Antes de cumplir 25 a?os, el poeta estaba convencido de poseer una voz propia, por lo que public¨® Horal (1950), ¨®pera prima que tuvo una buena acogida por la cr¨ªtica. Carlos Monsiv¨¢is lo describe en el pr¨®logo de Recogiendo poemas como ¡°uno de los primeros libros m¨¢s deslumbrantes de la poes¨ªa mexicana, donde la plena madurez aparece con sus recursos ¨ªntegros: sencillez, ret¨®rica depurada, vocabulario cl¨¢sico que adquiere un vigor distinto, lecturas muy asimiladas y ese aliento singular¡±.
De Horal se desprende uno de los poemas m¨¢s aclamados del autor, Los amorosos, convertido por el p¨²blico en un himno que invoca al amor, sus maravillas y desesperanzas. A?os m¨¢s tarde, Sabines era ya padre de familia y trabajaba en una tienda de telas en Chiapas, propiedad de su hermano. Ah¨ª escribi¨® Tarumba, un poema sentido que habla de la transformaci¨®n de responsabilidades, un canto a las angustias, una resistencia a la cotidianidad. ¡°Tarumba es uno de los poemas m¨¢s importantes que se han escrito en M¨¦xico y Am¨¦rica Latina¡±, sentenci¨® el poeta ?scar Oliva.
Sabines es un escritor que parece que no corrige. Es un poeta que no acostumbra medir las palabras, solo las arroja como carnada. Vicente Quirarte afirma que ¡°es un seductor, en tanto que su trabajo, ya no con el texto sino con los probables lectores, consiste en hacerlos parte de su mundo, obligarlos a mirar con ojos de poeta¡±. El propio Sabines, en una entrevista, declar¨® que ¡°no hay gran poes¨ªa sin gran t¨¦cnica, pero ¨¦sta debe pasar inadvertida¡±. Es ah¨ª donde reposa la gracia de este autor, en una t¨¦cnica que no tropieza, que no se ve, pero que se siente.
Pese a la m¨¦trica imperfecta, por ejemplo, en los sonetos desplegados en uno de sus poemas m¨¢s emotivos, Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (1973), el autor consigue su prop¨®sito: reivindicar el dolor al tiempo que enarbola la figura de su padre ausente: Y mientras t¨², el fuerte, el generoso,/ el limpio de mentiras y de infamias,/ guerrero de la paz, juez de victorias/ ¡ªcedro del L¨ªbano, robledal de Chiapas¡ª/ te ocultas en la tierra, te remontas/ a tu ra¨ªz obscura y desolada.
El tambi¨¦n autor de Maltiempo (1972), particip¨® en dos legislaturas como diputado federal del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La primera por el Estado de Chiapas, entre 1976 y 1979; la segunda, una d¨¦cada despu¨¦s, por Ciudad de M¨¦xico. Su paso por la pol¨ªtica no fue aislado, una vena militante proven¨ªa del lado materno; su bisabuelo, Joaqu¨ªn Miguel Guti¨¦rrez (1796-1838) ¡ªpor quien la capital chiapaneca, Tuxtla Guti¨¦rrez, lleva su apellido¡ª hab¨ªa sido militar y gobernador.
Como maestro en el uso de las palabras, Jaime Sabines adelant¨® que la poes¨ªa, como gesto amoroso, "es un puente que tendemos entre dos soledades¡±. Su obra logra conectar el amor efervescente con la soledad de la vida en la muerte. Los versos de Sabines juegan a coger el agua, a tatuar el humo, a no irse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.