Diez novelas negras para las vacaciones de Semana Santa
Llega el primer par¨®n del a?o y seleccionamos entre lo mucho que hay para poder elegir bien
Llega el primer par¨®n del a?o y quien m¨¢s quien menos tendr¨¢ unos d¨ªas para disfrutar de algo de tiempo libre en la modalidad que se prefiera. Se?oras y se?ores, las excusas para no leer se acaban. Fans del mundo negrocriminal mareados por la sobreabundancia de t¨ªtulos, aqu¨ª doy algunas pistas. Como siempre, s¨¦ que hay m¨¢s, mucho m¨¢s. Esto es una peque?a selecci¨®n de lo que llevo le¨ªdo este a?o y que al ser m¨¢s o menos novedades se pueden encontrar en librer¨ªas. Hay un poco de todo: uno de los grandes maestros del espionaje, una rareza mexicana, un cl¨¢sico inmortal, un true crime y otro que lo parece, alg¨²n pelotazo, la vuelta de Carvalho y un autor que molesta e interpela a nuestra conciencia, entre otras cosas. Pasen y lean.
Carreteras de oto?o, Lou Berney (Harper Collins, traducci¨®n de Carlos Ramos). No me gusta meter dos libros de la misma editorial en estas selecciones (m¨¢s abajo va otra), pero si no lo hago en este caso voy a dejar pasar una de las novelas negras del a?o en Espa?a. Un tipo que trabaja para la mafia de Nueva Orleans se da cuenta de que sabe demasiado de la muerte de un tal JFK, as¨ª que inicia una huida desesperada para salvar su vida. En su periplo se cruza con una mujer que huye de la miseria y el aburrimiento que le promet¨ªa el borrach¨ªn de su marido en su pueblo. El autor, desconocido por desgracia en Espa?a, se deja de conspiraciones y parte de la teor¨ªa de que a Kennedy lo mat¨® Carlos Marcello y que el protagonista, mano derecha del mafioso, lo sabe y tiene por ello los d¨ªas contados. Esta doble perspectiva da una riqueza poderosa a la narraci¨®n. Adem¨¢s, secundarios como la bella Seraphine o el asesino Banon (capaz de matar a cualquiera sin pesta?ear pero que se tiene que controlar para no volar la tapa de los sesos a un conserje que hace un comentario racista), protagonizan dramas peque?os, cuidados, estremecedores. Deseas que la huida de estos dos acabe bien, que por una vez los perdedores no lo sean, pero intuyes que algo va a fallar. En cualquier caso, el final est¨¢ a la altura de una novela soberbia.
El archipi¨¦lago del perro, Philippe Claudel (Salamandra, traducci¨®n de Jos¨¦ Antonio Soriano). Me dec¨ªa el autor recientemente en una entrevista que ¨¦l publica ¡°falsas novelas negras¡±, en las que hay muertos o cr¨ªmenes, investigaciones y recursos del g¨¦nero pero que al final se incluyen en un contexto m¨¢s amplio. En este caso, una peque?a isla del Mediterr¨¢neo ve c¨®mo su apacible y ensimismada vida se va al traste cuando encuentran a tres inmigrantes muertos en sus costas. De ah¨ª se desencadena una red de cr¨ªmenes, ocultaci¨®n, patra?as, persecuciones, linchamientos sociales y otras lindezas que solo tienen un objetivo: meter el dedo en el ojo del lector, apelar a su conciencia, atraparlo, no dejar que esa noche duerma bien. Hay mensaje en las novelas de Claudel, te quedas pensando mucho rato tras terminarlas. Pero hay mucho m¨¢s. Hay ritmo, sabidur¨ªa y buenas historias.
Un true crime y otro que lo parece
Sombras de Reikiavik, Anthony Adeane (RBA, traducci¨®n de Pablo ?lvarez). Aqu¨ª tenemos un true crime escrito por un periodista brit¨¢nico sobre el mayor caso criminal, o al menos el m¨¢s famoso, de la historia de Islandia (muy escasa en grandes hitos de este estilo). El libro es fruto de a?os de investigaci¨®n y no se deja llevar por teor¨ªas conspiranoicas. En la primera parte hay una erudici¨®n maravillosa sobre Islandia, sus costumbres y la historia criminal de un pa¨ªs con 150 presos en total en la actualidad. El caso que nos ocupa implica dos desapariciones, robos, perjurios, corrupci¨®n y una polic¨ªa que es un desastre. Cuando llegas a la mitad del libro y parece que est¨¢ resuelto, Adeane empieza a tirar del hilo de la deconstrucci¨®n para demostrar todas las miserias de un proceso llevado a cabo como si de una rep¨²blica bananera se tratara. Hay, adem¨¢s, una continua indagaci¨®n sobre la capacidad que tenemos para recordar y qu¨¦ recordamos realmente que resulta fascinante.
- ?M?S? : Una excelente selecci¨®n de true crimes que hizo Kiko Amat en Babelia.
El doble secreto de la familia Lessage, Sandrine Destombes (Roja y Negra, traducci¨®n de Mar¨ªa Teresa Gallego). La empec¨¦ a leer con la sensaci¨®n de que estaba ante un true crime y con la aprehensi¨®n con la que un padre de dos ni?as lee estos relatos sobre menores desaparecidos, secuestrados, abusados, destruidos. Y ah¨ª, aunque juega con elementos de sobra conocidos, me parece que se maneja bien por aguas pantanosas. El argumento: despu¨¦s de la desaparici¨®n de dos hermanos en 1989 en un peque?o pueblo de Francia ha vuelto a ocurrir algo parecido. Esto da pie a un procedimental en el que la autora quema etapas y teor¨ªas sin rubor (aunque con alg¨²n salto mortal de m¨¢s) y establece una s¨®lida relaci¨®n entre el polic¨ªa que lo investiga ahora y quien lo hizo, y fracas¨®, hace 30 a?os. Tambi¨¦n est¨¢ bien desplegado el cat¨¢logo de miserias que se ocultan tras la vida aparentemente pl¨¢cida de este pueblo. Una pesadilla bien llevada y bien rematada, aunque el ritmo decae un poco tras un soberbio inicio.
Una de esp¨ªas
La otra mujer, Daniel Silva (Harper Collins, traducci¨®n de Victoria Horrillo). Una de las mejores noticias del desembarco de Harper Collins en Espa?a es que se han tra¨ªdo consigo a Daniel Silva, del que ya he hablado aqu¨ª por activa y por pasiva. Gabriel Allon, superesp¨ªa israel¨ª, est¨¢ mejor en cada novela, es un personaje m¨¢s rico, m¨¢s herido, menos fantasioso. Tenemos tambi¨¦n la habitual dosis de acci¨®n, sin exagerar, de escenarios internacionales y conspiraciones pero en este caso hay un ¨®rdago: la trama nos lleva a Kim Philby, maestro de esp¨ªas, rey de la traici¨®n y Silva da un salto tan improbable como efectivo para rematar una de las mejores novelas de la serie. Larga vida a Gabriel Allon.
- ?M?S? Aqu¨ª hemos contado antes algunas virtudes de sus novelas
Tres apuestas espa?olas
El ¨²ltimo barco, Domingo Villar (Siruela). Diez a?os ha tardado Domingo Villar en rematar esta novela cuya elaboraci¨®n gener¨® todo tipo de leyendas, rumores y malentendidos. La espera ha merecido la pena porque Villar demuestra que lo de sus dos primeros libros no era casualidad y que es un artesano de la novela, un hombre que cuida al extremo los detalles, que no pierde en ning¨²n momento el sentido del ritmo, que sabe trazar tramas. Leo Caldas es un personaje complejo en su sencillez y est¨¢ muy bien rodeado. La descripci¨®n de mundos y oficios que desaparecen est¨¢ muy bien tejida. Ni siquiera sus m¨¢s de 800 p¨¢ginas son un problema.
- ?M?S? En este reportaje cont¨¢bamos c¨®mo se gest¨® este ¨¦xito.
El sue?o de la raz¨®n, Berna Gonz¨¢lez Harbour (Destino). La comisaria Ruiz est¨¢ sola, contra todo y contra todos en esta cuarta entrega de su serie, un libro en el que Gonz¨¢lez Harbour hace crecer al personaje, presenta mejor que nunca un Madrid oscuro y diferente y se la juega metiendo el arte de Goya dentro de la trama a trav¨¦s de un recurso que funciona. Dos pinturas del genio aragon¨¦s separadas por 35 a?os, dos visiones de Espa?a que nos dar¨¢n la clave del misterio a trav¨¦s de la forma en que las miramos. El futuro de Mar¨ªa Ruiz est¨¢ marcado por la desafecci¨®n, no sabemos lo que pasar¨¢ con ella, pero esperamos volver a verla entre nosotros.
- ?M?S? En esta entrevista, la autora cuenta algunas claves.
Problemas de identidad, Carlos Zan¨®n (Planeta). Si empiezo a decir las cosas por las que me alegro de que Zan¨®n se atreviera a actualizar el personaje de Carvalho y, ah¨ª el m¨¦rito, hacerlo suyo, no acabo. Hay un par de casos o tres que vuelven a ser, como en las mejores de V¨¢zquez Montalb¨¢n, la excusa para todo lo dem¨¢s. Incluso uno, el del acoso escolar, sirve para sacar a pasear a ese Carvalho justiciero que tanto nos gusta. Sabemos, porque lo dice -¡°soy un viejo cascarrabias y amargado desde los siete a?os¡±- que hay veces que a Carvalho no hay quien lo aguante, pero aqu¨ª Zan¨®n sube la apuesta. Tambi¨¦n tenemos a John Ford, y un Madrid pocas veces as¨ª retratado; hay amor del que duele y pol¨ªtica de la que da asco; hay polic¨ªas, claro, y criminales, d¨®nde no; pero sobre todo hay un escritor que se ha cre¨ªdo que pod¨ªa hacer suyo al personaje seminal de la literatura negra espa?ola. Y lo ha conseguido.
- ?M?S? Pues lean por ejemplo la historia de esta novela contada en esta entrevista de Carles Geli
Un cl¨¢sico y una reedici¨®n afortunada
Maigret tiene una trampa, George Simenon (Acantilado, traducci¨®n de N¨²ria Petit). Me gusta traer cl¨¢sicos a estas selecciones. En este caso, un maestro inagotable del noir, un hombre que redefini¨® el g¨¦nero en sus casi 200 novelas, un crack absoluto llamado Simenon. Podr¨ªa haber elegido cualquiera de las que, con mimo y acierto, est¨¢ publicando Acantilado a raz¨®n de dos al a?o, una negra y otra de las llamadas duras. ?Por qu¨¦ esta? Porque tiene un inicio magistral, que da pie a un desarrollo excelente, porque se ve a un Maigret en plena forma y porque, si nos quedamos con ganas tiene algunas de las mejores adaptaciones que se han hecho del personaje (la protagonizada por Jean Gabin en el apartado cl¨¢sico y la de Rowan Atkinson ahora, entre otras).
- ?M?S? Pues este reportaje hecho desde la cumbre europea de la novela negra sobre la excesiva figura de Simenon
Un dulce olor a muerte, Guillermo Arriaga (Navona). Reedici¨®n en la estimable colecci¨®n los Ineludibles de este cl¨¢sico mexicano del guionista de Amores perros, Un dulce olor a muerte es una ocasi¨®n perfecta para visitar una faceta nada desde?able del autor. Tras un inicio cuando menos curioso que habla de la fuerza del rumor (una mujer muere asesinada y el chaval que pasaba por all¨ª es se?alado por todos como su novio cuando apenas la conoc¨ªa), se suceden un pu?ado de p¨¢ginas en las que Arriaga nos ense?a un pueblo, un mundo, sus corruptelas, su violencia y, sobre todo, sus mentiras. Y ese rumor lleva a otro peor y ese a alimentar la miseria homicida. Todo esto acompa?ado de cierto sentido del humor tan extra?o como necesario. Tambi¨¦n hay una historia de amor que se entrelaza con la principal y da corpulencia al relato. Con todo esto, la novela avanza con un enga?oso ritmo de tedio, aplastada por el calor y el polvo tan bien transmitidos por la prosa de Arriaga hacia un final sencillo, coherente, aplastante. Una joya.
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