Remite: el Nuevo Mundo

197 d¨ªas despu¨¦s de que las tres naves capitaneadas por Crist¨®bal Col¨®n salieran del Puerto de Palos de la Frontera (Huelva) hacia la conquista de las Indias -un 3 de agosto de 1492-, el almirante genov¨¦s pudo informar al fin de su gesta a los Reyes Cat¨®licos, que hab¨ªan costeado y posibilitado su viaje: ¡°Se?or, porque s¨¦ que habr¨¦is placer de cono?er de la grand victoria que nuestro se?or me ha dado en este viage, vos escribo esta por la cual sabreis como en veinte d¨ªas pas¨¦ a las Indias¡­.¡±.

As¨ª empieza la primera carta, escrita un 15 de febrero de 1493, en el interior de su carabela atracada de vuelta en la isla de Gran Canaria y remitida a Luis de Sant¨¢ngel, escribano de la Corona, con la que Col¨®n informa del descubrimiento de unas nuevas tierras que describe con admiraci¨®n y donde narra todas las riquezas y belleza con las que se hab¨ªa topado. Hasta ese momento, nada se sab¨ªa en el reino de Espa?a del paradero de La Pinta, La Ni?a y La Santamar¨ªa, tres naves gobernadas bajo la bandera de la Corona de Castilla, un asunto que inquietaba especialmente a la reina Isabel.

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La noticia fue tan bien recibida que hizo que la correspondencia entre el Viejo y el Nuevo Mundo se convirtiera en un asunto de Estado y que las relaciones epistolares entre el reino peninsular y las nuevas tierras hayan sido tan fruct¨ªferas a lo largo de la historia. M¨¢s de cinco siglos despu¨¦s, el Archivo de Indias, en Sevilla, ha sacado de sus fondos las ep¨ªstolas m¨¢s relevantes respecto a sus relaciones con los territorios de Ultramar para dar forma a la exposici¨®n ¡®La carta en el camino¡¯, una muestra inaugurada ayer por el director general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Rom¨¢n Fern¨¢ndez-Baca, que propone una mirada al sistema de comunicaci¨®n postal con los nuevos territorios conquistados entre los siglos XVI y XIX.

¡°En un mundo regido por la inmediatez, cuesta hacerse una idea del tiempo que transcurr¨ªa desde que se cerraba la carta hasta que llegaba a un destinatario que se encontraba, normalmente, a miles de kil¨®metros de distancia¡±, aseguraba ayer el comisario de la muestra, el archivero Manuel ?lvarez Casado. As¨ª las cosas, el recorrido de la exposici¨®n recoge el funcionamiento de las rutas oce¨¢nicas que permitieron el desarrollo de la comunicaci¨®n postal entre los dos continentes desde finales del siglo XV y, especialmente, tras la reforma del correo realizada en 1764 durante el reinado de Carlos III.

¡°Este trayecto de miles de kil¨®metros, que no siempre fue f¨¢cil ni se realiz¨® de manera eficiente, fue posible gracias a la intervenci¨®n de correos mayores, embarcaciones y oficiales, y a un sistema postal de marcas y tarifas que se aplicaban a las cartas muchos a?os antes de la adopci¨®n del sello adhesivo¡±, detalla el comisario. A este respecto, la exposici¨®n, que se abre con esta primera ep¨ªstola de Crist¨®bal Col¨®n, llega a su fin con la muestra de una de las ¨²nicas cinco cartas que se conservan en el mundo fechadas el 1 de enero de 1850, d¨ªa en el que se inaugura el sistema postal de sellos que conocemos en la actualidad. ¡°Se trata de un documento filat¨¦lico excepcional¡±, reconoce ?lvarez Casado: ¡°El sello dentado con la imagen de Isabel II pegado a una carta es algo ¨²nico, s¨®lo existen cuatro casos m¨¢s en el mundo del mismo d¨ªa en el que entr¨® en funcionamiento este sistema, y lo tenemos en esta exposici¨®n¡±, se felicita el comisario.

Entre medias, la muestra re¨²ne m¨¢s de 150 documentos, con ejemplos de correspondencia original y firmada por conquistadores como Francisco Pizarro y Hern¨¢n Cort¨¦s, reyes como Felipe II y Carlos III, sultanes o emperadores, autoridades, an¨®nimos, e incluso de investigadores del propio Archivo. Tambi¨¦n se puede ver una colecci¨®n completa de cartas transportadas por los mensajeros conocidos en el Virreinato de la Nueva Granada -en los territorios que hoy ocupan Colombia, Venezuela, Ecuador y Panam¨¢- como chasquis (ind¨ªgenas que trabajaban como carteros), procedentes de la colecci¨®n de Eugenio de Quesadas.

La mayor parte de los documentos proceden del archivo sevillano, a los que se unen tambi¨¦n ejemplos del Archivo Hist¨®rico de la Nobleza, en Toledo, relacionados con los correos mayores americanos, as¨ª como de importantes colecciones privadas. Tambi¨¦n se muestran dise?os de los uniformes de oficiales de la renta de correos, documentos diarios de navegaci¨®n, muestras originales de las lanas con las que se confeccionaban las banderas, as¨ª como las lonas de las velas de las embarcaciones.

Como colof¨®n, el itinerario de la exposici¨®n concluye con una segunda misiva firmada por Crist¨®bal Col¨®n que, en esta ocasi¨®n, le dirige a su hijo Diego: ¡°Es una carta bell¨ªsima, cuajada de amor, de un Col¨®n ya muy mayor, enfermo, en la que urge a su hijo a que promoviese que el Estado le pagara a los marinos que hab¨ªan participado en el ¨²ltimo viaje a las Indias¡±, explica el comisario. ¡°Tu padre, que te ama m¨¢s que a s¨ª¡±, se despide el almirante, que firma esta carta datada en Sevilla con el sobrenombre de Christo Ferens, versi¨®n latinizada de su nombre Crist¨®bal, que significa ¡°portador de Cristo¡±.