Las artistas se niegan a perder la memoria de las mujeres
Un grupo de mujeres trabaja desde 2014 por la recuperaci¨®n de un relato feminista y lo incorpora al relato hist¨®rico ofical
Las Women Mobilizing Memory, aunque constituidas como grupo hace cuatro a?os,?lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas luchando por su derecho a reivindicar una revoluci¨®n simb¨®lica contra el relato normativo que perpet¨²a el canon patriarcal.?Este grupo de mujeres con el que nos encontramos en la facultad de Filolog¨ªa de la Complutense, reunidas para celebrar los encuentros de la Asociaci¨®n de Estudios de la Memoria (MSA), trabaja para que la dominaci¨®n deje de tener legitimidad en los museos, para que asumamos que lo natural no es el sometimiento. Para que la academia se expanda e incluya un ¡°nosotras¡± con voz propia, independiente, libre. Una voz sin someter.
Marianne Hirsch, profesora de Literatura comparada y estudios de g¨¦nero en la Universidad de Columbia y creadora del t¨¦rmino ¡°postmemory¡±, una memoria de segunda generaci¨®n que condiciona la narrativa de los herederos de la memoria traum¨¢tica, que no pueden comprender ni recrear por completo. Por ejemplo, los nietos de los supervivientes del Holocausto o de la Guerra Civil espa?ola. La autora de?La generaci¨®n la posmemoria (traducido por Editorial Carpe Noctem, 2015) asegura a este peri¨®dico que quienes mantienen tradicionalmente la memoria son las mujeres. ¡°La visi¨®n feminista reconoce y recupera las peque?as historias para incluirlas en la narrativa tradicional y acad¨¦mica, la patriarcal. Son las historias que no se han podido contar, historias de mujeres que no han aparecido en los libros de Historia¡±, dice. Se reconoce como una infiltrada en la academia, que la expande con ideas como la solidaridad y la colaboraci¨®n.
¡°En estos momentos, nuestra historia corre m¨¢s peligro que hace una d¨¦cada por la emergencia de los nacionalismos y la extrema derecha. En EEUU, el aborto ser¨¢ prohibido y la violencia de g¨¦nero es cuestionado por los discursos sexistas, por eso los trabajos y el compromiso de las artistas son m¨¢s importantes que nunca. Porque son resistencia y reacci¨®n contra la llegada de estas fuerzas¡±, dice. Con esa intenci¨®n surge Women Mobilizing Memory, un cruce de feminismo, historia y memoria, que muestra c¨®mo el rescate de las historias violentas puede generar un punto de esperanza para el futuro. Miran a la cara a la vulnerabilidad y la violencia, y plantean un nuevo relato que pretende acabar con las m¨²ltiples formas en las que la categor¨ªa ¡°mujer¡± se construye como subordinaci¨®n.
Armarios ocultos
El relato feminista incorpora nuevas maneras de hacer memoria, desde los peque?os gestos a la atenci¨®n del cuerpo. Desde los objetos perdidos a los relatos an¨®nimos. ¡°Necesitamos que las mujeres cuenten sus historias fuera de casa. Es como abrir el armario y mirar¡±, cuenta la artista Deborah Willis. ¡°Sabemos que hay historias ocultas en nuestros armarios, que ocultan identidades. Debemos abrirlos como un acto pol¨ªtico, desde experiencias diversas y diferentes¡±, a?ade. Parte de ese armario est¨¢ en sus fotograf¨ªas. Las expone en una peque?a sala del edificio donde se celebran las conferencias de MSA, junto a los trabajos de Silvina der Meguerditchian, Susan Meiselas, Mirta Kupferminc y Lorie Novak.
Todas coinciden en la importancia de dar presencia a la memoria invisible, para contrarrestar la historia oficial. ¡°La mirada feminista es m¨¢s personal y subjetiva. Tenemos en cuenta el cuerpo para hablar de nosotras mismas, por eso no tememos hablar de nuestros dolores¡±, cuenta Lorie Novak, que expone una cr¨ªtica del uso de la mujer en los medios de comunicaci¨®n. Silvina der Meguerditchian tambi¨¦n parte de la presencia de ellas para recuperar la memoria de las trabajadoras armenias (y su soberan¨ªa y libertad) antes del genocidio (1915-1917).
No son las ¨²nicas mujeres en el MSA que cuestionan las interpretaciones dominantes para que emerja el mundo ocultado. La dramaturga Laila Ripoll y la artista Mar¨ªa Ruido tambi¨¦n participan. Las artistas programadas act¨²an para hacer visible un mundo donde lo personal es pol¨ªtico, porque aislar lo privado de lo p¨²blico es asfixiar y ocultar las desigualdades del sistema, los da?os y las violencias. La memoria es otro camino para romper con la invisibilidad de las que hasta ahora han sido consideradas vidas secundarias. Marianne Hirsch comenta que es en la esfera pol¨ªtica donde todos somos iguales y para ello hay que transitar de lo personal a lo pol¨ªtico, para lograr la salida de las mujeres de un modelo de sumisi¨®n jer¨¢rquica. Sin perder la memoria.
Babelia
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