El documental se hace un sitio en la primera fila del cine

Las reflexiones y el dolor de Mar¨ªa Mart¨ªn, sentada en la cuneta donde un d¨ªa el franquismo arroj¨® el cad¨¢ver de su madre, han emocionado a espectadores de todo el mundo en El silencio de otros. La pel¨ªcula de Almudena Carracedo y Robert Bahar, adem¨¢s de ganar el premio Goya 2019 al mejor documental y de recibir el premio del p¨²blico a mejor documental en la secci¨®n Panorama del festival de Berl¨ªn, entre los 28 galardones obtenidos, dispar¨® las audiencias de La 2 de Televisi¨®n Espa?ola cuando se emiti¨® el pasado mes de abril, con el 5,2% de audiencia y casi un mill¨®n de espectadores.

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Este es el ejemplo m¨¢s evidente del ascenso dentro y fuera de Espa?a de un g¨¦nero que est¨¢ cada vez m¨¢s presente en las carteleras de las salas de proyecci¨®n, es celebrado en los festivales de cine y alimenta los insaciables cat¨¢logos de las plataformas de retransmisi¨®n en directo por Internet.

¡°El documental, como cine de autor que es, nunca va a ser tan popular como las pel¨ªculas de ficci¨®n que ocupan las multisalas. Tampoco aspira a ello¡±, comenta por tel¨¦fono a EL PA?S el cineasta y productor David Varela, codirector del festival DocumentaMadrid, cuya 16? edici¨®n se celebr¨® el pasado mayo. Y a?ade: "Pero el g¨¦nero s¨ª puede convertirse en un formato rentable, que juegue en primera divisi¨®n, si conquista peque?as parcelas en todas esas ventanas de exhibici¨®n".

Si el p¨²blico se interesa m¨¢s por estas propuestas es porque empieza a entender que el g¨¦nero va mucho m¨¢s all¨¢ de los documentales de animales que se emiten a la hora de la siesta, o de los as¨¦pticos reportajes de televisi¨®n. Por un lado, explican un mundo que est¨¢ en constante cambio y ayudan al espectador a encontrar respuestas y, por otro, ofrecen otras formas de entretenimiento y expresi¨®n art¨ªstica.

¡°?Si el documental puede ser una pel¨ªcula!¡¯, me han dicho m¨¢s de una vez en las proyecciones de El silencio de otros. El espectador est¨¢ descubriendo que hay mucha creatividad en estos relatos; que pueden ser rigurosos y conmover al mismo tiempo¡±, dice la directora de la pel¨ªcula, Almudena Carracedo. Satisfecha por los 25.000 espectadores que han visto en los cines espa?oles sus seis a?os de trabajo condensados en 96 minutos, la cineasta es consciente de que ¡°hay mucho terreno por conquistar en Espa?a¡±, teniendo en cuenta que en Francia ha superado ampliamente esta cifra, pese a ser un estreno extranjero.

Abrazar precisamente ese lado creativo es lo que ha abierto la puerta de los grandes festivales de cine a los documentales. Bowling for Columbine, de Michael Moore, fue en 2002 el primero en optar a la Palma de Oro de Cannes en casi medio siglo. Desde entonces, el formato se ha legitimado poco a poco en los cert¨¢menes de primera categor¨ªa, como Sundance, Toronto y Venecia, donde empiezan a competir con el m¨¢s prestigioso cine de autor de ficci¨®n. Sin embargo, son las cifras de asistencia de festivales especializados en el g¨¦nero las que confirman que los relatos de no ficci¨®n se han convertido en un importante reclamo para el p¨²blico.

Entre 2012 y 2015, DocsBarcelona atrajo a unas 7.000 personas en cada una de sus ediciones, pero ha multiplicado su poder de convocatoria en los ¨²ltimos a?os: ha llegado a m¨¢s de 22.000 espectadores en la cita de mayo de 2019, gracias a la colaboraci¨®n de plataformas de retransmisi¨®n en directo en Internet como Filmin, que han emitido sus pel¨ªculas de forma simult¨¢nea a su proyecci¨®n tradicional. Otras plataformas como HBO y Netflix enriquecen su oferta local con series documentales dedicadas a asuntos cercanos, como el del fallecido presidente del Atl¨¦tico de Madrid y alcalde de Marbella, Jes¨²s Gil (El pionero), o el que cuenta la historia de Parch¨ªs, el grupo musical infantil que arras¨® en los a?os ochenta en Espa?a y Latinoam¨¦rica.

¡°Ahora hace falta ocupar m¨¢s espacios f¨ªsicos, sean p¨²blicos o privados, como ya ocurre con la Tabakalera de San Sebasti¨¢n o la Cineteca de Madrid, y que los productores reserven parte de su inversi¨®n a mejorar la promoci¨®n y exhibici¨®n de sus t¨ªtulos. A menudo, se llega a la etapa final del camino con la lengua fuera y todo el esfuerzo pasa desapercibido¡±, comenta David Varela tras batir tambi¨¦n r¨¦cords en la edici¨®n de 2019 de DocumentaMadrid, que atrajo a unos 16.000 asistentes.

Es precisamente en la financiaci¨®n donde se sigue tratando al documental como a cine de segunda divisi¨®n. ¡°Dif¨ªcilmente podremos dar un salto definitivo si los presupuestos siguen siendo tan bajos. Todav¨ªa se plantean como si fu¨¦ramos a grabar un reportaje para televisi¨®n¡±, lamenta Carracedo.

La directora, que es miembro de la junta directiva de la Asociaci¨®n de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), encuentra una relativa ventaja en esta falta de inversi¨®n: es una puerta abierta para que las mujeres estrenen sus proyectos en el cine espa?ol. Ellas se sentaron en la silla del director en solo 36 de los 187 largometrajes que se realizaron durante todo 2018, seg¨²n los datos del Ministerio de Cultura. La gran mayor¨ªa de los que pusieron en pie las mujeres (21), el 55%, eran documentales. ¡°No es de extra?ar en un pa¨ªs en el que las mujeres cuentan con 1,5 millones menos de presupuesto para hacer sus pel¨ªculas con respecto a los hombres¡±, destaca Carracedo.