¡°El norte de M¨¦xico es el no lugar, la no pertenencia¡±
Los escritores Luis Jorge Boone y Carlos Vel¨¢zquez, ambos nacidos en Coahuila, reflexionan sobre su lugar de origen: "Es el territorio literario por excelencia¡±
Consciente de lo que pesa un desierto, el escritor coahuilense Carlos Vel¨¢zquez defiende que el norte est¨¢ hecho de extremos, de todo y nada, de tedio y excitaciones desbordadas. De mutilaciones y pollo frito. "El norte de M¨¦xico es el no lugar, la no pertenencia", dice.
Qu¨¦ es el norte. De qu¨¦ se compone. Vel¨¢zquez y su amigo Luis Jorge Boone, tambi¨¦n escritor, tambi¨¦n coahuilense, coincidieron el fin de semana pasado en el Hay Festival de Quer¨¦taro. El primero presentaba su ¨²ltimo libro, una colecci¨®n de cuentos titulada Despachador de pollo frito, editada por Sexto Piso. El segundo su nueva novela, Toda la soledad del centro de la tierra, publicado por Alfaguara. El norte les une de diferentes maneras. Vel¨¢zquez, de 41 a?os, sigue viviendo en Torre¨®n, la ciudad que le vio nacer. Boone se mud¨® de la industrial Monclova a Ciudad de M¨¦xico y de ah¨ª a Puebla hace unos meses. "Nunca hab¨ªa vivido tan al sur", dice, jocoso.
El libro de Boone narra las historias de El Chaparro, un ni?o de un pueblo norte?o, experto jugador de las escondidas -el escondite ib¨¦rico- y de su abuela, la G¨¹ela Librada; del particular matriarcado que impregna la casa familiar y de una sombra que se alarga poco a poco, la violencia, que acaba por arrasar con todo. El autor entrelaza el d¨ªa a d¨ªa de la G¨¹ela y su nieto con las memorias de lo que ocurri¨®, la venganza de un grupo criminal contra otro, que consisti¨® en aniquilar a la poblaci¨®n del pueblo. Reminiscencias de la masacre de Allende, que ocurri¨® no muy lejos de Monclova, en 2011. Escribe Boone: "Dejamos de ser seres humanos. Nos convertimos en recados que se entregaban a todos y a nadie". Recados de carne muerta, agujeros de bala en la pared. Despu¨¦s de 15 a?os de violencia, el autor considera que "el narco se volvi¨® una lengua com¨²n que empezamos a hablar. El tejido social cambi¨®. Todos somos mucho m¨¢s paranoicos".
La colecci¨®n de cuentos de Vel¨¢zquez, la quinta en su haber, recoge las andanzas de personajes estrafalarios, en el l¨ªmite del delirio. En uno plantea por ejemplo que Paul McCartney muri¨® hace tiempo, ocupando su cuerpo un actor, al modo de Alien, que perpet¨²a las andanzas del beatle. El problema es que el ¨²ltimo actor/inquilino, un mexicano, se ha apropiado del personaje y no lo quiere soltar. Un detective tratar¨¢ de desenmascararlo. En la charla que compartieron los dos autores en el marco del Hay Festival, Vel¨¢zquez dijo que ser norte?o es ejercer una "maestr¨ªa de la reapropiaci¨®n". ?Qu¨¦ es esto? "El norte es el territorio literario por excelencia. Todo pasa all¨ª todo el tiempo. Cualquier producto cultural que cae en el norte, el norte lo fagocita y luego lo escupe, ya a su manera. Mira el caso de Celso Pi?a. Llegas, insertas una idea que no le pertenece y pum, sale otra cosa".
Frontera, migraci¨®n y narco, el estereotipo del norte -si acaso a?ade la carne. Aunque si alguno de estos elementos destaca en la literatura mexicana de los ¨²ltimos quince a?os es el narco. En su novela, Boone, de 42 a?os, trata el fen¨®meno desde el margen, desde el silencio de los que sobreviven en el desierto. A lo largo de toda su obra, Vel¨¢zquez lo ha contado casi en primera persona. Las entrevistas con el autor que m¨¢s abundan privilegian su adicci¨®n a la coca¨ªna. Uno de sus libros pone al polvo blanco de protagonista: El pericazo sarniento: Selfie de coca¨ªna.
?Se ha abusado de este fen¨®meno en la literatura? Boone opina que s¨ª. "Esto de humanizar, que la narrativa sea la fascinaci¨®n del tirano, que tambi¨¦n es humano... Se cae bastante en eso. En la novela me pregunto, 'bueno, ?esto para qu¨¦ sirve?' Si no hay un lector, si no se transforma la lectura en otra cosa que nos sirva... Siempre est¨¢ el temor de, '?nos vamos a quedar en la exhibici¨®n imp¨²dica de la violencia, de las consecuencias y ya. ?As¨ª es como pasamos el rato?'.
Para Vel¨¢zquez, la violencia ha sido un disparador de su obra. "Cuando yo era ni?o en Torre¨®n me aburr¨ªa horrores, dec¨ªa 'puta madre por qu¨¦ no vivo en Madrid'. Y luego de repente, el estallido de violencia. Y de ah¨ª el choque, lo que digo de los extremos. Es la experiencia de ser norte?o. O no pasa nada o pasa todo. A partir de ah¨ª se empieza a conformar toda la obra. Yo no pretendo retratar la violencia de manera directa, sino como parte de lo que ocurre. Parte de esta narcolepsia, como dec¨ªa Sergio Gonz¨¢lez Rodr¨ªguez, esta narcosis".
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