La dictadura de los ojos
Mercedes Halfon parte de su biograf¨ªa como estr¨¢bica para criticar la supremac¨ªa de la visi¨®n como forma de conocimiento
Aproximadamente a mediados del siglo XVII nuestra cultura se vuelve eminentemente visual. El desarrollo del m¨¦todo cient¨ªfico, los primeros compendios naturalistas con l¨¢minas, la propia difusi¨®n del libro como modelo de conocimiento hacen que nuestra inteligencia comience a estructurarse con met¨¢foras visuales: la verdad se atisba, se geometriza, se entiende seg¨²n una perspectiva, se realizan esquemas y se alcanzan conocimientos ¡°objetivos¡±. Esta supremac¨ªa de la visi¨®n respecto a otros sentidos supone a la vez una nueva toma de posici¨®n de la conciencia y un cambio radical en nuestra literatura, como han estudiado, entre otros, Lucien Febvre y el Foucault de Las palabras y las cosas. Un ejemplo: si en la literatura medieval el coraz¨®n devorado a¨²n es un t¨®pico supremo, a partir del Renacimiento la comunicaci¨®n se har¨¢ a trav¨¦s de unos ojos cada vez m¨¢s espiritualizados y abstractos. El italiano Ezio Raimondi llegar¨ªa a definir este nuevo realismo como una ¡°neurosis de la atenci¨®n¡±.
Pero a la vez que nuestra literatura se vuelve visual y textual, sacrificando otras dimensiones, una tendencia minoritaria de la modernidad juega a subvertir estas limitaciones; bien mediante la exacerbaci¨®n de la falibilidad del ojo, de la descentralizaci¨®n del punto de vista, o, como en el caso de la poes¨ªa, reivindicando una manera m¨¢s org¨¢nica (y a veces sinest¨¦sica) de percibir la realidad. Claudio Rodr¨ªguez lo defini¨® en uno de sus versos m¨¢s conocidos: ¡°Porque no poseemos, vemos¡±. Lo que tambi¨¦n puede significar: puesto que vemos, no poseemos.
Con apenas 100 p¨¢ginas y a pesar de su aparente modestia, El trabajo de los ojos, primer libro en prosa de la excelente poeta Mercedes Halfon (Buenos Aires, 1980), se inscribe en esta l¨ªnea dura de una cr¨ªtica de la visi¨®n como ¨®rgano del conocimiento. En un sucinto ejercicio de memoria personal, la autora narra la cr¨®nica de su estrabismo hereditario. El material autobiogr¨¢fico es tratado con una atinada mezcla de exhibici¨®n y pudor, y sobre todo con una iron¨ªa que le permite narrarse como un s¨ªntoma cultural: de las visitas a su oftalm¨®logo, las relaciones familiares, la maternidad o la identificaci¨®n con el personaje televisivo de la Chilindrina, la ni?a ¡°gafotas¡±. Pero El trabajo de los ojos tambi¨¦n es una genealog¨ªa de la escritura en un sentido m¨¢s amplio, de los ojos da?ados de Borges, Sartre, Cort¨¢zar, Joyce, Homero¡ Y un par¨®dico tratado de oftalmolog¨ªa en las an¨¦cdotas de sus pioneros: la ceguera del cient¨ªfico experimental Plateau al mirar al Sol fijamente, los aparatos de tortura de los primeros m¨¦dicos de ojos, la invenci¨®n de una ¡°lengua de ciegos¡±, el braille.
¡°Como en todo proceso de construcci¨®n ¡ªen este caso del mundo¡ª, cuando empezamos a notar los procedimientos es porque algo se est¨¢ malogrando¡±, escribe Halfon. El ojo comienza a mirarse a s¨ª mismo como un ¨®rgano sospechoso. La ¡°falla¡± personal se transforma en el signo de una presunci¨®n epistemol¨®gica. ¡°La subjetividad y el punto de vista tienen un principio fisiol¨®gico antes que ps¨ªquico. La subjetividad pareciera ser objetiva¡±.
Todo en este maravilloso librito atenta contra los saberes rotundos y objetivos. La escritura se mueve en zig?zag, en fragmentos breves, ¨¢giles. La mirada se deja metaforizar por los dem¨¢s sentidos y se convierte en un tanteo, un conocimiento m¨¢s rico. Unas gotas en los ojos dejan a la autora como si le ¡°hubieran recetado un estado de melancol¨ªa¡±.
El trabajo de los ojos. Mercedes Halfon. Las Afueras, 2019. 104 p¨¢ginas. 14,96 euros.
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