Convocados a la fiesta
La oferta de la segunda edici¨®n del festival del C¨ªrculo Flamenco de Madrid se ampl¨ªa para llevar conciertos de primer nivel al p¨²blico de la capital
Antonio el Marsell¨¦s, Rancapino, Enrique Pantoja y Diego del Morao
Off Latina, 24 de octubre
II Festival C¨ªrculo Flamenco de Madrid
La segunda edici¨®n del festival organizado por el C¨ªrculo Flamenco de Madrid consta de tres jornadas. Con este nuevo formato, ampliado notablemente respecto al a?o anterior, se pretende mostrar de forma m¨¢s efectiva cu¨¢l es la intenci¨®n del C¨ªrculo: llevar a cabo conciertos de primer nivel y, por medio de distintas actividades, dise?ar una programaci¨®n complementaria que vaya m¨¢s all¨¢ del mero disfrute del flamenco. Como dijo Blanca del Rey en la presentaci¨®n del festival a los medios, hay que dar la enhorabuena a los organizadores porque han logrado dibujar ¡°un c¨ªrculo interminable¡±.
Para empezar, hemos sido convocados en la sala-cueva Off Latina a una fiesta flamenca. En el cartel Antonio el Marsell¨¦s, perfectamente acompa?ado para la ocasi¨®n por Rancapino (padre) y Enrique Pantoja. Los tres veteranos bajo el paraguas protector de ese prodigio a la guitarra que se llama Diego del Morao. Ante lo reducido del espacio, y las escas¨ªsimas ocasiones en que se puede ver al Marsell¨¦s en un escenario, aquello estaba lleno cabales. Entre los asistentes, Serranito y Mayte Mart¨ªn.
Siempre va el Marsell¨¦s precedido de su fama como indiscutible genio en lo suyo, un referente entre las nuevas generaciones de ¡°enteraos¡±, lo que se dice un aut¨¦ntico artista de artistas. ?Y qu¨¦ es lo suyo? Pues se podr¨ªa definir con las mismas palabras que un cr¨ªtico norteamericano dedicara en su d¨ªa a Lola Flores; porque el Marsell¨¦s tampoco canta, ni baila¡, pero no hay que perder la oportunidad de ver en directo a este maestro de ceremonias en esta fiesta a la que henos sido convocados. Hay que agradecer a los organizadores del festival la arriesgada apuesta por mostrar al p¨²blico esta compleja y rica vertiente del flamenco que se ha dado en llamar reuni¨®n o fiesta. Y para ello han optado por traer hasta Madrid a tres artistas dif¨ªciles de encontrar sobre los escenarios m¨¢s convencionales.
Abre la velada Alonso N¨²?ez Rancapino, que ha venido a sustituir a su sobrino el Pititi, anunciado inicialmente y que no ha podido estar presente por motivos de salud. Alegr¨ªas, sole¨¢ y buler¨ªas para comenzar a caldear el ambiente. El toque brillante y justo de Diego como soporte del cante y b¨¢lsamo en el que curar las heridas de una garganta, ya sin facultades, que a duras penas alcanza los tonos m¨¢s altos. Y a¨²n as¨ª nos emociona, claro. ?No es esto justamente eso que llaman ¡°pelear el cante¡±? En un momento dado, Rancapino, con una gracia inigualable, se queja del escaso volumen y, dirigi¨¦ndose al t¨¦cnico de sonido suelta se?alando al micro: ¡°Esto tiene menos fuerza que un gitano en un juicio¡±. Pero no es la t¨¦cnica la que est¨¢ fallando ah¨ª, sino las facultades, cosa que a los all¨ª presentes no parece importarles en absoluto.
Cuando Diego del Morao comienza a marcar el comp¨¢s de amalgama con las cuerdas de la guitarra apagadas sabemos que nos estamos metiendo de lleno en el h¨¢bitat natural de estos seres enajenados r¨ªtmicamente hacia sus adentros. Y la verdad es que no hace falta nada m¨¢s; la expectaci¨®n viene dada por esa inmersi¨®n r¨ªtmica en que, con palmas, pitos, alg¨²n breve zapateado y una expresi¨®n minimalista basada en gestos antiguos, estos artistas nos invitan a su fiesta particular. No hay muchas ocasiones en las que los aficionados puedan disfrutar de momentos como este. Pero, como dice el mismo Marsell¨¦s al terminar sus personal¨ªsimas buler¨ªas, la fiesta no se puede convocar a una hora y en un sitio determinados; la fiesta surge o no surge, y el duende viene o no viene.
A¨²n as¨ª hemos visto cositas. Los momentos ¨¢lgidos de la fiesta han estado en la sole¨¢ de Rancapino, en las letras de c¨¦lebres boleros que el Marsell¨¦s recrea como nadie por buler¨ªas (¡°ya no est¨¢s m¨¢s a mi lado, coraz¨®n¡¡±) y en las genialidades de Enrique Pantoja, maestro indiscutible en el dif¨ªcil arte del cante hablado. Y, por supuesto, en el toque magistral de Diego, haciendo alardes de virtuosismo en un reducido espacio del m¨¢stil, con la cejilla al siete y por medio.
Aunque la fiesta no se puede convocar a una hora cierta, en un d¨ªa y en un lugar determinados de antemano, no ha estado nada mal para empezar este festival, cuyas actividades se repartir¨¢n entre el Corral de la Morer¨ªa y el Caf¨¦ Berl¨ªn y que contar¨¢ con la presencia de artistas como Pastora Galv¨¢n (viernes 25 en El Corral de la Morer¨ªa) y Rafael Riqueni, Carmen Ledesma, Pansequito y Diego del Morao (s¨¢bado 26 en el Caf¨¦ Berl¨ªn). En el Corral de la Morer¨ªa tambi¨¦n tendr¨¢n lugar dos interesantes sesiones diurnas, en las que, a modo de mesa redonda, se abarcar¨¢n cuestiones como la vigencia del disco en el siglo XXI, con la participaci¨®n de Pitingo, y otra sesi¨®n con audici¨®n y coloquio sobre grabaciones hist¨®ricas (1899-1936), en la que intervendr¨¢n Miguel Poveda y V¨ªctor Monje Serranito.
Babelia
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