La imparable inflaci¨®n de las series

495 es el n¨²mero de series estadounidenses que se estrenaron en 2018 en ese pa¨ªs. Un tercio de ellas en servicios online. Solo cinco a?os antes, ese n¨²mero era de 349 (33 en plataformas de streaming). La previsi¨®n es que a finales de 2019 ese n¨²mero aumente a 530, seg¨²n el ¨²ltimo estudio de la cadena FX (que en Hollywood es usado como pauta), y la escalada parece imparable en 2020 teniendo en cuenta que en los pr¨®ximos meses abren nuevos servicios como el de Apple, Disney o Warner (HBO Max), entre otros. Este boom de series y plataformas va en paralelo con el aumento del coste de los cap¨ªtulos de las mismas. Donde antes era normal gastarse como mucho unos seis o siete millones de d¨®lares, ahora el baremo asciende a casi los 20 millones (unos 18 millones de euros). Una inflaci¨®n provocada por varios factores que tarde o temprano puede acabar afectando al mercado europeo.

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Sorprender al presentarse ante el p¨²blico cuesta dinero. Mucho. As¨ª como atraer a nuevos suscriptores. Netflix no ha escatimado en gastos durante los ¨²ltimos cinco a?os en su expansi¨®n global con presupuestos astron¨®micos. Con The Crown se gast¨® en 2016 entre 9 y doce millones de euros por episodio para recrear la vida de la reina Isabel II con todo lujo de detalles. The Get Down, que termin¨® por ser cancelada, lleg¨® a los diez millones. Cifras que se quedan lejos de lo que Apple se ha gastado en sus dos series insignia para su salida el pr¨®ximo viernes 1, seg¨²n apuntan medios especializados estadounidenses. Estos sit¨²an en 15 millones de euros el gasto por cada hora de la ficci¨®n fant¨¢stica See, con Jason Momoa, y 14 por cada cap¨ªtulo de The Morning Show, con tres grandes estrellas, Jennifer Aniston, Steve Carell y Reese Witherspoon cuyo cach¨¦ est¨¢ por encima del mill¨®n de d¨®lares.

Todas estas son cifras muy lejanas a lo que se maneja en Espa?a, donde la industria parece estar despegando como tal ahora tras el asentamiento de los nuevos actores del streaming. En nuestro pa¨ªs, seg¨²n fuentes consultadas en varias productoras, el coste de cada episodio puede variar entre los 500.000 y el mill¨®n de euros en los ¨²ltimos a?os. En 2018 se produjeron 58 ficciones espa?olas, por las 38 de 2015, seg¨²n un estudio de PWC. La auditora estima que se llegar¨¢ entre este a?o y el que viene a las 72. "Aqu¨ª lo que si estamos viviendo es un proceso similar al de EE UU de revalorizaci¨®n del creador. Y lo que s¨ª se est¨¢ produciendo es un cambio en el modelo productivo. Ahora las series tienen menos temporadas y son m¨¢s cortas en duraci¨®n con episodios m¨¢s cortos", opina Concepci¨®n Cascajosa, profesora de Comunicaci¨®n Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Este nuevo modelo, con menos minutos por cap¨ªtulo, equilibra unos presupuestos que han visto peque?as subidas tras la llegada de las plataformas, aunque nada destacable, comentan desde las productoras. "El coste se relativiza, porque al tener menos duraci¨®n hay menos costes de producci¨®n. No creo que inmediatamente [la tendencia en EE UU] se vaya a trasladar aqu¨ª", apunta Cascajosa.

En Hollywood se ha empezado una carrera por contratar al mejor talento y esto tambi¨¦n ha encarecido los productos. Los int¨¦rpretes y cineastas de primer nivel han cambiado las salas de cine por la televisi¨®n en los ¨²ltimos a?os atra¨ªdos por las grandes ofertas de las plataformas, que buscan reclutar a los mejores para lograr prestigio y captar a m¨¢s p¨²blico. Esto incluye a los t¨¦cnicos y artesanos que trabajan detr¨¢s de las c¨¢maras. "En un momento en el que hay miles de series disponibles, es muy dif¨ªcil destacar, y as¨ª es como comienza todo. M¨¢s que nunca, todos estos compradores y servicios est¨¢n tratando de programar para su audiencia, est¨¢n tratando de llamar la atenci¨®n, que todos los ojos se dirijan a ellos y diferenciarse de todos los dem¨¢s", ha dicho en Variety sobre el incremento de costes Barry Josen, presidente de A+E Studios. Las cadenas tradicionales se han visto obligadas a seguir el ritmo de las plataformas en algunos casos.

La llegada de las grandes estrellas a las series estadounidenses ha tra¨ªdo consigo otros gastos que antes casi no exist¨ªan: ayudantes especiales, petici¨®n de trabajadores espec¨ªficos de maquillaje o dobles, rodar en lugares que les viene bien y que igual son m¨¢s caros, adaptarse a los calendarios de la estrella, etc. Y la multiplicaci¨®n de series tambi¨¦n ha provocado que sea m¨¢s dif¨ªcil contratar un estudio para rodar y por lo tanto, se encarecen los alquileres.

Mientras figuras como Ryan Murphy alardean de grandes presupuestos en The New York Times (dijo hace poco que The Politician, su primera serie en Netflix tras firmar un contrato por 300 millones de d¨®lares -unos 270 millones de euros-, hab¨ªa costado m¨¢s que The Crown y que las dos siguientes iban por el mismo camino), otros creadores ponen en duda la necesidad de gastar tanto dinero. Es el caso de David Mandel, productor de la multipremiada comedia Veep, de HBO: "Es de locos. Cuando ve¨ªas una pel¨ªcula de James Cameron y un caza Harrier volaba un puente, dec¨ªas, vale, est¨¢ bien que esto haya costado 100 millones. Pero cuando son tres personas en una habitaci¨®n, ?en qu¨¦ te est¨¢s gastando el dinero? Solo porque te dejen gastar ese dinero no significa que debas hacerlo".

Una vez superado el impacto inicial de varias series llamativas, las plataformas comienzan a producir ficciones m¨¢s econ¨®micas para equilibrar los gastos. Es el caso de Netflix o, en Espa?a, de Movistar+. La plataforma espa?ola estren¨® a principios de 2018 la primera temporada de La peste, una gran superproducci¨®n cuyos seis episodios costaron diez millones de euros (desde entonces Movistar+ no ha vuelto a publicar el coste de sus series, incluida la segunda entrega, que se estrena el 15 de noviembre). Un caso parecido es la ficci¨®n que prepara Alejandro Amen¨¢bar para Movistar, basada en el c¨®mic El tesoro del Cisne Negro, de Paco Roca y Guillermo Corral, que es posible que tenga un presupuesto alto. Y entremedias, varias comedias y dramas sencillos, con temporadas y episodios m¨¢s cortos de lo habitual que los de la televisi¨®n generalista.

"En la ficci¨®n espa?ola se est¨¢n poniendo en marcha algunos proyectos estrella, que claramente tienen unos costes muy elevados, pero sobre todo por efectos especiales, dise?o de producci¨®n, por localizaciones en exteriores, y eso no tiene tanto que ver con la lucha por los grandes creadores, tiene que ver por las necesidades de hacer producciones de alto presupuesto que puedan circular en el mercado internacional", dice Cascajosa. "Cuando hablas con altos ejecutivos internacionales, siempre dicen que Espa?a hace cosas muy bonitas con poco dinero, pero que se echa en falta una inversi¨®n mayor. Dicen que en lugar de hacer tantas series con poco dinero, se hicieran menos series, pero con mayor presupuesto", concluye.