Miguel ?ngel Bedate: ¡°Si no est¨¢s muerto, no eres nadie en este pa¨ªs¡±
El pintor extreme?o reflexiona sobre su obra y el estado actual del arte al finalizar una exposici¨®n sobre su trabajo en Badajoz
Miguel ?ngel Bedate naci¨® por accidente en Coria (C¨¢ceres), en una posada al lado de la carretera en la que su madre tuvo que parir de repente. Ese imprevisto tuvo la ventaja de garantizar que el paisaje de Extremadura se convirtiera en una de las tantas fuentes de inspiraci¨®n del artista. Su carrera empez¨® a los seis a?os, aunque su madre ya hab¨ªa vaticinado el oficio al que se dedicar¨ªa. Ese presentimiento termin¨® en que el ni?o Miguel ?ngel empez¨® a rayar las paredes y el suelo de su casa, y que ahora su extensa obra haya protagonizado una exposici¨®n en el Museo de Bellas Artes de Badajoz, que termin¨® el pasado d¨ªa 8.
Desde cierto punto de vista, el trabajo de Bedate es un viaje por la historia del arte. Sus trabajos son una referencia evidente a aquellos grandes maestros de la pintura y la escultura cuyas obras, de igual forma, han moldeado la figura que el artista extreme?o se ha forjado a lo largo de su carrera. Sus obras dan cuenta de un creador inquieto y estudioso de su oficio. Eso explica que gran parte de su formaci¨®n y de su tiempo lo ha dedicado a visitar museos alrededor del mundo. Aunque detr¨¢s de esa costumbre est¨¢ su devoci¨®n por los artistas cl¨¢sicos, esos que le ponen ¡°la carne de gallina¡±. El listado va desde Durero hasta Leonardo, y pasa por Miguel ?ngel, Vel¨¢zquez o El Greco. Sobre ellos dice por tel¨¦fono: ¡°No pintaron as¨ª para ser olvidados¡±.
Y porque considera que los grandes maestros del pasado siguen influyendo en su concepci¨®n del arte, Bedate los rescata y los incluye en sus propias creaciones. As¨ª, por ejemplo, se puede encontrar a la Eva, de Alberto Durero, reproducida en uno de sus cuadros. Aunque sus pinturas no se dedican a hacer referencias de los genios del Renacimiento. Muchas retratan paisajes rurales, monta?as, pueblos y animales: es decir, la naturaleza en general, de la que en su opini¨®n hay mucho por aprender. Eso s¨ª, en silencio, como lo hac¨ªa cuando el cuerpo se lo permit¨ªa al escalar altas monta?as en Castilla o al adentrarse en espesos pinares en los que pasaba horas tanto para inspirarse como para escapar del encierro de su estudio.
Con el mismo ¨ªmpetu con el que destaca las obras de los grandes creadores, critica la actual concepci¨®n del arte. ¡°Los artistas de hoy creen que lo saben todo. No aprenden lo importante¡±, afirma. Y considera que en la actualidad la gente que se dedica al arte lo hace ¡°porque no tiene nada que hacer¡±. ¡°Ellos creen en un arte que a m¨ª no me emociona¡±, afirma.
Al mismo tiempo que lanza las cr¨ªticas, resalta algunos h¨¢bitos que, en su opini¨®n, deber¨ªan tener los artistas en la actualidad: ¡°Yo ir¨ªa m¨¢s tiempo a los museos, para aprender m¨¢s cosas. De los museos s¨ª se aprende¡±. En las pinacotecas, Bedate tiene una especie de ritual. No pasa cinco horas all¨ª, sino que busca una o dos obras particulares y se dedica a observarlas y estudiarlas detenidamente. ¡°Lo que le hace falta a la mayor¨ªa de artistas es ir a los museos, dibujar, coger apuntes, estudiar minuciosamente al artista que a ellos les pueda gustar, y saber su t¨¦cnica¡±.
Su gusto por los museos est¨¢ en su concepci¨®n de ellos como un templo en el que reposan los trabajos a los que los grandes maestros dedicaron su tiempo. Pero no por su funcionamiento: considera que no deber¨ªan cobrar a un artista por visitarlos y que deber¨ªan dedicar una sala para mostrar a los artistas nuevos. Eso s¨ª: con criterio, dice. Esa manera, considera, es la ¨²nica forma de impulsar la carrera de los creadores. ¡°Si no est¨¢s muerto, no eres nadie en este pa¨ªs¡±, dice con la misma iron¨ªa con que critica el hecho de que el arte est¨¦ centralizado en las grandes ciudades: ¡°Si los artistas no estamos en Madrid, no somos nadie¡±.
Los reparos, en fin, son un ingrediente de la concepci¨®n de vida y arte de un creador que se siente olvidado por las urbes y a quien, a pesar de eso, sigue moviendo el motor de excavar en las profundidades del arte por diferentes caminos. El propio Bedate es consciente de su mutabilidad. Por eso asegura: "Yo me canso si hago lo mismo. Siempre tengo que cambiar".
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