Muere Phil May, cantante de los poderosos Pretty Things
Leyenda del rock brit¨¢nico, el grupo vivi¨® los a?os sesenta a la sombra de los Rolling Stones, pero fue reivindicado en d¨¦cadas recientes
Phil May, de 75 a?os, falleci¨® el viernes 15 de mayo en un hospital de Norfolk (Reino Unido) por la complicaciones tras una operaci¨®n de cadera. May fue el vocalista principal de los Pretty Things durante sus m¨¢s de 50 a?os de existencia. Un grupo que defini¨® el rock de garaje m¨¢s elemental antes de aventurarse en discos musicalmente complejos, como S. F. Sorrow.
Comenzaron en 1964 haciendo blues del Delta, ?del Delta del T¨¢mesis! May form¨® The Pretty Things con el guitarrista Dick Taylor, que ya hab¨ªa tocado con Mick Jagger y Keith Richards en la primera encarnaci¨®n de los Rolling Stones. Los cuatro ven¨ªan de Dartford, localidad cercana a Londres donde, a principios de los 60, floreci¨® una rama juvenil de la secta de fan¨¢ticos del blues y el rhythm and blues. Como los Rolling Stones, los Pretty Things derivaban su nombre de una canci¨®n de uno de aquellos m¨ªticos artistas negros, en su caso de Bo Diddley.
Al igual que los Stones, tocaban piezas ajenas ¨Cincluyendo A House in the Country, de The Kinks- mientras desarrollaban sus propias composiciones, generalmente ocurrencias de May y Taylor. Dentro y fuera del escenario, la provocaci¨®n era parte de su atractivo: en 1966, editaban un himno al LSD, disimulado bajo las siglas de libras, chelines y peniques. Aparte de sus melenas flotantes, entonces un asunto grave, se ganaron fama de bronquistas. May, un tipo alto, hac¨ªa honor al t¨®pico del vocalista noct¨ªvago (Midnight to six man) y sexualmente omn¨ªvoro.
Tal vez por esa reputaci¨®n radioactiva, no llegaron a funcionar en Estados Unidos, aunque su sonido punzante fue una inspiraci¨®n para el primer punk, m¨¢s conocido hoy como rock de garaje; s¨ª alcanzaron reputaci¨®n m¨ªtica en Francia o los Pa¨ªses Bajos. As¨ª que su econom¨ªa era fr¨¢gil y hasta se buscaran un seud¨®nimo, Electric Banana, para grabar m¨²sica de librer¨ªa, destinada a bandas sonoras de producciones baratas.
Como sus antiguos convecinos, supieron adaptarse: jugando con las voces y asumiendo modismos psicod¨¦licos, en Abbey Road grabaron S. F. Sorrow (1968), un disco narrativo basado en las vivencias de alguien nacido en un lugar muy parecido a Dartford, en el que muchos han pretendido ver el antecedente de Tommy, de The Who. Poco importa ya que, a diferencia del de The Who, S. F. Sorrow pas¨® desapercibido. El mismo destino ¨Cgrandes cr¨ªticas, ventas decepcionantes- esperaba a sus ¨¢lbumes de los setenta, aunque fueran publicados por sellos importantes: EMI, Motown, Warner Bros. y Swan Song, la discogr¨¢fica de Led Zeppelin.
Para seguir la trayectoria de los Pretty Things, podemos elegir dos opciones. La convencional ser¨ªa lamentar su escasa fortuna. Pero eso exigir¨ªa olvidar el apoyo que recibieron de admiradores inesperados: fueron reivindicados por David Bowie, que interpretar¨ªa temas suyos. Y se beneficiaron de sucesivos tsunamis, como el punk rock o el revival del blues-rock y el redescubrimiento de la psicodelia.
En realidad, estamos ante una historia de tenacidad. El grupo sufri¨® bajones pero supo recomponerse: hubo etapas en que Phil May se dio de baja y ocasiones en que se reincorpor¨® el guitarrista original, Dick Taylor. May, que vivi¨® temporadas en Andaluc¨ªa, parec¨ªa uno de esos personajes de indestructible mala salud.
Con todo, en 2018 echaron el cierre con un concierto monumental en el O2 londinense, recogido en The final bow. De invitados estuvieron Van Morrison, cantando temas negros, y David Gilmour punteando en su repertorio m¨¢s ¨¢cido. Nivel.
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