¡®Cholitas¡¯ conquista el pico m¨¢s alto de Am¨¦rica por la libertad y el empoderamiento femenino
El documental sobre la vida de cinco mujeres ind¨ªgenas bolivianas y su expedici¨®n al Aconcagua retoma su recorrido por festivales internacionales
A Dora Mague?o, Lidia Huayllas, Cecilia Llusco, Elena Quispe y Liita Gonzales toda su vida les dijeron que ten¨ªan que ¡°bajar la cabeza¡± y que su lugar estaba en la casa. Las cinco son cholas, mujeres mestizas aimaras, que contemplaban al Huayna Potos¨ª, una de las monta?as m¨¢s emblem¨¢ticas de Bolivia, como un sue?o a medias. Trabajaban acompa?ando a sus maridos, alpinistas y gu¨ªas, llevando a turistas a escalar. Mientras ellos coronaban la cumbre, situada a 6.088 metros, ellas cargaban con las pertenencias de la expedici¨®n, cocinaban y aguardaban en el campamento su retorno para atenderlos nuevamente. Hasta que un d¨ªa se cuestionaron ellas mismas: ¡°?Por qu¨¦ nosotras no?¡±. Cholitas es el documental sobre sus vidas y la expedici¨®n que estas cinco escaladoras ind¨ªgenas emprendieron para conquistar el Aconcagua, el pico m¨¢s alto de Am¨¦rica, como s¨ªmbolo de liberaci¨®n y empoderamiento femenino.
El documental, la ¨®pera prima de Jaime Murciego con la codirecci¨®n de Pablo Iraburu, tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Monta?a BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia, en Espa?a, donde gan¨® el premio del jurado el pasado diciembre. En el primer trimestre de 2020 pas¨® por el Festival de Cine Alpino en Rumania y el Festival F¨ªlmico de Monta?a en Eslovenia, donde se hizo con el galard¨®n a mejor pel¨ªcula. Paraliz¨® sus presentaciones debido al confinamiento mundial por el coronavirus y reinici¨® su recorrido internacional el mes de agosto con dos reconocimientos, el Diablo de oro en el Festival Internacional de Cine Alpino de Les Diablerets (Suiza) y con el Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Monta?a Cervino Cinemountain (Italia).
Murciego conoci¨® la historia de las cholitas escaladoras en 2016, cuando ley¨® una noticia sobre un grupo de mujeres aimaras que hab¨ªa coronado el Illimani, una monta?a en Bolivia a 6.462 metros de altura, utilizando su vestimenta tradicional. Una imagen en la que se las ve con equipo de monta?a, una manta, polleras (amplia falda de m¨¢s de seis metros de tela plisada) y el aguayo ¨Cuna tejido multicolor que sirve para envolver objetos y cargarlos en la espalda¨C, lo dej¨® ¡°prendado¡±, admite. Investig¨® m¨¢s sobre ellas hasta que decidi¨® viajar a Bolivia, conocerlas y escalar con ellas el Aconcagua. ¡°Ten¨ªa que acompa?arlas en ese viaje. No para contar una historia t¨¦cnica de monta?a, sino m¨¢s bien para emprender un viaje al interior de nuestras protagonistas, entender sus motivaciones, sus inquietudes, y las razones que las han llevado a salirse de su rol y plantearse un reto de estas dimensiones¡±, explica el realizador.
Cholitas muestra un relato de expedici¨®n al estilo cl¨¢sico, presentando a las protagonistas en su d¨ªa a d¨ªa, narrando los preparativos para la aventura, la aproximaci¨®n a la monta?a y ese viaje hacia una cima que funciona como un lugar simb¨®lico de sus conquistas sobre lo convencional y lo que las hace ¡°felices y libres¡±. ¡°A nosotras nos han discriminado por ser aimaras y por ser mujeres. Aqu¨ª? [en Bolivia] la mujer siempre esta? cocinando o lavando. Pero las mujeres tambi¨¦n podemos escalar. En la montan?a no tengo ning¨²n pensamiento, solo estar en la libertad¡±, explica Lidia Huayllas en una secci¨®n del metraje.
Murciego, licenciado en comunicaci¨®n audiovisual pero que en su trayectoria profesional se ha desenvuelto m¨¢s en el mundo del dise?o, el grafismo y la animaci¨®n, incursiona en el mundo del cine por una ¡°mera casualidad¡±, seg¨²n cuenta. Su primer cortometraje, Boxgirls ¨Cque tuvo un recorrido de m¨¢s de 50 festivales internacionales cosechando varios premios¨C, naci¨® de un viaje en solitario a Kenia, donde fue a parar a una escuela de boxeo en Nairobi. Un espacio que busca evitar que ni?as y mujeres sean v¨ªctimas del crimen, drogas, violaciones y otros abusos. Si bien ambas producciones audiovisuales del realizador se enfocan en mujeres empoderadas, este dice que tienen cierta conexi¨®n, pero que su trabajo no se enfoca precisamente en buscar ese tipo de relatos. Son, explica, simplemente historias que le interesan y emocionan por alguna raz¨®n.
¡°Si tuviera que compararlas, dir¨ªa que lo que conecta las dos historias es que ambas cuentan una historia de gente sali¨¦ndose de su rol para hacer lo que realmente les apasiona y romper estereotipos. En Nairobi nadie se pod¨ªa esperar hace a?os que las mujeres boxearan o llegaran a profesionales, ahora todo el mundo las respeta y las acepta como tales, y ese respeto se mantiene tambi¨¦n fuera del gimnasio. Con las cholitas es algo muy parecido, ahora son un orgullo¡±, agrega el director.
Una de las principales dificultades que tuvo el equipo de filmaci¨®n fue contar esta historia a casi 7.000 metros de altura, por todos los problemas que una situaci¨®n como esa plantea, como que la c¨¢mara se pudiera congelar en cualquier momento o que los propios miembros del equipo tuvieran que abandonar la traves¨ªa, por el hecho que la mayor¨ªa no ten¨ªa experiencia en monta?a. ¡°En un entorno tan hostil hay que mantener la concentraci¨®n para, adem¨¢s del esfuerzo que supone escalar la monta?a m¨¢s alta de Am¨¦rica, no olvidarnos de que tenemos que contar una historia humana que va m¨¢s all¨¢ de lo puramente deportivo o aventurero, as¨ª como tener la capacidad de improvisar en un relato tan imprevisible como puede ser una ascensi¨®n de esta magnitud¡±, precisa Murciego.
Otro detalle que fue importante para Murciego y el equipo de producci¨®n fue comprender la relaci¨®n que existe desde la cosmovisi¨®n andina entre estas mujeres y la naturaleza. Cuenta el realizador que desde el principio not¨® que hab¨ªa algo especial entre ellas y la monta?a. Como la acci¨®n de pedir permiso, a trav¨¦s de un ritual con hojas de coca y alcohol, al Achachila (esp¨ªritu de la monta?a) y a la Pachamama (madre tierra) para que los dejen subir. ¡°Ese acto que para ellas es cotidiano, para m¨ª era tremendamente revelador sobre la conexi¨®n que tienen con la monta?a y la naturaleza. Normalmente los andinistas profesionales hablan de ¡®conquistar¡¯ la monta?a, como si fuera una lucha contra ella para invadirla. Las cholitas le piden permiso a la monta?a para que les acoja¡±, finaliza el director.
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