50 a?os sin Janis Joplin: cr¨®nica de un grito de auxilio que nadie escuch¨®
El 4 de octubre de 1970 muri¨® por sobredosis la primera estrella femenina del rock. Una biograf¨ªa repasa su lucha para ser m¨¢s libre de lo que el mundo le permiti¨®
Fue el episodio que la hundi¨®. Despu¨¦s de una ¨¦poca de excesos y vagabundeo en California, Janis Joplin hab¨ªa vuelto a la conservadora Port Arthur (Texas), a casa de sus padres, una familia de clase media que recibi¨® a su hija con los brazos abiertos, confiados de que pod¨ªan ¡°reconducir¡± su vida. Con el n¨²cleo familiar apoy¨¢ndola, Janis hab¨ªa combatido y vencido a su adicci¨®n al speed y se hab¨ªa matriculado en Bellas Artes en la Universidad de Texas.
La fraternidad Alpha Phi Omega hab¨ªa organizado un concurso para recaudar fondos con vistas a financiar sus actividades. Se eleg¨ªa al Hombre M¨¢s Feo del Campus. Alguien an¨®nimo inscribi¨® a Janis. La universidad se empapel¨® con fotos suyas donde se le¨ªa este texto: ¡°Vota al hombre m¨¢s feo¡±. Cuando Joplin vio aquellos carteles se desmoron¨® como nunca lo hab¨ªa hecho. Le record¨® el acoso que sufri¨® en su etapa colegial. Llor¨® hasta que no le quedaron l¨¢grimas. Y decidi¨® que aquella ciudad tan hostil no era para ella. Ten¨ªa 19 a?os y se march¨® a San Francisco para iniciar un camino de triunfos y desdichas pocas veces visto en la historia del rock.
El muro que bloque¨® emocionalmente a Joplin ¡ªde cuya muerte se cumplen este domingo 50 a?os¡ª fue que quiso ser m¨¢s libre de lo que el mundo estaba dispuesto a permitir. Bisexual en una sociedad pacata, pendenciera en un entorno sumiso, mujer transgresora en un ecosistema patriarcal. Tan salvaje como vulnerable, Joplin fue la primera estrella femenina del rock, con una influencia mucho m¨¢s all¨¢ de las cuestiones de g¨¦nero: su estilo vocal y est¨¦tico se encuentran en emblemas del rock machote, de Robert Plant (Led Zeppelin) a Axl Rose (Guns N¡¯Roses).
¡°Fue una pionera. E hizo sacrificios para asumir riesgos que allanaron el camino para que las artistas mujeres ganaran presencia en la industria de la m¨²sica y para que no se ajustaran a las demandas que impon¨ªa una sociedad patriarcal¡±, dice desde Estados Unidos Holly George-Warren, estudiosa de la cantante y autora de un libro que desgrana la vida musical y privada de la artista, Janis Joplin. La biograf¨ªa definitiva de la legendaria reina del rock (Libros C¨²pula).
Joplin sol¨ªa bajar las escaleras del escenario despu¨¦s de un concierto llorando. As¨ª de intensas eran sus actuaciones, una mezcla de orgullo y dolor, de pasi¨®n y honestidad. La interacci¨®n entre lo que ocurr¨ªa en el escenario y la audiencia era un espect¨¢culo. Janis consegu¨ªa el efecto de una pila cargando a otra. ¡°Cuando ella cantaba o¨ªas la libertad¡±, afirma el ingeniero de sonido Jackie Mills en el libro de George-Warren.
?De d¨®nde proced¨ªa un dolor que consegu¨ªa, cuando cantaba, romper el coraz¨®n a la audiencia? Para ello hay que trasladarse al Port Arthur de los a?os cincuenta, donde se asent¨® la familia Joplin. Seth, el padre, consigui¨® un trabajo en la refiner¨ªa de petr¨®leo de la ciudad, una de las m¨¢s grandes del pa¨ªs. Los Joplin se iban a convertir desde entonces en una familia (tres hijos, con Janis, la mayor, nacida en 1943) sin agobios econ¨®micos. Port Arthur era un lugar peque?o profundamente conservador, temeroso de Dios y discriminatorio. La imagen regordeta, pecosa y brusca de Janis no encajaba con el perfil estilizado que se supon¨ªa deb¨ªan tener las adolescentes de all¨ª. En el colegio fue objeto de burlas durante a?os. Ah¨ª empez¨® su atormentada relaci¨®n con su cuerpo.
¡°Janis se enfrent¨® a un medio hostil y edific¨® un estilo de lucha¡±, escribe Myra Friedman, su publicista y amiga, en el libro Janis Joplin: Enterrada viva (Fundamentos). La futura cantante se cre¨® un personaje como autodefensa, un perfil que nunca abandon¨®: bravuc¨®n, gamberro, bronquista. ¡°Rudeza en los modales y cierta complacencia para ser el buf¨®n, para prestarse a ser el objeto del abuso verbal. Cualquier cosa con tal de llamar la atenci¨®n¡±, escribi¨® Myra Friedman, quien falleci¨® en 2010.
Paralelamente desarrollaba un perfil intelectual, sobre todo a ra¨ªz de leer En el camino, de Jack Kerouac. Quer¨ªa ser una beatnik, experimentar con drogas, viajar. Empez¨® a consumir m¨²sica, artistas negros como Leadbelly, Big Mama Thornton o Bessie Smith, su debilidad. No se callaba nada. Defendi¨® la integraci¨®n racial y fue rechazada en un entorno, Port Arthur, donde la amenazante presencia del Ku Klux Klan todav¨ªa exist¨ªa. La insultaban sus compa?eros. Era ¡°la amiga de los negros¡±.
Cuando regresa del colegio a casa, sus padres tampoco la entendieron. De Dorothy, la madre, hered¨® la pasi¨®n por el canto, pero no unos valores (ultra) religiosos y conservadores; del padre, Seth, gran lector, cogi¨® su inquietud intelectual. Janis sent¨ªa una conexi¨®n especial con su padre, pero se rompi¨® cuando vio que ¨¦l se volcaba con su hijo var¨®n y se aislaba para beber en soledad con sus libros. Es enternecedor leer las cartas que env¨ªa a sus padres, recogidas en el libro de Holly George-Warren. Se aprecia a una chica asustada a pesar de la fortaleza que exhib¨ªa y ten¨ªa. ¡°Siempre busc¨® el reconocimiento de sus padres¡±, apunta su bi¨®grafa. Lo hizo incluso cuando era una estrella. Las misivas est¨¢n repletas de exclamaciones adolescentes: ¡°?Es incre¨ªble!¡± o ¡°tengo que suspirar: no me lo puedo creer¡±.
Cuando empez¨® a profesionalizarse tuvo que luchar contra otro enemigo poderoso: el miedo esc¨¦nico. ¡°Utilizaba el alcohol para vencer su terror al escenario y relajarse mientras actuaba. Y luego utilizaba la hero¨ªna como agente adormecedor, para no sentir el estr¨¦s y la ansiedad y para encauzar toda la adrenalina que hab¨ªa generado durante la actuaci¨®n¡±, describe su bi¨®grafa.
No solo tuvo dramatismo en su vida. Janis vivi¨® etapas de felicidad plena. Se instal¨® en San Francisco en la ¨¦poca dorada del hippismo, compadreando con bandas como Grateful Dead o Jefferson Airplane, formando parte de la revoluci¨®n social y cultural de los sesenta en Estados Unidos. Ella devor¨® cada segundo que vivi¨® y exhibi¨® al mundo la liberaci¨®n de la mujer en una contracultura dominada por hombres. Y lo pas¨® en grande, sin reprimirse ni sexualmente ni con sus experiencias lis¨¦rgicas, sin pedir permiso para nada. ¡°Se divirti¨® mucho, especialmente cuando se mud¨® a San Francisco la primera vez, en 1966, y se uni¨® al grupo Big Brother. Disfrut¨® la vida intensamente en esa etapa¡±, afirma George-Warren.
Intim¨® con Jimi Hendrix, Kris Kristofferson o Leonard Cohen, le propin¨® un guantazo a Jerry Lee Lewis (este se lo devolvi¨®) y le estamp¨® una botella en la cabeza a un Jim Morrison beodo e irritante. Edit¨® solo cuatro discos (dos con Big Brother and the Holding Company, uno con Kozmic Blues Band y el p¨®stumo, Pearl, con Full Tilt Boogie) y siempre dio la impresi¨®n de que el potencial que despleg¨® en directo nunca tuvo reflejo en las grabaciones. ¡°En el escenario hago el amor con 25.000 espectadores cuando canto; luego me voy a casa sola¡±, dec¨ªa. Los grupos que la acompa?aban no parecieron estar a la altura de esa inmensa y doliente voz. ¡°Llevaba al l¨ªmite su canto. Ten¨ªa una capacidad vocal que pocas veces se ha visto. Sus actuaciones en directo la retrataban mejor que los discos. Pero todav¨ªa hoy escuchas Pearl y suena fresco y moderno¡±, apunta Toni Castarnado, que ha publicado tres libros dedicados al papel de las mujeres en la m¨²sica, el ¨²ltimo de ellos Ellas cantan, ellas hablan.
Tuvo docenas de amantes y sali¨® magullada de casi todas las relaciones. Compuso pocas canciones. La mayor¨ªa de sus ¨¦xitos son piezas ajenas que ella eleg¨ªa porque sab¨ªa que contaban su dolor. Las pod¨ªan sentir: Me and Bobby McGee, de Kris Kristofferson; Piece of My Heart, de Jerry Ragovoy y Bert Berns para Erma Franklin; Summertime, de George Gershwin, interpretada por muchos, como Bille Holiday; Ball and Chain, de Big Mama Thornton... ¡°Fueron los hombres quienes hicieron da?o a Janis, quienes rompieron su coraz¨®n. Y al ver a los hombres en los conciertos disfrutar de su m¨²sica comenc¨¦ a entender el resentimiento de los negros cuando ven a los blancos disfrutar del blues. Janis cant¨® sobre su dolor de mujer y los hombres la adoraban¡±, escribi¨® en Rolling Stone en 1976 la periodista y activista feminista Ellen Willis.
Tambi¨¦n estaba su impactante imagen: los abrigos de pieles, las gafas de colores, sus gorros estrafalarios, la melena asilvestrada, los collares¡ ¡°Ella se cre¨® una imagen muy potente. Al principio de forma natural, pero luego vio que le daba r¨¦ditos y la potenci¨®. Era la ¨¦poca en la que nacieron los grandes fot¨®grafos del rock y las revistas de m¨²sica. Y Janis era una golosina para sacar en portada¡±, apunta Castarnado.
Dos meses antes de morir, Joplin se decidi¨® a dar uno de los pasos m¨¢s importantes de su vida: visitar Port Arthur, la ciudad que la hab¨ªa lastimado. Aquella ni?a regordeta, el bicho raro repudiado, se hab¨ªa transformado en una estrella que transmit¨ªa una potente sexualidad. Ella necesitaba visitar aquel entorno opresor que le hab¨ªa condicionado la vida. No era una venganza: anhelaba mirar a los ojos a sus acosadores para ver si vislumbraban cierto arrepentimiento. No lo encontr¨®. ¡°Buscaba una reparaci¨®n final por parte de su ciudad natal. Necesitaba el reconocimiento de aquellos que la hab¨ªan despreciado hace una d¨¦cada¡±, dice su bi¨®grafa. Pero sus examigos e incluso sus padres la ignoraron. Le echaron en cara que en alguna entrevista deslizase que sus vecinos la hab¨ªan herido. ¡°Yo solo quer¨ªa que me quisieran¡±, implor¨®. No ayud¨® que Joplin acudiera a Port Arthur con su pandilla de hippies borrachines. La madre lleg¨® a decirle: ¡°Me est¨¢s avergonzando¡±. Antes de que Joplin se marchara, desolada, los padres hab¨ªan abandonado la ciudad, ¡°a una boda¡±.
Janis muri¨® sola en una habitaci¨®n de hotel de Los ?ngeles. Una sobredosis de hero¨ªna se la llev¨® justo cuando iba a lanzar su disco m¨¢s ambicioso, Pearl. No lleg¨® a verlo en las tiendas. Fue su ¨¢lbum m¨¢s vendido. Solo 16 d¨ªas antes hab¨ªa fallecido Jimi Hendrix. Los dos ten¨ªan 27 a?os.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.