La invitaci¨®n a Scott Card amenaza el festival Celsius
Tres autores espa?oles rechazan asistir al evento de ciencia ficci¨®n por la presencia del novelista estadounidense
La ciencia ficci¨®n espa?ola est¨¢ en guerra. Desde que el Celsius, el festival de lo fant¨¢stico que se celebra cada verano en Avil¨¦s, anunci¨® a Orson Scott Card como cabeza de cartel de la edici¨®n de este a?o, muchos han sido los autores, nacionales e internacionales, que han mostrado su incomodidad al respecto. Pero la cosa est¨¢ llegando hasta el impensable extremo de que un grupo de, hasta ahora, seguidores del festival, han propuesto organizar este verano un acto de protesta que consistir¨ªa en ¡°la quema de libros¡± de su m¨¢s controvertido cabeza de cartel hasta la fecha. ¡°?Qu¨¦ sentido tiene algo as¨ª en un festival que se llama Celsius 232 en honor de la obra de Ray Bradbury que precisamente ataca la censura que consiste en la quema de libros?¡±, se preguntaba ayer Cristina Mac¨ªa, una de sus directoras, que ¡°entiende perfectamente¡± la posici¨®n de aquellos que est¨¢n declinando su invitaci¨®n al festival por no compartir espacio con el autor de El Juego de Ender, pero insiste en que ¡°no se le invita por lo que piensa sino por sus libros¡±.
Orson Scott Card fue un mito, de la altura literaria de Isaac Asimov, William Gibson, o el propio y m¨¢s cercano, incluso en ideolog¨ªa, pues ambos son mormones, Brandon Sanderson, hasta que empez¨® a cargar contra el matrimonio homosexual hace ya m¨¢s de una d¨¦cada. Entonces, aquellos que hab¨ªan le¨ªdo sus libros, el m¨¢s famoso de todos ellos, El Juego de Ender ¨Cpremios Hugo y Nebula en 1986¨C, iniciaron una revisi¨®n de su obra en la que encontraron pistas por todas partes. Despu¨¦s de todo, el protagonista de la famosa saga es un trasunto de Joseph Smith Jr., fundador de la iglesia mormona. Pero la obra, llena de matices, nunca se juzg¨®, ni se ha juzgado, hom¨®foba. Sin embargo, sus escritos y declaraciones, s¨ª. Por ejemplo, ha dicho Card que el matrimonio gay iba a suponer ¡°el fin de la democracia en Estados Unidos¡± y que la homosexualidad ¡°es una enfermedad mental¡±. Y no solo lo ha dicho, se ha alineado junto a colectivos que han luchado activamente contra los derechos de los homosexuales considerando que ¡°no deber¨ªan ser tratados como ciudadanos en igualdad de condiciones con el resto¡±.
Javier Ruescas, autor de ficci¨®n juvenil y pieza clave, desde sus inicios, del festival, es uno de los tres autores que han declinado por el momento la invitaci¨®n este a?o ¨Clas otras dos son Iria G. Parente y Selene M. Pascual¨C, en la que, dice, ha sido una decisi¨®n ¡°muy meditada¡±. ¡°Podr¨ªamos haber decidido ir para no cederle nuestro espacio, como han hecho otros autores nacionales e internacionales, pero despu¨¦s de meditarlo mucho por separado y hablarlo entre nosotros, Iria, Selene y yo decidimos rechazar la invitaci¨®n. Consideramos que darle voz a un hombre como ¨¦l es dar un primer paso hacia algo muy peligroso: blanquear de una manera clara la homofobia, y el hecho de que nosotros vayamos, como se ha demostrado en otras ocasiones, le dar¨ªa publicidad y contenido a una edici¨®n del festival que legitima la presencia de alguien que va contra nuestros derechos¡±, dice el escritor, que, como tal, asegura, no compra el argumento de la organizaci¨®n de que ¡°una cosa son los libros y otra, el autor¡± porque, dice, ¡°creo que todos dejamos parte de quienes somos en nuestro arte¡±.
Consideramos que darle voz a un hombre como ¨¦l es dar un primer paso hacia algo muy peligroso: blanquear de una manera clara la homofobia Javier Ruescas
El perfil de Card (Richland, 68 a?os), cada vez m¨¢s radical, oblig¨® a la productora de la adaptaci¨®n al cine de El Juego de Ender a prescindir de su figura durante la promoci¨®n de la pel¨ªcula en 2013 por considerar que ¡°iba a hacerle m¨¢s mal que bien¡±. Por entonces, hizo unas declaraciones a la revista norteamericana Wired en las que segu¨ªa cargando contra los homosexuales. ¡°Nos piden que seamos tolerantes con ellos, pero ellos no toleran que pensemos lo que pensamos¡±, le dijo al periodista. ¡°?A qu¨¦ nivel me duele todo lo que est¨¢ pasando en el Celsius?¡±, tuiteaba ayer Ruescas para sus m¨¢s de 80.000 seguidores. ¡°Al nivel de que, aparte de amar el festival, yo era un gran admirador de Orson Scott Card, hasta hice cola para conocerle¡±, dec¨ªa, y mostraba una fotograf¨ªa con ¨¦l. ¡°A?os despu¨¦s me enter¨¦ de lo que odiaba a la gente como yo y que luchaba por quitarme derechos¡±, conclu¨ªa. Dos autoras internacionales, la china Marie Lu y la norteamericana V. E. Schwab, invitadas este a?o al festival, que se celebrar¨¢ a mediados de julio, tambi¨¦n discutieron en Twitter sobre la posibilidad de no acudir en acto de protesta.
¡°Muchos lectores me han pedido que decline la invitaci¨®n como acto de protesta pero si cedo mi espacio a la intolerancia, la intolerancia gana¡±, escribi¨® Schwab, bisexual y autora de Una magia m¨¢s oscura (Minotauro), que alerta al festival sobre ¡°la postura terrible¡± que le parece que adopta al invitar a Card. ¡°Creo que es un problema generacional", apuntaba Sof¨ªa Rhei, otra habitual del Celsius. "Es la cristalizaci¨®n del cambio de los tiempos. Lo que estamos viendo es un punto de inflexi¨®n. Mientras los menores de 30 tienen claro que se niegan a compartir espacio con alguien as¨ª, los mayores como yo, dudamos, y empezamos a cuestionarnos¡±, a?ad¨ªa. Desde la organizaci¨®n, se niega que el Celsius vaya a dejar de ser ¡°un lugar seguro como lo ha sido siempre¡± para el colectivo LGTBI y se insiste en que ¡°nada va a cambiar¡±. ¡°Llevamos nueve a?os organizando un festival con unos objetivos muy claros, no solo en lo que respecta a la paridad, que la hemos conseguido, y censurarnos de esta manera a nosotros mismos ser¨ªa dar marcha atr¨¢s, algo que no pensamos hacer, porque nuestro criterio ha respondido y responde a lo exclusivamente literario¡±, sentenciaba Mac¨ªa.
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