Un acuerdo perfecto con el mundo
Un volumen re¨²ne todos los cuentos que el autor brasile?o Raduan Nassar alcanz¨® a escribir antes de abandonar la literatura en 1984 para dedicarse a la agricultura
Raduan Nassar ten¨ªa 48 a?os cuando, en 1984, anunci¨® que dejaba de escribir para convertirse en agricultor; Clarice Lispector hab¨ªa muerto siete a?os antes, en 1977, y Brasil se quedaba as¨ª en un periodo relativamente corto de tiempo sin dos de sus m¨¢s grandes escritores. No era la primera de sus renuncias: en 1973 el escritor, nacido en el Estado de S?o Paulo en 1935, ya hab¨ªa abandonado su puesto en el peri¨®dico de izquierda en el que trabajaba, por diferencias insalvables con la direcci¨®n (su hermano mayor, b¨¢sicamente), se hab¨ªa encerrado durante un a?o en su apartamento y (¡°llorando todo el rato¡±, como afirm¨®) hab¨ªa escrito su primera novela, Labranza arcaica, la historia de un joven que escapa del padre y de un delito y al que su hermano mayor convence de regresar a la hacienda familiar s¨®lo para agregar involuntariamente filicidio al incesto.
Al igual que su narrador, que alcanzaba la santidad a trav¨¦s de la abyecci¨®n, los personajes de Labranza arcaica estaban ¡°oscuros por dentro¡±, enloquecidos y paralizados por lo que, en un raro momento de lucidez, el narrador describ¨ªa como ¡°la voluptuosidad religiosa¡± y la distancia existente entre la rigidez de la ley impuesta por el padre y las realidades del cuerpo y del deseo; en esa distancia, germina ¡°la planta m¨¢s improbable, cierto hongo, cierta flor venenosa, que brota con virulencia rompiendo el musgo de los textos de los mayores¡±, afirmaba el narrador.
Labranza arcaica fue publicada en 1975 y obtuvo los premios m¨¢s importantes; tres a?os despu¨¦s, Nassar public¨® Un vaso de c¨®lera, una novela escrita en 1970, en la que un hombre y su amante, una joven periodista, se enzarzan con igual pasi¨®n en el sexo y en una escalada verbal cuya carencia de fundamento hace pensar que podr¨ªa tratarse de un juego entre los dos, una manera de vincular la humillaci¨®n y el deseo en ¡°un virulento v¨¦rtigo de ternura¡±.
Un vaso de c¨®lera fue celebrada por todo lo alto, y su autor, puesto a la altura de Lispector y de Jo?o Guimar?es Rosa; Carmen Balcells intent¨® sumarlo al boom al que tanto hab¨ªa contribuido y fue invitado a hablar en La Sorbona. Nueve a?os despu¨¦s anunciaba que dejaba de escribir, compraba unas 6.000 hect¨¢reas y se pon¨ªa a cultivar la tierra.
No hay muchas maneras de comenzar a ser escritor, pero hay unas cuantas formas de dejar de serlo, casi todas motivadas por el hartazgo, la precariedad o el agotamiento de materiales, pero la renuncia a la escritura por parte de Nassar parece haber tenido razones m¨¢s profundas y, aunque sorprendi¨® a algunos, es consecuente con su mundo narrativo, en el que nacer es ya caer, y hablar es condenarse: en Labranza arcaica, por ejemplo, la desgracia no se abr¨ªa paso a trav¨¦s del incesto, sino de los sermones del padre y las posibilidades que estos permit¨ªan vislumbrar en aquello que condenaban; en Un vaso de c¨®lera, por otra parte, el arrebato verbal del narrador ten¨ªa tanto de iron¨ªa como de constataci¨®n de que, como este sosten¨ªa, ¡°las palabras, impregnadas de valores, cada una, tra¨ªan (¡) en sus entra?as, un pecado original¡±.
Nassar otorga a sus personajes ideas singulares y poderosas que estos sueltan a borbotones; de hecho, la mayor parte de sus textos se compone de secciones de distinta extensi¨®n en las que el punto y coma reemplaza al punto: sus personajes, simplemente, hablan hasta que ya no pueden m¨¢s, y ese ¡°no poder m¨¢s¡± es el rasgo m¨¢s caracter¨ªstico de su psicolog¨ªa.
Nada de su locuacidad se contagia, sin embargo, a los relatos de Una ni?a en camino, publicados originalmente en 1997. Un tercio del volumen se lo lleva el cuento que le da t¨ªtulo, en el que una ni?a que recorre un pueblo es testigo de humillaciones, disputas pol¨ªticas y alcoholismo, roba en un establecimiento y es responsable indirecta de una golpiza a su madre, tras lo cual se explora el sexo, con lo que ¡°el camino¡± al que se hace referencia adquiere un significado distinto y m¨¢s complejo. Otro (¡®El viejo¡¯) gira en torno a la inminencia de un crimen mafioso en una casa de hu¨¦spedes. En el ¨²ltimo (¡®Crisantemos¡¯), una mujer es testigo de un hecho luctuoso (?una violaci¨®n?, ?un incesto?) sobre el que no puede echar ninguna luz. En uno m¨¢s (¡®El vientre seco¡¯), el narrador rompe con su amante con una carta descarnada en la que explica sus motivos, entre los cuales puede encontrarse o no ¡°la vieja de ah¨ª al lado¡±, cierta (en palabras de la amante) ¡°momia resabiada¡±, ¡°saco de huesos¡± y ¡°semilla senil¡± m¨¢s pr¨®xima al narrador de lo que podr¨ªa parecer.
Escritos desde 1958 y (al parecer) hasta 1984, ninguno de estos cuentos vuelve sobre el lenguaje l¨ªrico de resonancias b¨ªblicas de las novelas anteriores; aunque sus editores hablan de ¡°hiperrealismo¡±, lo cierto es que estos son cuentos en la tradici¨®n de cierto naturalismo muy alejado del realismo no mim¨¦tico de las novelas. Una vez m¨¢s, Nassar escribe aqu¨ª sobre ¡°los desahuciados sin esperanza, los que gritan de ardor, de sed y soledad, los que no son superfluos en sus gemidos¡±, sobre los que hace caer alternativamente ¡°la pesada risa de escarnio¡± de la que habla el narrador de Labranza arcaica y ¡°el cinismo de los grandes indiferentes¡± al que se refiere el de Un vaso de c¨®lera, pero lo hace con un laconismo que se encuentra en las ant¨ªpodas del lenguaje de las novelas anteriores, como si Nassar, quien en 2011 don¨® sus tierras a la Universidad Federal de San Carlos a condici¨®n de que esta crease en ellas un campus para mejorar el acceso a la educaci¨®n de la poblaci¨®n rural y se retir¨® de la producci¨®n agraria (sin por ello regresar a la literatura, al parecer), hubiese, como dice uno de los narradores de estos cuentos, haber llegado a ¡°un acuerdo perfecto con el mundo: a cambio de su ruido le entrego mi silencio¡±.
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Autor: Raduan Nassar.
Traducci¨®n: Elena Losada.
Editorial: Sexto Piso, 2020.
Formato: tapa blanda (96 p¨¢ginas, 15 euros).
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