Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 25)
¡®Babelia¡¯ recomienda los mejores libros, discos, pel¨ªculas, series, c¨®mics y videojuegos para disfrutar en casa
Babelia propone un libro, un disco, una pel¨ªcula, una serie, un c¨®mic y un videojuego cada d¨ªa, mientras dure el confinamiento en los hogares y la par¨¢lisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.
UN LIBRO: La dimensi¨®n desconocida, de Nona Fern¨¢ndez
La mejor demostraci¨®n de que la literatura se escribe con palabras y no con buenas intenciones es La dimensi¨®n desconocida, distinguido en 2017 con el premio Sor Juana In¨¦s de la Cruz, de la FIL de Guadalajara a la mejor novela del a?o escrita por una mujer. En el caso de la chilena Nona Fern¨¢ndez, el galard¨®n y el motivo se quedan cortos porque su libro es uno de los grandes de la literatura reciente en espa?ol. La potencia de su escritura es tal que por momentos da la impresi¨®n de que ni Truman Capote, John Le Carr¨¦ y Emmanuel Carr¨¨re, a seis manos, podr¨ªan haber escrito algo as¨ª. ?Por qu¨¦? Porque ninguno fue ni?a durante una dictadura militar. Basada en un caso real, La dimensi¨®n desconocida empieza en pleno r¨¦gimen de Pinochet, el d¨ªa de 1984 en que Andr¨¦s Antonio Valenzuela Morales, miembro del servicio secreto del ej¨¦rcito, acude a la redacci¨®n de una revista para confesar su oficio: torturador.
Lo que sigue es una mezcla de relato de esp¨ªas y reflexi¨®n desde el presente sobre la memoria de unos a?os infames. Es imposible leer la historia del Quila Leo ¨Cun preso de mente indestructible capaz de imaginarse cuentos tocando las vetas de la madera del armario en el que est¨¢ encerrado¨C? sin levantar con espanto la vista del libro. Y es imposible no plantearse las preguntas que la autora le plantea, ret¨®ricamente, a su protagonista, que a¨²n vive en secreto en Francia: ¡°?Por qu¨¦ escribir sobre usted? ?Por qu¨¦ resucitar una historia que empez¨® hace m¨¢s de 40 a?os? ?Por qu¨¦ hablar otra vez de corvos, parrillas el¨¦ctricas y ratas? ?Por qu¨¦ hablar otra vez del desaparecimiento de personas? ?Por qu¨¦ hablar de un hombre que particip¨® de todo eso y en un momento decidi¨® que ya no podr¨ªa hacerlo m¨¢s? ?C¨®mo se decide que ya no se puede m¨¢s? ?Qu¨¦ habr¨ªa hecho yo?¡±. Javier Rodr¨ªguez Marcos
La dimensi¨®n desconocida. Nona Fern¨¢ndez. Literatura Random House, 2017. Disponible en edici¨®n electr¨®nica e impresa en Todos tus libros, Amazon y Fnac.
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UN DISCO: The Player, de Willie Col¨®n
Trombonista desde los 15 a?os, Willie Col¨®n fue el agitador sonoro de El Barrio (el Harlem hispano) por antonomasia. Neoyorquino de origen boricua, ejerci¨® de peligroso m¨²sico (no est¨¢ claro de d¨®nde le vino el apelativo de El Malo) que sembr¨® la semilla de la salsa dura por las calles de la Gran Manzana. Colon dio nueva dimensi¨®n al estilo, movi¨¦ndose en un territorio cultural transatl¨¢ntico formado por ?frica, El Caribe, Latinoam¨¦rica y Estados Unidos: ese ¡°tercer espacio¡± que formul¨® Homi Bhaba, te¨®rico del poscolonialismo. Colon, en sus mayores a?os de gloria (sigue en activo, ojo), enred¨® los folclores latino y africano con vibraciones funk, arrebatos de jazz y rock ¨¢cido. Incluso explor¨® la que podr¨ªamos considerar salsa sinf¨®nica. Su apellido de descubridor le viene al pelo.
El disco de Willie que nos ocupa es un doble CD titulado The Player, editado en 2007. Se trata de una recopilaci¨®n de piezas del m¨²sico que dibujan con precisi¨®n su trayectoria profesional y vital. Aqu¨ª encontramos desde el primer sencillo que registr¨® con su propia banda (Fuego en El Barrio) hasta ¡®Nunca se acaba¡¯, toda una declaraci¨®n de principios grabada en 1989. Y en medio, algunas de las grandes canciones a las que puso voz el genuino H¨¦ctor Lavoe (El malo; Che-Che Col¨¦, basada en una tonada de Ghana; La Murga; Calle luna, calle sol; Juanito alima?a), piezas de Siembra, uno de los discos que factur¨® con Rub¨¦n Blades (la que le dio t¨ªtulo y?Pedro Navaja), dos registros con Celia Cruz que sacaron lo mejor de la reina de la salsa (Zamb¨²llete y?Un bembe pa¡¯ Yemay¨¢)¡ S¨²mese a eso un gozoso plantel de cantantes e instrumentistas de lujo: Ismael Miranda, Nicky Marrero, Yomo Toro, Barry Rogers, Milton Cardona¡ ¡°No, no, no, la salsa nunca se acaba¡±. Javier Losilla
The Player. Willie Colon. V2, 2007. El disco est¨¢ disponible en Spotify y otras plataformas.
UNA PEL?CULA: La piel que habito, de Pedro Almod¨®var
En muchas de las pel¨ªculas de Pedro Almod¨®var se habla de forma directa sobre la comunicaci¨®n. O de la incomunicaci¨®n. Tambi¨¦n es un cineasta muy prolijo en mostrar pantallas, grandes o peque?as, en sus trabajos. La uni¨®n de estas dos tem¨¢ticas forma parte del coraz¨®n de?La piel que habito (2011), porque as¨ª es como se relacionan, a trav¨¦s de pantallas, en su encierro el doctor Robert Ledgard y su paciente, la desesperada Vera Cruz ¨Cestupenda referencia cinematogr¨¢fica¨C a la que somete a seis a?os de todo tipo de operaciones para que se parezca a su esposa fallecida. Para no desvelar mucho m¨¢s de la trama ¨Cporque el personaje de Vera Cruz, encarnada de forma acertadamente violenta en sus miradas y sus gestos por Elena Anaya, es una caja de sorpresas¨C, diremos que todos los personajes esconden tremendos secretos de su pasado. Empezando por su protagonista, construido como un cincel en su alma y en su f¨ªsico por Antonio Banderas, que retomaba aqu¨ª su colaboraci¨®n con Almod¨®var tras 21 a?os de pausa.
Pero lo m¨¢s interesante de?La piel que habito, adaptaci¨®n de la novela?Tar¨¢ntula, de Thierry Jonquet, es el uso de Almod¨®var de las pantallas como comunicaci¨®n y construcci¨®n del terror, con lo que entronca con el terror japon¨¦s moderno y estilizado. El miedo ya no se inflige en la cercan¨ªa f¨ªsica, sino que la tecnolog¨ªa puede transmitirlo de manera vicarial. Finalmente, para hacer un buen programa doble, tras ver?La piel que habito, el p¨²blico deber¨ªa disfrutar de?Los ojos sin rostro, de Georges Franju, la madre del filme de Almod¨®var, otro acercamiento al terror puro que puede provocar una enigm¨¢tica m¨¢scara. Gregorio Belinch¨®n
La piel que habito. Pedro Almod¨®var. 2011. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en Filmin, iTunes y Netflix.
El autor y guionista Richard Price, cocreador de la muy recomendable The Night Of y guionista del cl¨¢sico contempor¨¢neo The Wire, es el responsable de la adaptaci¨®n televisiva de la novela de Stephen King El visitante. La historia arranca con el asesinato de un ni?o en uno de esos peque?os pueblos en los que casi todos se conocen y tambi¨¦n casi todos tienen mucho que ocultar. Las primeras pesquisas apuntan al entrenador del equipo infantil como principal sospechoso del crimen, lo que ya de por s¨ª es aterrador. Sin embargo, la cosa se complica cuando otras pruebas demuestran que el hombre estaba en otro lugar, a kil¨®metros de distancia, al mismo tiempo.
Stephen King no ha tenido mucha suerte con las adaptaciones de sus historias a la peque?a pantalla (ni a la grande). Pero en este caso el resultado es una muy apreciable miniserie que se toma su tiempo en desentra?ar una trama que, en sus 10 episodios, se cocina a fuego lento y que consigue crear muy bien la atm¨®sfera inquietante apropiada para la historia, en la que una fuerza sobrenatural va cobrando poco a poco protagonismo. El mal busca colarse por cualquier resquicio e ir expandi¨¦ndose, como ir¨¢n descubriendo el detective Ralph Anderson (Ben Mendelsohn) y la investigadora privada Holly Gibney (Cynthia Erivo) El responsable de marcar el estilo de la serie con la direcci¨®n de los dos primeros episodios es el actor Jason Bateman, cuyo buen trabajo tras las c¨¢maras ya fue reconocido en los pasados Emmy con el galard¨®n a la mejor direcci¨®n por el thriller Ozark. El resultado es una historia inquietante para tomarse con calma y dejarse llevar de la mano del mal. Natalia Marcos
El visitante. Richard Price. HBO, 2020. Los diez cap¨ªtulos de la primera temporada se pueden ver en HBO Espa?a.
UN C?MIC: Daredevil Born Again, de Frank Miller
La importancia de Frank Miller en el c¨®mic americano es indudable y fundamental: representa un punto de inflexi¨®n decisivo en la evoluci¨®n del c¨®mic mainstream, al establecer la consolidaci¨®n definitiva de una visi¨®n autoral consciente en el g¨¦nero de superh¨¦roes. El c¨®mic de autor ya se hab¨ªa implantado en el c¨®mic americano durante la d¨¦cada de los 70, pero su paso al g¨¦nero dominante era t¨ªmido y aislado. Sin embargo, el trabajo de Miller en Daredevil desde 1979 a 1983 supuso un cambio de paradigma fundamental: dinamitar el m¨¦todo Stan Lee de producci¨®n industrial para confiar por fin en un autor (con la ¨²nica colaboraci¨®n de Klaus Janson al entintado), que supo modernizar su discurso aglutinando influencias culturales y art¨ªsticas ajenas tradicionalmente al c¨®mic. Tras dejar la serie, Miller volvi¨® en 1986 para realizar la que ser¨ªa una de las obras maestras del c¨®mic: Daredevil: Born Again. Con David Mazzucchelli a los l¨¢pices, Miller se centr¨® en desarrollar un guion que supon¨ªa la reflexi¨®n m¨¢s profunda que se hab¨ªa hecho sobre el superh¨¦roe. Lo saca de la tradici¨®n superheroica nacida con Siegel y Shuster y continuada por Stan Lee, la de ¡°todo poder conlleva una gran responsabilidad¡±, para entroncarlo en una mucho m¨¢s compleja: la de la ficci¨®n heroica que teoriz¨® Joseph Campbell.
Para que Daredevil fuera un h¨¦roe moderno, deb¨ªa recorrer su propio ¡°camino del h¨¦roe¡±. Debe hundirse, perderlo todo y renacer. Una muerte y renacimiento que lo equipara adem¨¢s al discurso religioso cristiano, generando un discurso paralelo reflexivo sobre religi¨®n, mitolog¨ªa y ficciones. El hombre sin miedo lo es finalmente: sin esperanzas, sin ataduras con el pasado, desaparecen los miedos y el h¨¦roe puede serlo finalmente. Una dif¨ªcil tarea que ni impiden Miller y Mazzucchelli lancen una dur¨ªsima denuncia de la deriva neoliberal de la pol¨ªtica y de la sociedad americana de los 80. Una obra maestra indiscutible. ?lvaro Pons
Daredevil Born Again. Frank Miller y David Mazzucchelli. Marvel/Panini, 1986. El c¨®mic puede obtenerse en formato digital en la web de Panini C¨®mics.
UN VIDEOJUEGO: What Remains of Edith Finch
A veces desde estas p¨¢ginas damos la impresi¨®n de decir que si un videojuego se conforma con ser narrativo de alguna manera limita sus propias posibilidades. Eso es verdad, pero solo en parte, pues el mundo del videojuego est¨¢ en plena efervescencia ecl¨¦ctica y hay obras que, con vocaci¨®n eminentemente narrativa, hacen un trabajo estupendo. Uno de los mejores ejemplos ser¨ªa What Remains of Edith Finch (2017), un juego que se inscribe dentro del g¨¦nero walking simulator (lo que quiere decir que el jugador puede moverse por un entorno y poco m¨¢s), en el que, en primera persona, recorremos una casa familiar reviviendo las muertes que han tenido todos los miembros de la familia de la protagonista durante varias generaciones. O sea, el juego solo ¡°te cuenta¡± algo. Pero de qu¨¦ manera. What remains of Edith Finch bebe de las fuentes del realismo m¨¢gico para crear una historia especial, atenta al detalle, llena de inteligencia y con un domino del cambio de registro (del humor al amor, pasando por el terror) sencillamente prodigioso. Jorge Morla
What Remains of Edith Finch. Annapurna Interactive, 2017. El juego est¨¢ disponible para PlayStation 4, Nintendo Switch, Xbox One y Microsoft Windows.
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