La tauromaquia tiene un problema muy serio de dinero (y no solo p¨²blico)
Desconoce lo que factura y lo que paga en impuestos, y carece de un plan de comunicaci¨®n
La tauromaquia sufre un muy serio problema econ¨®mico. Su ep¨ªgrafe en el presupuesto del Ministerio de Cultura es honor¨ªfico, y carece de fondos privados para acometer la dif¨ªcil labor de defensa y supervivencia del sector. No posee datos fiables sobre s¨ª misma, no sabe lo que factura ni lo que paga en impuestos ni los empleos que genera. Lo ¨²nico cierto es la buena voluntad de la Fundaci¨®n del Toro de Lidia, mientras el Gobierno calla y los animalistas ganan terreno.
Es evidente que el sector taurino est¨¢ molesto con el actual ejecutivo por el desinter¨¦s que este muestra hacia la tauromaquia en trance tan dificultoso como el que atraviesa a causa del dichoso virus.
Tienen raz¨®n todos los profesionales, pues no merecen tama?o olvido de quien debe velar por los derechos de los ciudadanos de este pa¨ªs, y aquellos son espa?oles como cualquier hijo de vecino.
Quiz¨¢, tambi¨¦n pudiera tener una pizca de raz¨®n el ministro de Cultura sobre un asunto que a¨²n no ha sido analizado: el ministerio no cuenta con una partida presupuestaria espec¨ªfica para los toros, y, por tanto, el se?or Rodr¨ªguez Uribes no puede abrir un caj¨®n del que adelantar unos millones de euros ante la emergencia.
Los taurinos han permitido que la fiesta solo cuente para los gobiernos a efectos estad¨ªsticos
Y de donde no hay, no se puede sacar.
El sector taurino ha permitido con su silencio c¨®mplice, a?o tras a?o, que Gobiernos de distinto pelaje ideol¨®gico olvidaran la tauromaquia en la elaboraci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado, y de aquellos barros vienen estos lodos. Ahora se clama por lo que no se ha defendido antes.
No pretende este argumento echar un capote al ministro; ni mucho menos, pero la realidad es incuestionable: Cultura solo tiene para los toros 65.000 euros (30.000 para el Premio Nacional de Tauromaquia, y 35.000 para la Fundaci¨®n del Toro de Lidia), y no hay m¨¢s. A partir de este dato, la tauromaquia solo cuenta para el Gobierno a efectos estad¨ªsticos, y hasta ah¨ª se puede leer, por mucho que duela. As¨ª ha sido hasta ahora con el visto bueno t¨¢cito de los mismos taurinos que ahora piden justicia. No es necesario recordar las palabras que escuch¨® de su madre el rey Boabdil en la entrega de las llaves de Granada a los Reyes Cat¨®licos: ¡°Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre¡±.
Pero el tema de los dineros es mucho m¨¢s grave.
La tauromaquia tampoco cuenta con fondos privados; enti¨¦ndase la tauromaquia como organizaci¨®n que debe defenderse de sus fantasmas internos, los olvidos oficiales, de los ataques animalistas y del desinter¨¦s social.
Parece que el sector taurino ha aceptado que sea la Fundaci¨®n del Toro de Lidia (FTL) la que lo represente a todos los efectos. Pues el presupuesto de este ¨®rgano para 2019 ha sido de 340.000 euros (35.000 de Cultura, 150.000 de la Junta de Andaluc¨ªa, una aportaci¨®n ministerial por el mantenimiento de Wikipedia, las cuotas ¡ªentre 20 y 50 euros al a?o¡ª de 2.450 ¡°amigos¡± y otras de profesionales y mecenas). Y con esa exigua cantidad se pagan siete n¨®minas.
Los datos los aporta Borja Cardel¨²s, director general de la FTL, quien remite a un enlace sobre los estratosf¨¦ricos presupuestos de la industria animalista, ¡°totalmente engrasada para acabar con nuestra forma de vida, nuestra civilizaci¨®n y nuestra sociedad¡±.
La Uni¨®n de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) ha preferido mantener en privado la informaci¨®n referente a su presupuesto de funcionamiento y las cuotas de sus asociados, y la Asociaci¨®n Nacional de Organizadores de Espect¨¢culos Taurinos (ANOET) ha guardado silencio.
La conclusi¨®n es evidente: la tauromaquia carece de fondos propios para establecer una efectiva l¨ªnea de defensa de su actividad.
Para empezar, el sector desconoce las magnitudes econ¨®micas del negocio taurino. No sabe lo que factura, ni lo que paga en concepto de IVA o cotizaciones sociales, ni los puestos de trabajo directos e indirectos que genera.
El ¨²ltimo, y solitario, informe fiable lo elabor¨® en 2014 Juan Medina, profesor de Teor¨ªa Econ¨®mica de la Universidad de Extremadura, en colaboraci¨®n con ANOET, y, desde entonces, todos los datos que se utilizan son aproximaciones sin base cient¨ªfica alguna.
No es posible competir con la industria animalista con presupuestos de juguete
Lo ¨²nico y contrastado es la completa estad¨ªstica que el Ministerio de Cultura anuncia cada a?o: n¨²mero de profesionales, festejos celebrados, ganader¨ªas, escuelas taurinas, etc¨¦tera. Y no hay m¨¢s.
Cuando se utilizan datos del impacto econ¨®mico de las distintas ferias son, por lo general, conjeturas al hilo de an¨¢lisis de Ayuntamientos o asociaciones tur¨ªsticas y hoteleras.
No existe un trabajo fiable, elaborado por un equipo de profesionales solventes, que determine una memoria econ¨®mica de la tauromaquia actual. Y no existe porque no hay dinero para pagarlo.
El sector carece, y por el mismo motivo, de un plan de comunicaci¨®n integral que permita una defensa argumentada de la fiesta de los toros frente a los ataques externos, acerque e integre a los profesionales en la sociedad y muestre las m¨²ltiples aportaciones de la crianza del toro al medio ambiente y la biodiversidad. Lo que dec¨ªa el recordado V¨ªctor Barrio: ¡°La tauromaquia, m¨¢s que defenderla, hay que ense?arla¡±.
No basta con la energ¨ªa del portavoz de la FTL o la pulsi¨®n acalorada de un torero como Cayetano, quien, sin estrategia alguna, se erige en representante espont¨¢neo de sus compa?eros y ri?e m¨¢s que defiende desde un entusiasta semblante personal tan severo como ineficaz.
No, no es eso.
La tauromaquia moderna no puede funcionar si no se conoce a s¨ª misma. No es nada serio que cada sector ¡ªtoreros, ganaderos, empresarios¡ª ofrezca datos diferentes y carentes de justificaci¨®n. No es admisible que, a estas alturas, la fiesta de los toros sea incapaz de responder con argumentos contundentes a los graves ataques que recibe.
La clave la ha ofrecido sin pretenderlo el director general de la Fundaci¨®n del Toro de Lidia: no es posible competir con la industria animalista con un presupuesto de juguete.
La tauromaquia necesita de un plan estrat¨¦gico, actualizado, basado en fundamentos reales y contrastados, que establezca una l¨ªnea de defensa argumentada y fiable; y necesita un plan de comunicaci¨®n internacional que ense?e el toro m¨¢s all¨¢ de los ¨²ltimos veinte minutos de su vida en una plaza.
Y para eso hace falta dinero. Y ya que los taurinos no han sido capaces de exigirlo a los distintos Gobiernos, no tendr¨¢n m¨¢s remedio que aflojar el bolsillo propio si pretenden seguir existiendo a medio plazo.
No basta con el compromiso desinteresado de Victorino Mart¨ªn, a quien la fiesta de los toros no agradecer¨¢ nunca la extraordinaria labor que realiza. No basta porque Victorino es ganadero, quiz¨¢ la imagen m¨¢s representativa de la tauromaquia moderna, pero no un t¨¦cnico ni un experto negociador. Del mismo modo, un buen periodista no puede lanzarse en plan quijotesco a luchar en la v¨ªa p¨²blica contra los gigantes del animalismo.
As¨ª, la guerra est¨¢ perdida; es m¨¢s, no hay guerra posible. O hay dinero o no hay futuro.
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